Nosiglia, la historia redonda del boliviano ganador  

Tupiza (Bolivia).- Ha sido poner un pie en Bolivia y el Dakar se ha revolucionado. Como si de la revolución de Morales y compañía se tratara, las gentes han salido a la calle y han coreado un solo apellido, de origen italiano, de nacimiento boliviano, en Sucre.

 “El lobo del desierto” ha hecho historia este jueves. Su mirada brillante, su sonrisa de dientes casi perfectos brillando entre las nubes de arena que se arremolinaban en Tupiza. Corriendo junto a sus hijos Walter Jr y Daniel.

 A lomos de un Honda TRX 700, Nosiglia ha surcado las primeras dunas del Dakar 2017, esas que hasta la organización ofreció sortear a aquellos que estuvieran dispuestos a penalizar 12 horas.

“Al principio de la mañana ha estado el detalle, en las dunas más difíciles que he pasado en mi vida. Ya salí primero y cuando llegue al refuelling me avisaron de que era el primero y no he soltado mas hasta aquí”, reconocía el boliviano a Motorsport.com al bajarse del quad y después de ser vitoreado por los cientos de aficionados que esperaban en la entrada al vivac.

 “Ha sido un recibimiento impresionante. Ganar una etapa ni me lo imagine ni lo pensé”, reconoce Nosiglia padre, antes de recibir el abrazo de Nicolás Cardona, piloto venezolano, y Juan Carlos Salvatierra, el motociclista boliviano. Un abrazo que se prolonga, que hace brotar las lágrimas a Walter Nosiglia y que los dos motociclistas emocionan al reconocer que este boliviano ha alegrado a todo un continente.

 “Acabo de cumplir 55 años, estoy de ida, no entrando. Realmente he venido muy rápido en la ultima parte porque sabia que venía ganando. Pensé que me había pasado un DZ, pero cuando llegué el DZ no estaba. Gracias a Dios”.

“El plan atacar a partir de hoy día y con el segundo día que tuve que remolcar a mi hijo perdí 50 minutos y ya venía con otro plan”, afirma el boliviano, que ya daba por perdida la lucha por la general pero que este jueves se ha colado en el top 4 de los quad, a 3:30 del ruso Karyakin.

“Cambia porque ahora estoy cuarto en la general obviamente que las aspiraciones cambian. Tengo nuevas chances y vamos a salir a atacar muy fuerte en las etapas de Bolivia y algunas en la Argentina que me van bien. Ojalá pueda llegar lo más adelante posible”.

Pero su sueño no es “lo más adelante posible”. Su sueño tiene forma de Touareg y color bronceado. Al que aspiran los 28 cuadriciclos que quedan en carrera y el que casi tocó con las dos manos el propio Nosiglia en 2015, cuando terminó tercero.

“El sueño, no es otra cosa, el ganar un Dakar. Nada es imposible”. No para este piloto de 55 años que este jueves ha emocionado a un país entero.