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Análisis

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Sabiendo que no triunfarán, unos lo intentan. Así es la historia de muchos de los países y sus escuderías que se inscriben al universo de la F1.

Nico Hulkenberg, Sahara Force India F1 VJM08

Foto de: XPB Images

Sabiendo que no triunfarán, unos lo intentan.  

Es así la historia de los autos de la Fórmula 1 compuesta por aquellos que tan sólo han querido y también, con los que de verdad pudieron. Largo y variado lo que se tiene para contar.

Se ha intentado con las entregas más recientes: hacer un vuelo rasante, país por país, de los que han llegado y a poco, de quienes se marcharon o algunos, que permanecen aún con vida, así sea a media tabla.

Haciendo notar que en muchas ocasiones, se han declarado como equipos ingleses, aunque la idea, la motivación y el dinero, haya llegado de otros sitios.

El caso más patético es el de la reciente organización llamada Lotus, que en realidad era de un propietario, hijo de españoles quien vive y trabaja en Luxemburgo y, cuyo objeto esencial es promover sus negocios; que tienen que ver con la especulación así como con las inversiones de pronto y grande retorno.

Gerard López que finalmente, salió por piernas del compromiso, al vender a Renault su organización, perfectamente desorganizada. Si bien, como él lo ha confesado, al final terminó ganando; aunque el precio de la negociación final, no haya pasado más allá del valor de una libra esterlina.     

Hay situaciones raras, no por eso, menos ciertas. Por ejemplo, cuando se habla de  Estados Unidos de América que tienen mucho recorrido, sobre todo en los años en los cuales las “500 Millas de Indianápolis” contaban en el calendario de la categoría.

Pero también, están otros proyectos que fueron casi fantasmales, o fantásticos. En fin: el prurito, la comezón, sí que se la quitaron los patrones que soñaban que soñaban. No obstante, este año de 2016 se le da la bienvenida al regreso –con fanfarrias– de otro norteamericano, Gene Haas, del que ya veremos con quién le toca bailar.

Así las cosas, nos vamos arrancando ya, por orden alfabético según que país ha sido la sede de cada aventura. Es imposible no hacer un enorme rollo, porque los datos son abundantes.

De modo que, se dejarán para una entrega siguiente, las sagas de Irlanda, Malasia, Sudáfrica, Suiza –y por razones de buenos modales, al final, México– entonces, lo de esta columna, ya comienza diciendo así:

 

ARGENTINA

Como es de imaginar. Un país maravilloso e insólito. Hacia mediados del siglo XX era una potencia mundial. Hoy por hoy, se debate en un galimatías político, el cual parece que ni siquiera sus políticos aborígenes –por más profesionales que parezcan– entienden. Un poco, como pasa por todo el planeta.

Pues en la supuesta tierra de Carlos Gardel, de Borges y de Diego Maradona hubo un intento que se guarda en los registros oficiales. Se llamó BERTA. Fue liderado por Oreste Berta hacia el año de 1975.

Al fin de cuentos, nunca se alineó en una parrilla, pero sí se inscribió para intentarlo, en aquel dichoso año. El plan previsto, era tomar parte en los Grandes Premios de Argentina y Brasil con el piloto Néstor García-Veiga. Impulsado por maquinaria de Ford Cosworth, V-8, de tres litros, y con gomas de GoodYear. Iba a ser un equipo puramente argentino. Para el que, infelizmente, en los momentos decisivos, nunca se reunió el dinero con el cual seguir adelante.

Quedó como un tema de buena voluntad y mucha afición, porque Berta fue un nombre muy respetable en las categoría menores de la competición sudamericana.

 

BRASIL

Viene el asunto del gigante iberoamericano, que ha sido a no dudarlo, el país con más formulismo en América. No hay otro que ostente a tres campeones mundiales, así de fácil se puede resumir su importancia. Aunque bien cierto es, que una cosa es tener autódromos y una buena escuela de pilotos y, otra muy diferente, pretender formar un equipo para la máxima categoría, que aguante al paso del tiempo.

Lo cual quedó palmariamente demostrado con el enorme esfuerzo que hizo Wilson Fittipaldi en solitario y poco más tarde, asociado con su hermano Emerson. La primera experiencia, comenzó bajo el nombre de COPERSUCAR, que dio inicio con el Gran Premio argentino de 1975 y al final, con el de los EUA –este– en 1979.

Su mejor llegada fue un segundo lugar en el autódromo Jacapareguá, de Río de Janeiro en 1978, parecía que la suerte iba a sonreír mucho; pero lo cierto ha sido, que la más alta posición para largar, fue por una vez, desde el quinto cajón en Interlagos, de Sao Paulo. La clasificación en los campeonatos del mundo que alcanzaron, fue así: en 1975, no clasificó; para 1976, quedó en 11º sitio; en 1977, obtuvieron el 9º lugar; en 1978, el 7º y, para 1979, bajaron hasta el 12º.

En cinco campañas: tuvieron 71 largadas, para obtener un triste podio. Fueron 5 pilotos, según este pequeño listado: Emerson con 60 salidas; Wilson con 10; un tercer brasileño, Ingo Hoffmann, para tres GP; el italiano Arturo Merzario por 1 carrera y, Alex Ribeiro contratado, pero que nunca largó. En total, cosecharon: 32 puntos; con 3,283 vueltas recorridas, y una andadura de 15,932 kilómetros.

De 1980 a 1982 su escudería ya llevaba –ahora sí– el nombre de Fittipaldi Automotive y estaban metidos los dos de la familia, invirtiendo y promoviendo. Había más experiencia, un gran emblema con el nombre ilustre cual símbolo de su importancia y sumando el dinero que ganó el campeón mundial de 1972 y 1974, que no tardó en comenzar a desbaratarse.

Empiezan esa segunda etapa muy entusiasmados, con el GP argentino de 1980. En total, llegaron hasta las 32 largadas, que terminaron en Monza en 1982. Siempre, motorizados por Ford Cosworth.

En su primera temporada uno de los coches era conducido por Emerson y el segundo, por el joven piloto Keke Rosberg, rodando sobre cauchos de GoodYear. Consiguieron un tercer lugar en su primera aparición, gracias al finés. Que luego, repitió el brasileño en Long Beach, tres carreras después. Después, lo más que se logró fue, un sexto lugar en la parrilla.

Acabaron con un solo volante al tercer año, que fue Chico Serra. Cierta garantía, porque él había acompañando a Keke en la segunda campaña. Lo más que se obtuvo en el total del riesgo asumido, fueron los dos podios; 12 puntos anotados; 2,061 giros en carrera y un recorrido de 9,554 kilómetros, perdiendo muchos dólares.

CANADÁ

Viene otro país más del nuevo continente, lo más al norte. Los canadienses con su equipo STEVRO que se dio el lujo de jugar una sola carrera. La de los Estados Unidos, en el fin de semana del 4 al 6 de octubre, jugada en Watkins Glen, por el año de 1963.

Gracias a las peripecias que hicieron los dos socios: John Stevens y Peter Broeker quienes obtuvieron un séptimo puesto en la grilla para largar, pero quedaron en 21º lugar, entre los 24 competidores. Peter lo hizo muy bien y en cambio Ernie de Vos, ni tomó la largada, por falta de recursos. En su auto con motor de Ford, de cuatro cilindros en línea y un litro y medio de cabida; con gomas Dunlop, como todos en esa campaña. Para escribir un gran total de 88 vueltas y 326 kilómetros.

ESPAÑA

José Ramón Carabante se sacó la rifa del tigre en un plan ambicioso que inició el piloto español Adrián Campos. Llamado HRT, con sede en Madrid. Un absurdo total, que se vio y se vivió no hace tanto tiempo. Inició en 2010 en Baréin y fueron necios con la idea, hasta el final de 2012, cerrando la temporada y asimismo la puerta de la empresa Hispania Racing Team, ocurrió en Sao Paulo al cerrarse la temporada.

Contaron 51 largadas y por una vez, se llegó en 13º sitio, también se consiguió la mejor ocupación de un Grid, gracias apenas a un 18º puesto. Tres temporadas tirando dinero a diestra y siniestra.

Contrataron todos los pilotos que les fue posible, buscando que llevarían dinero a la organización. Más bien, ha sido un gozo para agentes, intermediarios y publi-relacionistas. Fue la esquizofrenia absoluta, porque sobraban asesores y faltaba un jefe; así como muchos millones de euros más.

Pasaron en fila, el indio Narain Karthikeyan por 27 carreras; un coterráneo, Pedro de la Rosa con 19 GP; de Brasil, Bruno Senna con 18; de Italia, Vitantonio Liuzzi 17; Daniel Ricciardo de Australia, 11; otro más de la India Karun Chandhok 10 veces; Sakon Yamamoto pues sí, desde Japón sólo 7 arrancadas; y de las orillas de El Danubio, el austriaco Christian Klien con tres largadas; también como reservas: el chino Qing Hua Ma; el catalán Dani Clos y por fin, un joven de la República Checa, Jan Charouz. Nada de nada…

…Más que la acumulación de deudas millonarias. La burbuja que tanto les gusta a los españoles. En ese auto blanco –con flecos rojos y gestos en negro– tan bonito, fue lo que sonó como petardo de peso pesado. Dio 5,238 Laps, para acumular: 27, 244 kilómetros con maquinas de Cosworth y gomas de BridgeStone el primer año, y los dos últimos, calzando Pirelli. Gran-gran fracaso.

EUA

EAGLE un nombre gringo del equipo que con mucha dignidad fundó y dirigió Dan Gurney. Otro más, que de piloto pasó a ser jefe, con más penas que utilidades.

Una saga que va desde el GP de Bélgica en 1966, hasta el de Canadá en 1969. Pero que no se fue en blanco, por aquella enorme victoria y una primera fila en la largada que se firmó, ni más ni menos que, en Spa y Francorchamps en las manos de Dan con el # 36 en los costados, gracias al motor Weslake y gomas de GoodYear, en 1967.

Fueron un total de 25 arrancadas en las 4 campañas; 2 vueltas + rápidas y dos podios. Trabajó también, con motores de Climax, en 10 Grandes Premios.

Puso en su nómina a siete pilotos más, salvando el nombre del jefe y fueron: Bruce McLaren, Al Pease, Bob Bondurant y a Ludovico Scarfiotti; llegó  a tener anotados en sus formaciones también a: Phil Hill, A. J. Foyt y a Richie Ginther. Para obtener una cosecha total de 17 puntos; 19 vueltas yendo a la cabeza; 746 Laps recorridas, que son igual a 4,708 kilómetros. Bastante digna esta leyenda ¿o no?

Kurtis Kraft es un caso bien especial. Se registró hasta en 160 ocasiones, porque seguía al pie de la letra las instrucciones de los europeos que manejaban las carreras; mucho menos intrépidos que los de hoy. Así fue, que sólo tomó la partida en 12 GP.

Llegó a registrar hasta a 129 pilotos. 10 motores y 14 diferentes modelos, pero agarró 5 triunfos y 6 PP; 7 vueltas + rápidas; 16 podios y tres dobletes. 1,073 vueltas liderando; y dio un total de 26,730 giros, lo que es una cantidad igual a 107,622 kilómetros, a sus reales anchas.

Ganó siempre en Indianápolis, de la siguiente manera: en 1950 con Johnnie Parsons; en 1951 con Lee Wallard; en 1952 y 1953 gracias a Bill Vukovich y, en 1955, con el volante de Bob Sweikert. Todas las veces, con motores de OffenHauser y llantas de FireStone.

 

FALTA QUÉ CONVERSAR

Porque hasta la fecha, insiste un equipo que proviene de tierras exóticas. Sí. La India. Con su FORCE INDIA del osado líder Vijay Mallya, tan persistente, aunque le cueste una fortuna el experimento; porque ha dejado en segundas manos su imperio de negocios en tierra firme, por andar jugando en los cochecitos. Pero se le ve encantado y hasta de verdad, mejorando.

Inició en 2008 y llega hasta hoy. Ya obtuvo un segundo sitio y una pole position, que les regaló Giancarlo Fisichella en el año 2009; ello, con 150 largadas. A estas se incorporan tres podios y tres vueltas más rápidas. Aquí, vale el comentario que les ha sido de mucha utilidad el piloto mexicano, Sergio Pérez.  

Se puede hablar de la seriedad en el negocio, luego de ocho temporadas, con un programa muy atrevido que arrancó con los desechos de equipos previos: Jordan, Midland y Spyker, para demostrar una vez más, que este tema no es como poner miel sobre las hojuelas. Demanda mucho dinero, conocimiento y paciencia. Por eso valen tanto: Ferrari, McLaren o Williams. No. No es fácil mantenerse por años en esto…

La fuerza india, lleva una experiencia de 18 justas con motores Ferrari y, 132 con los de Mercedes Benz; ha experimentado las dos eras, con máquinas de aspiración atmosférica y con las híbridas –turbo con recuperadores de energía– lleva contratados a nueve pilotos: Adrian Sutil de Alemania 97 GP; Paul di Resta británico 58; Nico Hulkenberg también alemán 57 carreras; el de México, Pérez, con 37 justas; Fisichela de Italia, quien estuvo en 30; lo mismo, Liuzzi, italiano con 24 y, como probadores: Daniel Juncadella, español; James Calado, inglés y el francés, Jules Bianchi: que se han encargado de anotar hasta 627 puntos; dar 65 giros en punta; 15,201 vueltas recorridas; esto es: 77,011 kilómetros en carreras.

Debe de quedarle muy evidenciado a usted lector@, que sólo así, viendo al pasado: se pueden entender las estupideces que se cometen en el presente ¿No es que se percibe muy en claro que al paso de seis décadas, se hayan visto muchos casos como el de Virgin-Marussia-Manor? En los cuales el misterio está, en que alguien tiene que salir ganando, sino, no se repetiría tanto tropiezo en la misma piedra.  O al menos, así lo suponía Sherlock Holmes.

Muy amigable mente,

Ángelo della Corsa

 

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