Hamilton espera que los altibajos queden atrás

Hamilton empató las 65 poles que Ayrton Senna había logrado en Fórmula 1 el fin de semana pasado. Sin embargo, y como narró el inglés, un despiste pudo salirle caro, dejarle con 64... y quién sabe en qué posición de salida.

Al elogiar el trabajo de su ingeniero Peter Bonnington y su equipo, Hamilton reveló que había olvidado el cambio de horario del sábado, cuando la clasificación empezó a las 13:00h (hora local) en lugar de a las habituales 14:00h.

"Estoy muy contento con el trabajo que hicimos", dijo en Canadá. "Bono y los chicos hicieron un gran trabajo respecto a cómo empezamos, y los pequeños avances que hicimos. Realmente no cometimos ningún error en los ajustes con los que trabajamos".

"Justo antes de la clasificación, pensaba que era a las dos de la tarde, y a nueve minutos de empezar yo seguía en mi cuarto, en mi escritorio trabajando y pensando que aún me quedaba una hora para la qualy. Mi ingeniero se había ido y estaba yo allí solo. ¡Hubo un poco de tensión de que no llegara a la clasificación! Solo esperaba que ese trabajo diera sus frutos y así fue”.

El por qué de su vuelta rápida

Hamilton sorprendió a casi todos cuando, en la vuelta 64 y cuando estaba cómodamente por delante de su compañero Valtteri Bottas, rodó un segundo más veloz que en su giro anterior para marcar la vuelta rápida. Superó incluso a Sebastian Vettel, que iba remontando con neumáticos ultrablandos (usados) montados en su última parada.

Sin embargo, en lugar de para exhibirse y completar un Grand Chelem más (pole, victoria, liderar todas las vueltas y hacer la vuelta rápida), Hamilton dice que estaba recopilando información útil para él y para sus ingenieros.

“No fue por diversión, era solo que realmente no había tenido que llevar el coche al límite en toda la carrera”, declaró. “Cuando vuelvo con mis ingenieros tengo que darles información e intentar conseguir mucha a lo largo de las 70 vueltas”.

“Hay varios modos diferentes en los que puedes poner el coche, y en una vuelta tenía que poner el coche al límite. En primer lugar tenía que ver cómo funcionaban los neumáticos, si mejoraban o empeoraban, y si el coche se comportaba de manera diferente en los pianos.

“Hice una gran vuelta y conseguimos mucha información. Y mereció la pena, porque sin esa vuelta habría sido como una hora y 45 minutos (más o menos), con menos información”.

Mónaco, un punto de inflexión

Hamilton explicó cómo un negativo fin de semana en Montecarlo inspiró al equipo para arrasar en la siguiente carrera: "Cuando fui a la fábrica el jueves [después de Mónaco] seguían haciendo el análisis, así que todo lo que podía hacer era preguntar y centrarme realmente en la siguiente semana. Luego durante el fin de semana conversamos sobre lo que habían encontrado, y aún seguían descubriendo más cosas. Llegamos a Canadá, tuvimos la reunión el miércoles, y ahí es cuando tuve una idea más clara”.

"Así que fue por el equipo, ya sabes. Las mentes que trabajan juntas tienen que estar bien unidas, comunicarse y creer en una gran organización como esta, y no siempre sucede. Es fácil hacerlo mal al comunicar cosas, pero se mantienen muy receptivos y trabajan en equipo. Es el mejor equipo que he visto desde hace mucho tiempo”.

A pesar del rendimiento impresionante en Canadá, Lewis mantiene los pies en la tierra sobre lo que esperan de Bakú, donde en 2016 tuvo un decepcionante fin de semana.

"Obviamente ha sido un muy buen gran premio, pero no puedo predecir lo que va a suceder. Vamos a ir a otra carrera, a Baku. Es un poco como Rusia, pero en Rusia fuimos rápidos, y para nosotros hacer que el coche funcione correctamente cada fin de semana es un reto”.

"Pero creo que hemos aprendido mucho de Mónaco, creo que hemos aprendido mucho este pasado fin de semana. Si adquirimos la misma diligencia que hicimos en las dos últimas semanas después de cada carrera, incluso cuando ganamos, estoy bastante seguro de que podemos seguir luchando y tal vez no hacer de esto una montaña rusa de cuestas y descensos”.