Los sueños en el desierto de dos guerreras peruanas

San Juan de Marcona (Perú).- “Mi papá siempre ayudaba a otros carros que estaban atrapados en la arena y yo desde que soy chiquita, en mis sueños, en la noche, desde que tengo 7 años, manejo una 4x4, como si fuera Robby Gordon. Y siempre dije que cuando fuera grande tendría una 4x4. Siempre vi el París-Dakar y soñaba con venir algún día. Ahora estar en mi segundo Dakar es increíble, soy muy afortunada y feliz”.

Las palabras son de Fernanda Kanno (Lima, 1983), periodista y primera mujer peruana en participar en el Dakar (en 2018), que este año sigue cumpliendo su sueño, pero ahora con el objetivo de acabar.

“Ahora sí entiendo todo. Un día como hoy hace exactamente un año, estaba pasando las verificaciones pero no entendía absolutamente nada de lo que ocurría a mi alrededor. Ahora sé que me tiene que preocupar y qué no. Con esa experiencia voy a salir a la carrera. Ya puedo dosificar mejor el tiempo, mi energía, cuidar mejor la camioneta, así que espero que nos vaya mejor en este Dakar peruano”, asegura a motorsport.com.

Este año cambió de copiloto y ahora va con Alonso Carrillo, que suma dos Dakares (2013 y 2012). Su vehículo sigue siendo la Toyota Landcruiser con la que debutó (categoría T1S), pero “reforzada”. “En base a todo lo que hemos roto en todas las carreras que hicimos después, hemos reforzado, como la funda. Hay más espacio dentro de la camioneta, se ha cambiado el sistema eléctrico… Ahora es indestructible porque le hemos hecho de todo. 2018 ha sido el año de los errores, pero es producto de que he aprendido más”.

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Kanno sabe dónde estuvo su talón de Aquiles hace 12 meses, cuando abandonó camino de Fiambalá en la etapa 11: “Nos faltó un poco de concentración, ya que abandonamos porque nos perdimos en Fiambalá después de un problema mecánico. Mi objetivo el año pasado era estar en la carrera y con eso ya era feliz. Al fina, faltaba experiencia porque ninguno de los dos habíamos corrido un Dakar. Ahora el objetivo sí es terminar”.

“A mí no me gusta ver mi participación como una mujer en el Dakar. Me gustaría que algún día el mundo sea tan bacán que dejemos de hablar de hombres y mujeres y hablemos solo de seres humanos. Nunca he sentido que el hecho de ser mujer sea algo a destacar, porque mi caso es una persona que tenía un sueño y lo cumplió y así es para muchas chicas y muchos chicos. Me gusta verlo así”.

Velaverde, ejemplo de vida

El caso de Gianna Velarde (Lima, 1994) es distinto. La joven piloto peruana sufrió un cáncer de ganglios con 15 años y soportó 16 quimioterapia y 32 radioterapias. Ahora es la primera peruana en correr en moto, con una KTM EXC F.

"La moto era mi válvula de escape, mi medio para yo sentirme fuerte y, sobre todo, para sentir que yo también era ganadora. No puedo decir si el Dakar va a ser más o menos difícil que lo que ya he experimentado, pero sí puedo decir que va a ser uno de los eventos más trascendentales de mi vida, probablemente el segundo”, comenta.

“El hecho de que sea 100% peruano me ha motivado a meterme. Para mí es un reto el Dakar y terminarlo aún más, porque en moto todo es supercomplicado y vas solo. Es algo que me emociona y estoy segura de que la chica que entra en la carrera será muy distinta de la que salga de la carrera, porque me van a pasar tantas cosas, voy a estar sola y la única persona que me va a poder levantar voy a ser yo misma”.

"Siento de todo, es una carrera muy importante pero en los primeros días hay que guardar y sobre todo intentar controlar las emociones y no cometer el error de querer ir a fondo. Y quiero disfrutar el momento y todo lo que está sucediendo”, concluye Velarde, que ya ha superado las dos primeras etapas del Dakar de sus sueños.