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Análisis

¡A Mil Por Hora! Ahora sí, un Nico desatado 

Nuestro analista Ángelo della Corsa desmenuza las claves que han provocado la racha de triunfos de Nico Rosberg en lo que va de temporada.

Ganador Nico Rosberg, Mercedes AMG F1 Team y en segundo lugar Lewis Hamilton, de Mercedes AMG F1 Tea

Ganador Nico Rosberg, Mercedes AMG F1 Team y en segundo lugar Lewis Hamilton, de Mercedes AMG F1 Tea

Mercedes AMG

Quien lo logre atar, muy buen atador será porque Rosberg ha agarrado vuelo –de tal manera– yendo tras las victorias que, sin ápice de duda: está visto y re visto que cuenta con el coche más competente y entonces sí, que sería un tonto redomado si se dejara arrebatar el liderato; desde ahora mismo, hasta que esta campaña, toque su fin.

El único rival serio que tiene en contra, vive y convive en el mismo Box. Pero Lewis Hamilton, está tan sorprendido, y un poco engañado también por su arrogancia: que es el momento ideal para someterlo, sin ningún tipo de miramientos.

Es ética y política irrenunciable de estas columnas, que el lector ejerza su santa voluntad, tomando o desechando con toda soberanía, lo que le plazca.

No por eso, es menos explicable que se deje atrás un poco la hazaña de los siete triunfos seguidos del alemán, y empezar mejor, por la “obra maestra” (Capolavoro, dicho en italiano) que ha redondeado en Sochi el domingo primero de mayo, día del trabajo. Y sí. Sí, que trabajó a la perfección el retador a la corona.

 

GRAND CHELEM

Que también se puede llamar Grand Slam o póker de logros, con cuatro ases de oros en la mano. La invencibilidad, por definición.

Se lo llega a llamar así, de igual manera, para otras actividades tan disímbolas, como en el marketing o en la experimentación científica.

Sin embargo, en lo de esta incumbencia, muy bueno es recordar que se les lleva la cuenta –con pelos y señales– a 992 corredores, desde 1950 hasta este año, y apenas: 24 de ellos, los han podido bordar en una filigrana de las más requintadas y brincando, toda clase de obstáculos.

Son obras de arte que se crean sólo gracias a contar con enormes redaños. Consiste en dominar el sábado y el domingo de un fin de semana de Grand Prix: para adueñarse de la PolePosition; liderar en todas las vueltas de la justa; ganar la carrera y, marcar el giro + rápido de todos. Nada más...

 

Lo que es esencial para que la obra, sea digna de subir a los altares del arte sublime, consiste en: un magnífico inicio, todo lo de en medio hecho de manera impecable, y el cierre: realizado con un broche de oro inapelable.

Nadie hasta hoy, como el gran iniciado en los enigmas del saber andar, como si nada, por encima de los límites de lo posible en lo tocante al vértigo sobre cuatro ruedas: Jim Clark, quien dejó establecida una friolera, de ocho grandes prodigios (con tan sólo 72 participaciones oficiales).

Poco menos, pero asimismo notables, con cinco de ellos: Alberto Ascari (en 32 GP) y Michael Schumacher (gracias a sus 307 apariciones en el asfalto).

Ya con cuatro en su haber, las 4 verdaderas fieras de las pistas: Jackie Stewart (99), Ayrton Senna (161), Nigel Mansell (187) y, Sebastian Vettel (con 161 GP). Luego con tres pases de magia, nada más, Nelson Piquet quien lo consiguió en 204 largadas.

Con un par, PerCápita: Juan Manuel Fangio (en 51 fines de semana), Jack Brabham (en 123), Mika Hakkinen (con 161 pruebas vividas) y, Lewis Hamilton (que llega ya, a las 171).

Y por fin, con un solo Grand Chelem, que es mucho mejor que nada: Stirling Moss (66 GP), Mike Hawthorn (45), Jo Siffert (96), Jacky Ickx (114), Clay Regazzoni (132), Niki Lauda (171), Jacques Laffite (176), Gilles Villeneuve (67), Gerhard Berger (210), Damon Hill (115), Fernando Alonso (256) y ahora, Nico Rosberg (que suma las 189 arrancadas).

En el tenis, en el beisbol, o en el ski: se usa llamar de esta manera a las proezas engarzadas.

Pero en el asunto de la velocidad extrema y de mayor refinamiento, la perspectiva es otra: ya que entre los muy pocos pilotos mencionados, hacen un listado distinguido y mínimo: con sólo 56 ocasiones en las que se han podido confeccionar los Grand Slam. Ello, en 939 oportunidades habidas hasta hoy, o sea, apenas cerca del 6%.

Tan sólo tres pilotos los han ligado sucesivos: Ascari en los GP de Alemania y de Holanda, de 1952. Clark en 1963, en Holanda y en Francia. Y Vettel en Singapur y Corea del Sur, en el año de 2013.

Esto es, que más allá de si tienen el mejor auto o no. Si el aficionado, de manera unánime, los considera como los más o menos sobre salientes. O si alguno de ellos, es superior al resto, o quizás más pequeño. La medida de su grandeza está en lo que cristalizaron. Lo otro, es anécdota. Numerología.

No importa. Se trata de gestas que no contienen ninguna atenuante para que sean consagratorias de una virtud y una grandeza, ante las cuales hay que quitarse el sombrero. Y ya.  

 

PEQUEÑO GIGANTE

Nico es un piloto que fue de medio pelo, para abajo, gran parte de su andadura en la F1. Hasta en su carrera número 111, en China, ya al servicio de Mercedes: ganó por primera vez.

Con 18 triunfos en su haber, el gradiente de productividad que posee es bajo, tan solo del 9.52%. Sobre todo, si se lo considera frente a sus mayores, en el pilotaje. 

El de Vettel es de 26.09%. El de Hamilton del 25.15% y por ejemplo, en el caso de Fernando Alonso llega al 12.50%.

Ya ni se diga si se habla de Fangio que puso el listón inalcanzable, para todos, con una eficiencia abismal del 47.06%; o el de Ascari, que se quedó en el 40.63%.

No importa si fue en otros tiempos; si un piloto ha vivido mejor arropado o no; si tiene más fortuna o ésta, lo traiciona. Lo que vale es que, han sido todos ocupados, en lo mismo: jugando a las carreras sobre bólidos.

No es cosa de comparar manzanas con trenes de alta velocidad. Es la cruda realidad. Los mejores, son los mejores, porque son mejores ¿qué se le va a hacer?

Otra cosa muy diferente y también digna de ser destacada: es la nueva reacción de Nico, desde el GP de México de 2015, para acá, en que ha ligado los famosos siete triunfos.

La única explicación comprensible es, que esté en un proceso de lo más bello y valioso que puede experimentar jamás un ser humano: superar a su propia naturaleza; esa, que se trae en el bagaje personal desde siempre. Y se lo logra. Por supuesto.

Los héroes no nacieron heroicos, decidieron en un momento determinado, convertirse en los seres decisivos. Los inmortales.

Cuentan de un tal Saulo que se cayó de su caballo, para hacerse Pablo el de Tarso. Acaso ¿Napoleón Bonaparte no era un tipo bajito y medio antipático, que además casi no se bañaba? Pero bien que llegó a ser el emperador de los franceses, para traer cogida en un puño –y del rabo–  a casi toda Europa. No como la señora Merkel de esta época. Qué bah.

De que se puede, se puede: es cuestión de ponerse el Chip adecuado y, apretar con fuerza las amígdalas.

 

LA REVOLUCIÓN ALEMANA

Marca perfecta de cuatro, cuatro.

 

43 puntos, lejos de su más cercano perseguidor; si Pitágoras no miente y es en algo cierta la llamada “ley de las probabilidades”: llegará a Mónaco –su casa– siendo el líder en el Standing, todavía.

Falta nada más, que no pierda el paso; que no afloje ni en un instante siquiera; que ni le ocurra bajar el ritmo y sobre todo: que no perdone. El que perdona, en la competición, pierde por necesidad.

   Si se compara a Nico con su padre, Keke: el vástago da mucho para meditarlo: ha salido victorioso, desde noviembre de 2015, a mayo de 2016: más veces de las cuales pudo hacerlo su progenitor, de por vida.

Papá Rosberg tan sólo ganó cinco GP, en 114 salidas (4.39%) y no obstante: fue campeón del mundo en 1982. Experiencia, para la ciencia.

La posibilidad, de las posibilidades, es pura y dura: Nigel Mansell en 1992 (incluso, terminó la quinta carrera invicto. Desde Sudáfrica, a Mónaco); Ayrton Senna en 1991, desde los EUA (en Phoenix) hasta Mónaco también; y M. Schumacher, inclusive lo perpetró dos veces (en 1994 con Benetton, desde Brasil y claro, a llegar al  principado. Después, lo recetó otra vez, en 2004 con Ferrari, entonces lo fue desde Australia, hasta España; en que se impuso en cinco justas seguidas).

Los tres dichosos, ganaron sus cuatro primeras pruebas de la temporada y al final de esos torneos, se coronaron.

Siguiendo el consejo de las abuelas sabias: ni tanta vela, que queme al santo; ni tan poquita, que no lo alumbre. 

Datos, coincidencias, comparaciones y hechos que se implantaron, los hay por docenas. Se deben de buscar en el portal (www.tf1.mx) de su amigo inquebrantable.

No nada más un escritor ha habido, que trabajó para que lo quisieran sus lectores. Hay más gente cándida, de lo que usted supone. Siempre suyo… 

Muy amigable mente,

Ángelo della Corsa

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