El gigante imparable que ganó el Dakar lesionado
Toby Price logró su segundo Touareg al imponerse en una edición 2019 en la que corrió con la muñeca gravemente lesionada.
Pisco (Perú).- Debutó en el Dakar con un podio hace cuatro años. 12 meses después se hizo con su primer Touareg y tras abandonar en 2017 por una fractura de fémur, se subió de nuevo al tercer escalón del podio en 2018. El gigante australiano Toby Price (Hillston, Australia, 1987) es de acero.
Lo ha vuelto a demostrar este 2019, después de que a menos de un mes de la salida en Lima se lesionara gravemente la muñeca derecha. El doctor Mir hizo maravillas en Barcelona, pero los plazos eran de locos. Aun así, Price ha ido de menos a más en este Dakar 100% peruano.
Ningún día ha caído del top 10, pero tampoco ha acabado más arriba del tercer puesto en ninguna de las nueve primeras etapas y solo ganó la última. El gigante de acero se ha autorregulado, obligado por su dañada muñeca, que ha llevado protegida con una fédula especial durante estos 10 días de arena, desierto y competición.
Dicen de Price los que lo conocen que tiene una garra única, que se merecía volver a ganar el Dakar, que lucha como el que más y que, dentro del equipo, genera un buen ambiente que se traduce en apuestas como la que ha hecho este año con Laia Sanz: si él quedaba dentro del top 5 podría besarla durante cinco segundos y si ella quedaba dentro del top 15, le podría cortar el pelo. Los dos han ganado.
#17 Red Bull KTM Factory Racing KTM: Laia Sanz, #3 Red Bull KTM Factory Racing KTM: Toby Price
Photo by: KTM Images
Price ha tenido unos últimos 12 meses de ensueño. El australiano se proclamó campeón del mundo de Cross Country por primera vez en su trayectoria en los raids tras imponerse en el Rally de Marruecos, antesala del Dakar. Todo ello después de ser tercero en la 40ª edición de la carrera sudamericana tras una complicada recuperación de su lesión de fémur, acaecida en la 5ª etapa de 2017.
Quizás era la apuesta menos clara de KTM en esta edición. El apoyo del equipo ha sido clave para que Price haya tirado de garra, de épica, para ir, día a día, colándose entre los mejores. Sin fallar, constante, asomándose en los puestos de cabeza cuando tocaba, pero sin abrir pista ningún día. No ha tomado riesgos. Y ahí está, tras aguantar el duelo con un Pablo Quintanilla que va a tener que seguir soñando un año más con ese Touareg que le falta a su increíble palmarés en los raids, el gigante australiano mantiene la racha legendaria de KTM: 18 de 18 desde 2002.
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