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Análisis

Cómo Quartararo evolucionó más que Yamaha en 2021

La transformación llevada a cabo por Fabio Quartararo es tan o más importante que la mejora de su Yamaha para entender cómo aquella inconsistencia que le apartó del título en 2020 ha dado paso al piloto más infalible del Mundial de MotoGP. 

Fabio Quartararo, Yamaha Factory Racing

Fabio Quartararo, Yamaha Factory Racing

Dorna

Este domingo, en el Circuito Marco Simoncelli, El Diablo tendrá la oportunidad de darle a Francia su primer campeón del mundo de la clase reina. Al margen de otras múltiples combinaciones, Quartararo se encasquetará su primera corona si gana la carrera, o si termina el segundo y Pecco Bagnaia no cruza la meta el primero. El simple hecho de poder celebrar el alirón a falta de dos grandes premios para que el campeonato se cierre en Valencia permite hacerse una idea de la superioridad del corredor de Yamaha, que se ha mantenido al frente de la tabla de puntos desde la quinta parada del calendario, precisamente en Le Mans.

Sus números hasta el momento le convierten incuestionablemente en el hombre del año, sobre todo si atendemos a la transformación que llevó a cabo durante el invierno para poder ofrecer su mejor versión. Esas hechuras que le han llevado a acumular cinco victorias y diez podios, y a ser el único competidor de las tres categorías capaz de puntuar en todos los eventos que se han celebrado (15). 

La brutal fiabilidad que demuestra el chico de Niza supone un contraste tremendo al cruzar sus datos con los de la temporada pasada, en la que jugó al todo o nada (sus tres triunfos fueron sus únicos podios) y terminó prácticamente desquiciado, una sensación avalada por la estadística: sumó solo 19 puntos en las últimas seis pruebas. A pesar de correr en el Sepang Racing Team (SRT), una estructura satélite, Quartararo arrancó aquel curso como uno de los principales candidatos a llevarse el Mundial y finalizó el octavo, solo dos puntos por delante del noveno (Miguel Oliveira).

En aquel momento, las prisas y la conveniencia alimentaron el diagnóstico que señalaba a la moto y al impacto de la COVID-19 (falta de test), como principales motivos de esos altibajos. Sobre todo, porque esa explicación también satisfacía a Maverick Viñales y a Valentino Rossi, quienes conducían el mismo prototipo. El buen papel de Franco Morbidelli con la moto de 2019 (fue subcampeón) actuó como el complemento perfecto de la ecuación para dar por bueno ese argumento. Sin embargo, la transformación del #20 no pasa solo por un aumento en las prestaciones de su moto.

“La moto de 2021 y la de 2020 son bastante similares. Se podría resumir en que la nueva es un poco más ligera, pero poco más”, resume a Motorsport.com alguien que sale del taller de Yamaha. Entonces, ¿cómo se entiende esa metamorfosis del #20? “El cambio más evidente lo ha hecho Fabio. Esa inestabilidad que le sobrevino la temporada pasada también afectó a Valentino y a Viñales. Pero ellos la mantienen con la M1 de 2021; Quartararo, no. Eso, básicamente, demuestra que tanto el problema como su solución no estaban en la moto”, añade esta voz calificada.

“Fue Fabio quien, este año y gracias a esa solidez, dejó a Maverick sin excusa hasta el extremo de terminar como lo ha hecho –marchándose a Aprilia–. Estoy convencido de que este Fabio hubiera sido campeón el año pasado”, completa esta fuente que prefiere no dar su nombre.

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Quartararo nunca ha tenido ningún reparo en reconocer abiertamente haber recurrido a un psicólogo deportivo para tratar de corregir ciertas reacciones cuando estas le han impedido optimizar su rendimiento en según qué circunstancias. “Me ayuda a estar más tranquilo y centrado en mi trabajo; a tener más método”, contesta siempre que se le pregunta sobre los beneficios que obtiene. Trabajar con un psicólogo puede tener un efecto positivo directo en el rendimiento de quien decide acudir a él. Reconocerlo públicamente, como hizo Quartararo, multiplica esos réditos.

“Fabio no tiene ningún problema en reconocer su culpa cuando la tiene”, señala Diego Gubellini, responsable técnico del lado del taller de Quartararo, a Motorsport.com. “Aceptar esas cosas refuerzan y mucho. Este fenómeno sigue un patrón que, en psicología estratégica, que se llama ‘con la verdad les engañarás’. Cuando uno desvela esa debilidad, lo que hace es liberarse. Eso le hace fuerte y, a ojos de los demás, también parecerlo”, explica Pep Font, psicólogo deportivo del Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat (CAR), que a lo largo de su trayectoria ha asesorado, entre otros, a Jorge Lorenzo, Nani Roma y Marc Coma, y que desde hace unos meses sigue las evoluciones de Raúl Fernández.

“La psicología tiene un papel muy relevante en el rendimiento deportivo. Básicamente, porque, el hecho de tener una habilidad de hacer algo en concreto como, por ejemplo, pilotar una moto, no significa que lo vayamos a hacer en el momento adecuado y de la manera justa. Para hacerlo cuando uno quiere hay que trabajarlo, y eso es de lo que trata la psicología”, añade Font. 

El crecimiento de Quartararo con vistas a este 2021 ha sido integral, y también en lo relativo a la presión que, según Marc Márquez, el pasado ejercicio hizo mella en él. “Hasta 2020, Fabio nunca había optado a ser campeón. Ni en Moto3 ni tampoco en Moto2. Ahora ya tiene aquella experiencia, ya ha estado en la posición de ganar un Mundial y no lograrlo”, razona el de Honda a quien escribe estas líneas. “Ahora lo ha gestionado muy bien”, prosigue el español. Y no solo eso, sino que el francés ha impuesto su dominio incontestable sin tener un solo rifirrafe con ninguno de sus oponentes, un elemento a tener muy en cuenta en una época relatada a partir de explosivos enfrentamientos (Lorenzo-Rossi, Márquez-Rossi). 

De la mano del componente mental se deriva la vertiente emocional, que en el caso del líder del Mundial juega un papel igual de trascendental. En su entorno más cercano dentro del marco de los grandes premios están Thomas Maubant, su inseparable asistente, y Éric Mahé, su representante, que ve el salto de calidad que ha dado su cliente como el resultado de un proceso natural: “Es la progresión lógica de un chaval que tiene talento y está muy motivado, y que cada vez tiene más experiencia y se pone menos nervioso”, cuenta el agente. 

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