Las 20 historias de 2017, #10: Vettel y el choque con Hamilton en Bakú

Ahora que ha pasado un poco de tiempo y el propio Sebastian Vettel ha expresado su pesar en repetidas ocasiones por lo sucedido con Lewis Hamilton en el Gran Premio de Azerbaiyán, sería fácil olvidar cuán claramente no se arrepintió durante la carrera (y justo después de eso).

“¿En qué momento manejé peligrosamente? ¿Me pueden dar una explicación de cuando hice una conducción peligrosa?”

El mensaje de Vettel daba a entender que él no sabía nada del tema, de un choque que involucraba directamente a su rival de campeonato. Sin embargo, este mensaje era para quitarse la culpa, buscando que sobre él no cayera una penalización, pero esto no funcionó.

Los dos favoritos por el campeonato se enfrentaron durante el segundo inicio del coche de seguridad, con apenas un tercio de la carrera disputada, aunque en ese momento la carrera ya había sido más agitada que el GP inaugural de Bakú del año anterior.

La larga recta del trazado significaba que tras la salida del coche de seguridad se ofrecía una amplia oportunidad para ganar o perder, y aunque Vettel no logró igualar el ritmo de Hamilton la primera vez, el incidente que provocó la salida del coche de seguridad le daban una nueva oportunidad.

Deseoso de aprovechar al máximo esto, Vettel trató de seguir a Hamilton a toda velocidad de forma anticipada en el reinicio, aunque después terminó chocando contra la parte trasera del Mercedes.

Del editor, también lee:

"Sabemos que el líder dicta el ritmo, pero estábamos saliendo de una esquina", diría Vettel después de la carrera.

"Estaba acelerando y frenó tanto que yo frené apenas lo vi, pero no pude detenerme a tiempo, entonces me encontré con su parte trasera. Creo que no era necesario”.

Sintiendo que había sido perjudicado (aunque Hamilton sería exonerado por los datos en las investigaciones posteriores a la carrera), Vettel tomó represalias con un movimiento innecesario propio, conduciendo junto a Hamilton y golpeándo su monoplaza contra el costado del Mercedes. Si describimos esta acción como un "momento de locura" o "furia del camino" hace que el accidente suene peor de lo que fue.

Vettel deliberadamente usó su monoplaza como arma, pero en las pantallas de televisión, su arrebato parecía relativamente domesticado: un leve viraje a baja velocidad que causaba un contacto de rueda que no dejaba ningún daño duradero (y no lo hizo, como algunos había sospechado originalmente) sobre el monoplaza de Hamilton.

La acción llevó a una investigación por parte de la FIA después de la carrera, conllevando una sanción a Vettel de realizar actividades educativas en una serie de campeonatos y eventos de la FIA, así como ofrecer una disculpa personal y la promesa de “hacer pública esa disculpa”, todo ello para que el organismo rector del automovilismo cerrara el caso.
declaró el asunto cerrado.

Es fácil imaginar cómo este pudo haber sido un momento decisivo en la temporada. Vettel había evitado una pérdida de puntos crucial en Bakú, y debería haber dado inadvertidamente un gran golpe psicológico a Hamilton, quien muy claramente se sintió perjudicado. Sin embargo, la carrera en Azerbaiyán fue un punto álgido, y sus efectos en la clasificación quedaron completamente sin sentido por el buen trabajo del británico al final del año, acompañado de la autodestrucción de Ferrari en la pelea por el título.

La Fórmula 1 puede decir, por suerte, de que el incidente, al menos en la superficie, fue intrascendente para el resultado de la carrera por el título de 2017. La pregunta ahora es si es un precedente con el que el deporte puede estar contento, y si tendrá un impacto en futuras campañas de Fórmula 1.