'Verstappen vs Leclerc: llegan más noticias del futuro', por Adrián Puente
Nuestro columnista reseña el vibrante duelo de los pilotos de Red Bull y Ferrari, durante el Gran Premio de Gran Bretaña.
Foto de: Joe Portlock / Motorsport Images
Llegaron para ser protagonistas. Max un par de temporadas antes. Pero Charles potenció la razón de ser del piloto holandés, y al mismo tiempo aprendió que esta F1 es distinta. Hay que ser el mejor conductor posible, pero eso incluye audacia, una materia que el piloto de Ferrari aprobó después de perder en Austria. Tanto que devolvió gentilezas, y supo arrebatarle el radio de giro de la curva 5 reconocida como “Aintree” para defender su posición a poco de comenzada la competencia.
El duelo en Silverstone se inició con la carrera misma. Pero a partir de la vuelta 3, cuando Verstappen se puso a 5/10 de Leclerc para buscar el tercer lugar, todo fue creciendo. Iban con dos estrategias distintas. En Ferrari habían optado por los neumáticos blandos en el arranque. Red Bull, con las medias, tenía que aguardar un par de giros para su prestación ideal. Y así fue… hasta la vuelta 10.
Cruzaban “Club”, reconocida como la curva 18, y Max llegó a negociar la succión de la Ferrari. Increíblemente, como ocurriera con Vettel varias vueltas después, el holandés no perdió el auto. En la vuelta 14 entraron a boxes al mismo tiempo, y de guapos, definieron la posición en la calle de salida. Max salió ganador sólo por un tiempo. Leclerc recuperó su posición.
A partir de allí, lo mejor. En tres vueltas, y creánme, Leclerc y Verstappen fueron poseídos por el espíritu de René Arnoux y Gilles Villeneuve en Dijon 79. El holandés lo intentó ocho veces, si 8!... pero los resultados fueron parciales. Leclerc siempre recuperó la posición. Entre los giros 17 y 20, fue F1 en su estado más puro, y con una escena propia de los setenta, cuando el piloto Ferrari deja sin radio de giro a Max en la curva de Stowe.
Lamentablemente el Safety Car apagó el duelo, sólo restituido cuando la fiebre de boxes revolvió todo, y dejó al piloto de Montecarlo detrás de Max otra vez. Allí volvió a mostrar lo dientes, y dejó a Verstappen contra las cuerdas en la vuelta 26 cuando pasaban por “Vale”.
Lo demás es historia conocida. Impacto de Vettel, ritmo frenético Hamilton y un podio para Charles Leclerc que suena a poco, tomando en cuenta su protagonismo. Independientemente del resultado final, Silverstone como no podía ser distinto, vio el nacimiento de la próxima era. Lucha, destreza y caballerosidad deportiva con final incierto hasta el banderazo. La década que sigue está servida. Con ellos, del futuro, sólo llegan buenas noticias.
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