'Alemania, entre héroes y víctimas', por Adrián Puente

Como nunca en el año, Alemania dejó una pronunciada zanja entre los ganadores y los perdedores. Víctimas y sobrevivientes de 67 vueltas caóticas. Será la lluvia que todo lo dramatiza, pero que también con su intermitencia pone a prueba todo. Nervios de acero, nivel de conducción, coordinación de equipo, intuición y valentía, entre otras cosas.

Max Verstappen aprobó todos los ítems en general, y algunos en particular apoyado por su equipo. Paró 5 veces; cambió 4 veces de compuesto. Llegó a correr en seco con neumáticos para mojado, y en mojado con recursos para seco. Sobrevivió a una mala largada, y a un trompo en la vuelta 27 sobre la curva 12, en el apuro por querer superar a Bottas. Como si fuera poco, ganó el duelo de pits. Red Bull invirtió en él 1.88 segundos en el giro 46.

Este año sumó en todas las carreras, y las dos que ganó, además incluyó el récord de vuelta. Por el momento, es el único “no Mercedes” que subió más alto en el podio. El gran detalle es que Hockenheim propuso lluvia, y allí todo se exacerbó. En el mismo Red Bull, se vivieron enormes contrastes, entre el mejor Verstappen y el peor Gasly.

Y es a partir del francés, que la zanja talla mucho más profunda. Después de Silverstone, habían quedado mejores impresiones, pero perder incluso con Albon y terminar atrapado por la impericia en el agua, tiró su  cotización por la borda. Gasly quedó a la cabeza de aquellos que sólo los beneficia una pronta revancha en Budapest este fin de semana.

Otro herido fue Valtteri Bottas, que no sólo terminó estampado contra los límites de la curva 17, sino además nunca pudo superar al endeble Racing Point de Lance Stroll, cuando el canadiense transitaba por un inédito tercer lugar. Mal fin de semana para el finlandés, justo cuando Mercedes anunció que agosto será el tope para definir su futuro mientras el nombre de Esteban Ocon circula más fuerte que nunca. 

Los fallos de conducción potenciaron ciertos alertas. Nico Hulkenberg no pudo con su Renault en la curva donde todos pasaron con riesgos. Mientras que "Checo" Pérez fue la primera víctima de la lluvia, en un lugar inesperado hasta entonces, la curva 11. Hasta Charles Leclerc quedó tocado. Enredado en la telaraña del ingreso a la recta principal, y atormentado por la resurrección inesperada de Sebastian Vettel.

Más pulgares abajo para la dupla de Haas Team. Romain Grosjean y Kevin Magnussen volvieron a tocarse, lo cual explica el show de gestos de su jefe, Gunther Steiner, cuando observaba otra imagen surrealista de un equipo, que tiene en sus pilotos, a sus peores enemigos.

Para el final, Robert Kubica. Sumó el primer punto para Williams, casi obra de la casualidad, pero con sobrados méritos a su memoria de cómo manejar en mojado con un auto que a veces parece circular en pantuflas. Su proeza habla de todo lo que tiene que pasar en una carrera para que el equipo inglés pueda flotar en la tempestad.

Alemania sumó otros actores de reparto para papeles protagónicos. Por ejemplo Daniil Kvyat, Alexander Albon y Carlos Sainz. Pero también naufragaron los galanes habituales. Si el sol de Hungría será lo que promete, allí estará la mejor medicina para evaporar fantasmas que por ahora, hacen noche en Hockenheim.