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'Honda, la clave del equilibrio', por Adrián Puente

En su fin de semana de local en Suzuka, Adrián Puente repasa cómo Honda vuelve a sentarse en la mesa de los grandes de la Fórmula 1 actual y futura.

Un logo de Honda en el Red Bull

Un logo de Honda en el Red Bull

Zak Mauger / Motorsport Images

En la F1, Japón es Honda, y Honda es Japón. Suzuka nació como campo de pruebas de sus autos en los primeros '60. Ya por entonces, los nipones tenían en carpeta el desembarco en la máxima categoría. Objetivo cumplido dos años después, cuando el californiano Ronald Bucknum puso en la línea de partida de Nürburgring un auto fabricado íntegramente por manos japonesas.

Los pergaminos de Honda son conocidos, más como motorista que como constructor. Como proveedor de plantas propulsoras ganó 74 veces. Logró 6 títulos del mundo junto a Mclaren y Williams. Sólo tres victorias como constructor y ningún campeonato. Parte de sus desarrollos fueron abortados por tragedias como las del piloto Jo Schelesser o el diseñador Harvey Postlethwaite en los '90.

 

El ciclo con Mclaren de los últimos años 80 es uno de los más recordados de la historia, pero también su retorno con la marca británica en 2015 resultó uno de los fiascos más incomprensibles de los tiempos modernos. La era híbrida actual encuentra a Honda en una saludable transición trabajando con Red Bull y su equipo satélite, Toro Rosso. Llegaron las victorias de Austria y Alemania, y por sobre todo, la confianza perdida.

Ronnie Bucknum, Honda, en el GP de Alemania de 1964.

Ronnie Bucknum, Honda, en el GP de Alemania de 1964.

Photo by: David Phipps

Con base en Suzuka, Honda vuelve a sentarse en la mesa de los grandes, adquiere importancia comercial, estratégica y política. Y lo hace en un momento clave. Se vienen cambios reglamentarios para 2021, todavía en discusión; y ya se están sentando las bases para los motores de 2025, con una fuerte demanda de sustentabilidad, y por qué no, con mayor influencia de componentes eléctricos.

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Aunque con resistencia, la F1 ya contempla su versión más ecológica posible en tiempos donde los jóvenes revelan notables cambios de paradigmas en muy poco tiempo. Entre las reglas que se vislumbran, Honda tiene un papel crucial. Mercedes vuelve con Mclaren, y será abastecedor de Racing Point y Williams. Ferrari hace lo propio con Haas y Alfa Romeo. Renault negocia otros clientes. Así las cosas, tres motoristas con sus propios equipos y estructuras paralelas, condicionan al menos a 16 pilotos. Está claro que Honda, en su rol independiente, va por otro carril, y alienta un equilibrio de fuerzas sin manipulaciones, más allá de las decisiones que Red Bull reserva para su primogénito, Toro Rosso.

El director técnico de Honda, Toyoharu Tanabe, ya negocia la continuidad con la dupla Horner-Marko, pese a que técnicamente nadie da un paso más allá del año próximo, hasta tanto no se definan las nuevas reglas a partir de 2021. Pero el asalto nipón entra en una segunda fase. Donde independizado de una estructura de equipo propio, ve más allá, y busca un espacio entre los monopolios generados por Mercedes y Ferrari. Entre las dos marcas que pelearon hasta el nocaut cinco temporadas, Honda emerge, como la clave de un nuevo equilibrio.

 

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