Dónde se ubica Checo Pérez ante otros compañeros de campeones de F1

Perder el segundo puesto ante Charles Leclerc en el Gran Premio de Las Vegas importó poco a Sergio Pérez. Como Lewis Hamilton tuvo algunos contratiempos en la carrera de Las Vegas y sólo terminó séptimo, el tercer puesto de Pérez fue suficiente para poner el subcampeonato de Fórmula 1 2023 fuera de toda duda. Así, se convirtió en la primera vez que Red Bull se aseguraba las dos primeras posiciones en el campeonato de pilotos.

Misión cumplida, ¿verdad? Si uno simplemente mira los resultados y nada más, entonces seguro; Pérez hizo el trabajo para el que fue contratado en su papel no oficial como número dos de Max Verstappen y terminó como subcampeón en el campeonato. Lo logró con el mejor coche de la parrilla, consiguiendo así el puesto que esperaba en el campeonato, cumpliendo con sus obligaciones, y puede considerar 2023 como un éxito rotundo.

Pero no fue así. Que tuviera que esperar hasta la penúltima ronda del campeonato para ser segundo por delante de Hamilton, que tuvo un coche inferior, cuando Verstappen se había asegurado el título cuatro rondas antes es una cosa; terminar a casi 300 puntos de su compañero de equipo habiendo acumulado solo nueve podios en todo el año (en comparación con las 19 victorias y 21 podios de Verstappen en total) sugiere que no ha sido una temporada particularmente buena. El segundo puesto llegó casi por defecto, en lugar de ser un premio consuelo ganado a pulso. Es cierto que hizo su trabajo ayudando a Red Bull a sellar el campeonato de constructores, aunque Verstappen acumuló suficientes puntos por sí solo para lograr la hazaña.

Esto no debe considerarse un desprecio a las habilidades de "Checo" Pérez como piloto de carreras, y hay circunstancias atenuantes aquí. Pérez ha citado con frecuencia sus frustraciones en la forma en que su estilo de conducción choca con los monoplazas de Red Bull, ya que su preferencia por una característica de dirección más neutral no necesariamente se alinea con la forma en que los coches "quieren" ser conducidos. Esto es algo que Verstappen entiende, y su habilidad para convencer a un coche que baila sobre el eje trasero para que haga su voluntad ha apuntalado sus triunfos en el campeonato en los últimos tres años.

Y Pérez ha estado bajo presión esta temporada; ha citado que su campaña comenzó a desintegrarse ya en Miami, y sólo logró recuperar su confianza después de encontrar un avance en la puesta a punto en el simulador después de Qatar. Durante este tiempo, ha tenido que hacer un gran examen de conciencia para conseguir la mentalidad adecuada durante los fines de semana de carreras, y ha tenido que hacer frente a una serie de carreras que no parecían ir bien.

Dicho todo esto, hay dos hechos que hay que constatar. El primer hecho: el RB19 es uno de los coches más dominantes que se han visto en la historia de la F1. Ganando 21 de 22 carreras ha superado completamente la temporada 1988 de McLaren como el estándar de oro de la dominación, especialmente cuando el estatus del MP4/4 parecía intocable.

El segundo hecho: el objetivo de un segundo piloto en un equipo que compite por el campeonato es proporcionar apoyo al piloto principal. Si la desgracia cae sobre el primero, el número dos se hace cargo. El hecho de que Pérez acabara segundo tras una victoria de Verstappen solo cuatro veces (aunque le ganó dos veces en 2023) sugiere que este papel solo se cumplió en un 30% de las ocasiones.

Foto: Zak Mauger / Motorsport Images

Pérez ha estado a la sombra de Verstappen durante casi toda la temporada 2023

Esto llevó a este redactor a un poco de experimento mental: ¿qué hace al número dos perfecto? ¿Cómo se define? ¿Hay algún piloto que lo haya cumplido, y hay alguno que no?

Para ello, tenemos que considerar si Pérez lo ha cumplido. En la clasificación de 2023, sí, pero debido a la falta total de competencia en cualquier otro lugar de la parrilla, terminar segundo era una conclusión inevitable que estuvo cerca de perder. ¿Es eso meramente circunstancial, o es menos favorable como número dos en comparación con, digamos, 25 años de otros ejemplos?

Debería ser fácil averiguarlo. Lo que hemos hecho es lo siguiente: hemos tomado todas las carreras en las que se han clasificado el campeón y su compañero de equipo desde 1996 en adelante, y hemos calculado la diferencia entre ellos al llegar a la bandera a cuadros. Después descartamos las anomalías, sacamos una media y la consideramos como el delta entre dos compañeros de equipo. En teoría, si mañana se celebrara un gran premio con todos los pilotos de la temporada, se podría calcular la diferencia entre los dos equipos. En primer lugar, algunas advertencias, ya que no pretendemos que esto sea un estudio científico exhaustivo iterado a través de cientos de simulaciones. Es sólo una hoja de cálculo que nos llevó una tarde y tres tazas de café. Vamos a llamar a la métrica "brecha esperada".

Como ya se ha mencionado, se han eliminado anomalías significativas, como el orden de llegada comprimido por el coche de seguridad del Gran Premio de Australia y la diferencia de dos vueltas entre ambos del Gran Premio de Mónaco, y se han eliminado las penalizaciones para reflejar sus posiciones de llegada en la línea de meta. Las carreras con abandonos no se han tenido en cuenta.

Pérez llegó a la bandera a cuadros con una diferencia media de 17.813s respecto a su compañero de equipo, lo que supone 0.3s por vuelta más lento en una carrera teórica de 60 vueltas. Eso no suena demasiado escandaloso, pero esta fue una brecha que fue la diferencia entre terminar segundo detrás de Verstappen y terminar en la parte inferior de los puntos

Para una total transparencia, también se han descontado muchos resultados en los que los dos pilotos terminaron a más de un minuto de diferencia; en la era moderna, esto es cada vez más raro y solo es un punto a tener en cuenta si la desgracia se ha cebado con uno de los pilotos. Esto se hace para evitar que los datos se distorsionen aún más, ya sea por un incidente o por un problema mecánico.

Aunque las anomalías han sido poco frecuentes en los resultados de los últimos 20 años y la era de la hiperfiabilidad, esto empieza a cambiar cuando se explora el conjunto de datos del otro lado de la frontera del milenio. En este caso, las grandes diferencias son mucho más frecuentes, ya que era más probable que los pilotos se retirasen y dejen grandes intervalos de tiempo entre ellos. En consecuencia, los resultados son más variados. Tampoco se han contabilizado las carreras sprint.

Ahora que todo el mundo es consciente de que esto definitivamente no es una revista científica revisada por pares, o un análisis estadístico impecable que modela cada fluctuación en los resultados - y que esto es simplemente una investigación sobre las diferencias de tiempo promedio entre compañeros de equipo - consideremos el 2023 de Pérez frente a Verstappen. Habiendo recopilado sus resultados a lo largo de la temporada, ha promediado una diferencia de 17,813s en la bandera a cuadros en comparación con su compañero de equipo, que es aproximadamente 0,3s por vuelta más lento en una carrera teórica de 60 vueltas. Eso no suena demasiado escandaloso, pero, en los casos en que la dispersión del campo era mucho menor, esta fue una brecha que fue la diferencia entre terminar segundo a Verstappen y terminar en la parte inferior de los puntos.

Foto: Mark Sutton / Motorsport Images

Desde el inicio de 2022, la diferencia de Verstappen sobre Pérez no ha dejado de crecer

Después de las cinco primeras rondas de la temporada, este era un vacío que a menudo ocupaban Mercedes y Aston Martin, y luego Ferrari y McLaren a medida que sus temporadas comenzaban a mejorar. Además, esto también supuso un aumento de su diferencia con Verstappen a lo largo de 2022, que se situó en 11.997s de media en la bandera. Aunque esto lo puso mucho más cerca de su compañero de equipo, en realidad perdió el segundo puesto en el campeonato en favor de Leclerc, debido a la buena forma del piloto de Ferrari durante todo el año.

Estas son mejoras significativas para el primer año de Pérez con Red Bull en 2021. Con la esperanza de evitar que el segundo asiento se convirtiera en una puerta giratoria a medida que Daniel Ricciardo, Pierre Gasly y Alex Albon iban y venían, Pérez estuvo algo lejos de Verstappen y fue casi 30 segundos más lento de media a lo largo de un gran premio: 29,983s fue su delta medio en la bandera. Eso es poco menos que ser 0,5s por vuelta más lento en una carrera de 60 vueltas, lo que sorprendentemente lo sitúa por debajo de los 27,387s que separaron a Verstappen y Albon en su temporada y media juntos.

En sus tres años en Red Bull, Pérez cruzó la bandera a cuadros 19.931s después que Verstappen de media. A continuación se muestra una lista de promedios para ver cómo se compara con otras brechas promedio de bandera a cuadros entre campeón y número dos durante sus cursos como compañeros de equipo. Como referencia, hemos dividido los títulos de Hamilton y Nico Rosberg entre el periodo 2014-16 para destacar la escasa ventaja que Rosberg tuvo en su año ganador del título en las carreras que ambos terminaron.

Cuando Valtteri Bottas se unió a Mercedes en 2017 cuando Rosberg anunció su sorprendente retirada, actuó en gran medida como una especie de buen complemento para Hamilton y a menudo podía lidiar con la presión en la clasificación. Los promedios de 2017 y 2020 no son diferentes, con una diferencia esperada de 9,31s respecto a Hamilton en su primer año en relación con su cifra de 10,580s durante la última temporada en la que Hamilton se hizo con el título. 2018 y 2019 también se equilibran en cierta medida; así como la de 18 fue una mala temporada que se saldó sin victorias en carrera y con una diferencia media de 18,358s en la bandera, Bottas mejoró su juego en el año siguiente y consiguió poner a Hamilton bajo la lupa de forma más regular; así, la diferencia esperada entre ambos es de solo 5,852s.

La historia ya muestra lo cerca que estuvieron Hamilton y Rosberg. Curiosamente, su delta medio más pequeño fue de 2015, posiblemente la temporada en la que Hamilton tuvo una ventaja mucho mayor en la batalla por el campeonato. A esto contribuye que Rosberg terminara regularmente por detrás de Hamilton por pequeños márgenes, y su resurgimiento a finales de temporada cuando Hamilton posiblemente levantó el pie del acelerador ayuda a resolver parte del equilibrio, y podría decirse que sentó las bases para la victoria de Rosberg en el título de 2016.

Foto de: Andrew Hone / Motorsport Images

Hamilton y Rosberg fueron los compañeros de equipo más compenetrados - y la única pareja que se convirtió en campeona del mundo como compañeros de equipo

El rendimiento de Sebastian Vettel sobre Mark Webber tendió a fluctuar con la dispersión de la parrilla. En 2010 y 2012, había muchos más equipos luchando por la victoria, mientras que Red Bull tenía sus propios problemas. En situaciones en las que había incertidumbre, a Webber le iba mucho mejor, ya que Vettel parecía verse mucho más afectado cuando el coche no era especialmente fuerte. En circunstancias en las que Red Bull dominaba, Vettel era mucho más fuerte.

Su diferencia de 2010 fue la más pequeña, ya que Webber fue uno de los principales aspirantes al título ese año; se esperaba que el australiano terminara solo 3,198s por debajo de su compañero de equipo ese año. La diferencia fue mayor en 2012, con 12,324s, pero palidece en comparación con 2011 (14,925s) y 2013 (17,428s).

Jenson Button y Rubens Barrichello estuvieron muy igualados en Brawn y no es ninguna sorpresa ver que su diferencia refleja esto. El dominio de Button a principios de temporada hizo gran parte del trabajo para el británico, ya que la segunda mitad de temporada más fuerte de Barrichello (y su excelente victoria en Valencia) tendió a tapar cualquiera de las grandes diferencias de las primeras carreras. La diferencia entre Hamilton y Heikki Kovalainen es curiosa, sobre todo porque Hamilton estaba por lo general muy por delante de su compañero de equipo en términos de ritmo. Pero muchos de los mejores resultados de Kovalainen (su victoria en Hungría, su cuarto puesto en Francia y su segundo puesto en Monza) llegaron en días en los que Hamilton no había estado especialmente fuerte. El McLaren de ese año también había demostrado una fiabilidad cuestionable, lo que crea un conjunto de datos algo más pequeño con el que trabajar.

Fisichella fue, al igual que Pérez, un piloto que fue considerado en alta estima durante su tiempo en la parte media de la parrilla, y tuvo que ejercer la paciencia de un santo para tener una oportunidad en un coche contendiente al campeonato

La diferencia entre Kimi Raikkonen y Felipe Massa refleja su proximidad como compañeros de equipo en Ferrari en el año en que el finlandés triunfó en la última carrera, sucediendo a la diferencia campeón/compañero de equipo que refleja con mayor exactitud el déficit al que se enfrenta ahora Pérez. A lo largo de su etapa como compañeros de equipo, Fernando Alonso disfrutó de un nivel de supremacía sobre Giancarlo Fisichella en Renault que aseguró que sus principales desafíos por el título vinieran de otro lado: McLaren y Raikkonen en 2005, y Michael Schumacher y Ferrari en 2006.

Fisichella fue, al igual que Pérez, un piloto que fue considerado en alta estima durante su tiempo en la parte media de la parrilla, y tuvo que ejercer la paciencia de un santo para tener una oportunidad en un coche contendiente al campeonato. Ambos habían disfrutado de victorias improbables, con la famosa victoria de Fisichella en Brasil 2003 para Jordan, la última para ese equipo hasta la última victoria de Pérez en el circuito corto de Bahréin en 2020, entonces bajo el nombre de Racing Point. Sus hazañas en coches menores les valieron para pilotar en los mejores equipos de su época, y ambos tuvieron que enfrentarse a un grande de la F1.

Aunque Fisichella consiguió dos victorias en Renault, se le hizo parecer decididamente mediocre en su etapa como compañero de Alonso. Cuando un coche era difícil de pilotar, encendía un fuego bajo el romano y le llevaba a lograr algunos de sus mejores resultados cuando las condiciones insinuaban que un raro día de paga era posible. Con un coche fuerte, parecía desconectar, y el déficit respecto a Alonso parecía reflejarlo. Su diferencia con Alonso sigue siendo menor que la de Pérez con Verstappen, pero los 19.326s son, no obstante, similares en magnitud al déficit de 19.931s de Pérez.

El deslucido papel de Fisichella como número dos del campeón siguió a los esfuerzos de Barrichello por apoyar a Schumacher. Aunque el brasileño odiaba ser considerado nada más que el artillero trasero de Schumacher, lo hizo bien; a lo largo de 2002 y 2004, podría decirse que completó la misión que se le había encomendado a Pérez este año con un coche dominante, y consiguió las victorias cuando Schumacher no pudo. De las cinco temporadas en las que Schumacher y Barrichello fueron compañeros de equipo, 2002 fue la más igualada, con 5.858s. A ello pueden haber contribuido ligeramente los dos "finales de foto" de Austria y EE.UU., aunque Barrichello quedó por delante en la primera y Schumacher en la segunda, por lo que podemos considerar equilibrada la cifra global. En 2001, el brasileño obtuvo la mayor diferencia prevista, 18,674s, en una temporada en la que Williams y McLaren pelearon por victorias.

Foto de: Lorenzo Bellanca / Motorsport Images

Crecen las comparaciones entre Fisichella y Pérez y sus respectivas carreras

Para acercarnos a los niveles de déficit de Pérez y Fisichella, tenemos que remontarnos a 1994 y 1995. Aquí es donde comenzó todo el experimento mental; al considerar el déficit de Pérez en comparación con Verstappen con un estimado colega de trabajo, uno se preguntaba si esta era la mayor brecha entre compañeros de equipo desde que el padre de Max, Jos, fue emparejado con Schumacher en Benetton durante partes de 1994. No estábamos muy lejos.

Aquí es donde la métrica se vuelve menos precisa, y esto no es sólo debido a la menor fiabilidad que reduce nuestros conjuntos de datos globales. También se debe a las circunstancias en las que Benetton corría en aquella época y a lo centrado que estaba el equipo en Schumacher. Desde su "liberación" de Jordan en 1991, Schumacher tenía efectivamente toda la estructura del equipo construida en torno a sus éxitos, a menudo en detrimento del piloto en el otro coche. Al igual que Red Bull entre 2018 y 2021, sufrió el fenómeno conocido como "Síndrome del baterista de Spinal Tap", en el que el segundo coche tuvo múltiples pilotos en un corto período. Nelson Piquet, Martin Brundle, JJ Lehto, Jos Verstappen y Johnny Herbert pilotaron junto a Schumacher en la escudería entre 1991 y 1995, ya que la segunda plaza parecía ser algo secundario.

Es difícil cuantificar una diferencia entre Schumacher y Herbert en 1995 gracias a esas circunstancias. Rara vez terminaron juntos en pista ese año en medio de la menor fiabilidad de esa época - y cuando lo hicieron, Schumacher estuvo muy por delante del piloto británico - y terminó una vuelta por delante en cinco ocasiones a lo largo de ese año, y estuvo 50 segundos por delante en su final 1-2 del GP de España. Herbert ganó dos carreras ese año, beneficiándose de los incidentes de Schumacher con Damon Hill en Silverstone y Monza, así como del abandono de Alesi en esta última carrera, pero nunca consiguió una verdadera igualdad con Schumacher durante su temporada y pico en Benetton.

Esa misma falta de paridad se había visto también en 1994, ya que Schumacher nunca tuvo realmente a alguien que pudiera igualarle en el equipo. Verstappen padre fue una especie de imán de accidentes en sus años de formación, después de haber sido empujado a ese lugar tras ganar el título alemán de F3 mientras JJ Lehto se recuperaba de una fractura en el cuello. No es justo cuantificar la brecha de Lehto, ya que su cuello apenas se había recuperado cuando regresó, y los dos abandonos de Herbert al final del año revelan poco.

En ritmo de clasificación, Herbert al menos estuvo mucho más cerca de Schumacher que Verstappen y Lehto, y el finlandés consiguió un quinto y un sexto puesto en la parrilla en sus pocas salidas con Benetton.

Quizás, en este período en el que nuestra métrica de la diferencia esperada se está volviendo cada vez más confusa, está bien decir que se trata de un bonito paralelo. Max Verstappen, que pasará a la historia de la F1 como uno de los grandes de todos los tiempos, ha ejercido un nivel de dominio sobre un compañero de equipo visto por última vez cuando su padre se enfrentó a Schumacher, otro corredor del salón de la fama en el panteón de campeones de la F1.

Foto de: Andy Hone / Motorsport Images

El dominio de Verstappen sobre Pérez no hace más que hacerse eco de los campeones del mundo de F1 que le precedieron