Alfa Romeo aclara el misterio de la botella sin descorchar de Kubica

El equipo con base en Hinwil, Suiza, que en ese entonces competía bajo el nombre de BMW-Sauber, logró su único triunfo en Fórmula 1 en Montreal 2008 cuando Kubica ganó por delante de Nick Heidfeld, su compañero de garaje.

Como una forma de recordar sus logros, en la fábrica del equipo hay una vitrina donde se exponen las botellas de champaña de los 27 podios alcanzados por el equipo en F1.

Pero la botella de Kubica de 2008 se destaca porque, además de haber sido la de aquella victoria, es la única en la colección con el corcho aún colocado.

El equipo dice que se ha armado una leyenda, la cual se le cuenta a los recién llegados en su primer día de trabajo, y es que la botella nunca fue abierta porque, en el entusiasmo por el triunfo, Kubica olvidó descorchar su campaña.

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Pero, como Alfa Romeo explicó en un comunicado previo del equipo de cara al GP de Canadá de este fin de semana, la verdadera historia detrás de la botella es más complicada.

"Se trata de una gran historia de Sauber, una que muestra el lado humano de la Fórmula 1. Es una historia que se les cuenta a los recién llegados en su primer día en la fábrica", dijo el equipo. "Y no es verdad".

La realidad es que la botella de champaña de la victoria se convirtió en el centro de una discusión entre BMW y Sauber respecto a quién debería ser dueño de la misma, la cual debidamente Kubica descorchó y derramó como es habitual antes de lanzarla desde el podio a los miembros del equipo.

"Sauber y BMW querían quedarse con el recuerdo, la botella de la champaña más dulce que hemos probado jamás", continuó el equipo.

"Rogamos y suplicamos pero, lamentablemente, en esta ocasión fue el gigante alemán quien ganó 'La Batalla de la Botella'. La original se exhibe con orgullo en su museo de Múnich aún hoy".

Como BMW se quedó con la botella, Sauber pidió a la F1 fabricar una réplica de la misma para poder exhibirla en su fábrica, que es la que puede verse en la actualidad.

"En aquel día decidimos ceder ese precioso recuerdo a nuestro socio", agregó el equipo. "Eso fue lo que hicimos, con magnanimidad y estilo. Seguir adelante y construir más recuerdos grandiosos en el futuro".

"El trofeo, ese nos lo quedamos. Desde entonces lo llamamos: 'El que no les dimos ni la posibilidad de oler'".

La victoria de Kubica en Montreal fue la única que lograría la unión BMW-Sauber antes que el fabricante alemán de automóviles y el equipo suizo se separaran a finales de 2009.