Gana Mercedes, pero todos hablan de Ferrari
Para nuestro analista, el verdadero triunfador del fin de semana en Bahréin no fue Lewis Hamilton, sino Charles Leclerc y explica el por qué.
Foto de: Mark Sutton / Motorsport Images
Ganó Hamilton y todos hablan de Leclerc. Mercedes copó la primera línea, pero todos hablan de Ferrari. No es para menos. Maranello fue noticia desde el desembarco de la F1 en Bahréin. El dominio desde el viernes fue significativo para los italianos, pero con un valor agregado, la irrupción de Charles Leclerc.
Después de Australia, Ferrari reconoció, solapadamente, como un error las órdenes de equipo a favor de Vettel. El monegasco había demostrado suficiente ritmo para superar a su compañero de equipo. Y el viernes de Shakir, ratificó temprano sus aspiraciones.
Ganó la libre 1, la libre 3 y logró la pole por humillación. Recuperó la punta después de una largada fallida, y se anotó la vuelta rápida antes de los problemas con el motor. Leclerc invirtió la lógica de la Scuderia. La dio vuelta a fuerza de velocidad y valentía. Rompió el esquema que nunca en años pudo revertir Raikkonen, primero con Alonso y después con Vettel.
Ferrari vive una disrupción de tal magnitud, que todavía no dio tiempo a una reacción de su piloto número 1.Vettel conserva una sonrisa nerviosa, de ocasión, política y sorpresiva. Sabe que en 2 carreras, Leclerc fue mejor que él, pero prefiere no tomarlo en serio. Aunque la pista se encargó por si sola, de expresar la realidad deportiva.
Leclerc no sólo ganó la pole. Además perdió en la largada, y para evaporar cualquier fantasma de manipulación, volvió a superar al alemán sin pudores. Prueba de carácter y categoría. Fiel testimonio de una batalla que no contempla piloto 1 y piloto 2. Desde el domingo, Ferrari dispone de un nuevo mazo de cartas, donde es el “uno, contra el uno”, y donde los protagonistas dependen de ellos mismos.
Ferrari es tema, porque en un puñado de horas ratificó el potencial de las pruebas de Barcelona; sorprendió con Leclerc, controló a Mercedes, padeció falta de fiabilidad y volvió a chocar con un lastre que parecía superado, su máxima estrella, víctima de una conducción errante, nerviosa y poco efectiva, tanto en la clasificación como en la carrera, muy especialmente.
Ganó Mercedes, pero la Scuderia se encargó de manejar las variables emocionales más fuertes de la excursión asiática. Con el eje puesto otra vez en que la interna no se dispare hacia el conflicto, como otras tantas veces en su historia. Ferrari levantó la vara, aunque todavía los puntos no avalen el desafío que este fin de semana, ya se vio en la pista.
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