'El motorsport necesita héroes', por Mauricio "Damon" Gallardo
Nuestro columnista Mauricio Gallardo nos habla de esos deportistas que consiguen llegar al centro de los aficionados, ya sean lo que son veteranos o los nuevos talentos, pero que ambos evocan sentimientos que no se olvidan.
Fernando Alonso, Andretti Autosport Honda
Michael L. Levitt LAT Photo USA
La eterna motivación de Valentino Rossi, la irrupción de Max Verstappen en F1, el desafío de Alonso en Indy. Ellos representan a los héroes de la modernidad.
El motorsport sigue necesitando de héroes y su épica de hazañas imposibles. La historia tiene cientos de ellos, pero nunca es suficiente.
Lo demostró el test que realizó Fernando Alonso para las míticas 500 Millas de Indianápolis, algo de lo que ya se habló mucho aquí y en todas partes, porque la trascendencia de estos ensayos fue brutal.
Más allá de las velocidades alcanzadas y las cargas aerodinámicas utilizadas, hay una lectura que deja en evidencia de qué forma el público está ávido de situaciones que rompan la monotonía de un deporte que se ha transformado y en muchos casos hasta mimetizó a muchas de sus categorías.
Últimamente se dieron grandes dominios, casi absolutos, tanto de equipos, autos o pilotos. Para citar entre los últimos tiempos; Loeb y Citroën en el WRC, Vettel en su momento con Red Bull en la Fórmula 1, luego tomó la posta Mercedes AMG, Pechito López y otra vez Citroën en el WTCC o Volkswagen y Ogier en el Rally Mundial y así se pueden citar algunos casos más que ilustran de qué manera los héroes o los actos heroicos van quedando supeditado al poderío del constructor o de la fábrica de turno.
Sin quitar ningún mérito a los fabulosos campeones que mencionamos, al contrario, muchas veces fueron héroes, pero cuando se tiene todo de su lado, mejor equipo, mejor presupuesto, mejor máquina, eso se nota un poco menos.
Seguramente ello ayudó a que tome dimensión cada maniobra heroica hecha por Max Verstappen, ese soplo de aire fresco que llegó a la Fórmula 1 o que cada vez arranque más y más reverencias Valentino Rossi, quien a sus 38 años lleva sus límites más allá para competir de igual a igual con pilotos a los que dobla en edad en el MotoGP.
Recientemente, en el Rally de la Argentina, el jovencito Elfyn Evans se vistió de héroe para sorprender y casi estuvo a punto de ganar por primera vez. Muchos estaban de su lado porque los entusiasmó andando a fondo y desafiando a todos.
De alguna manera, Fernando Alonso se viste de ese héroe que despierta pasiones y que también genera detractores. Habrá quienes dejarán todo para verlo triunfar y otros que se sentarán para ver caer al héroe derrotado. Así funciona hasta con los Super héroes de ficción, esos que desde la imaginación nos hicieron volar.
Los más de 2 millones de seguidores que tuvo la prueba del español sobre el IndyCar hablan mucho más allá del propio Alonso, de McLaren, de Honda, de Andretti y hasta incluso de las icónicas 500 Millas de Indianápolis. Esto refleja que el motorsport sigue necesitando héroes, esos que con su épica de conquistas, de hazañas únicas e inalcanzables, elevan todo a otro nivel.
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