Ferrari: Hungría con el paquete evolucionado y Spa con el antiguo
A la espera de que los ingenieros de Maranello se decidan por una actualización que corrija los defectos del SF-24, la Scuderia utilizará la última evolución (Barcelona) en Hungría, mientras que en Spa-Francorchamps, donde el riesgo de porpoising es alto, se volvería al usado en Imola.
En un fin de semana enormemente decepcionante, el único valor añadido que Ferrari se llevó a casa de Silverstone fue el de las pruebas realizadas el viernes con dos monoplazas configurados. La prueba comparativa entre el SF-24 de Leclerc, configurado con el paquete Barcelona, y el SF-24 de Sainz (paquete Imola) permitió a los ingenieros de la Scuderia identificar y evaluar los problemas surgidos con la última actualización.
El veredicto que se desprende del análisis es que no será posible corregir los defectos de las actualizaciones sin producir una actualización ad-hoc, por lo que la solución llegará, pero no pronto. El tiempo técnico necesario para llevar las correcciones a los monoplazas (para adaptar el SF-24 a todo tipo de circuitos) hace que no se pueda esperar nada nuevo antes del fin de semana de Zandvoort, primera parada del calendario tras el parón veraniego.
Mientras tanto, habrá que enfrentarse a dos circuitos, Hungaroring y Spa, muy diferentes en cuanto a trazado. A la espera de las soluciones definitivas, para los ingenieros de Ferrari los dos paquetes probados el viernes en Silverstone se convertirán en "herramientas de configuración", es decir, su uso se evaluará en función de las características de los circuitos.
En Hungría, los dos SF-24 estarán en la versión de Barcelona, ya que el Hungaroring sólo tiene una curva (la curva 4) por la que se circula a más de 250 km/h. El problema de los rebotes no existirá, o será muy limitado en comparación con lo visto en Silverstone y en el circuito de Catalunya, un aspecto que permitirá disfrutar de las ventajas de las últimas actualizaciones sin sufrir los inconvenientes.
Carlos Sainz, Ferrari SF-24
Foto de: Erik Junius
Escenario diferente en cambio en Spa. En el circuito belga, pilotar un monoplaza que salta a gran velocidad será un hándicap imponente, por lo que es muy probable que en la última parada antes del parón veraniego se desempolve el paquete de Imola, la configuración que se llevó la calificación y la carrera en Silverstone.
El imperativo para Ferrari será limitar los daños en el enfrentamiento con sus rivales directos en la clasificación de Constructores (McLaren y Mercedes), tratando de capitalizar el máximo de puntos posibles, sabiendo que cuentan con una mejora menos que la competencia.
El difícil momento que atraviesa la Scuderia se pone claramente de manifiesto en la clasificación de Constructores. Tras el Gran Premio de Mónaco, ganado por Leclerc, Ferrari estaba 24 puntos por detrás de Red Bull y 68 por delante de McLaren.
Tras Silverstone, la diferencia con Red Bull ha aumentado a 71 puntos y la ventaja sobre McLaren se ha reducido a 7 puntos. El panorama parece ser que tendrán que apretar los dientes hasta que el SF-24 vuelva a ser un monoplaza polivalente, esperando que mientras tanto McLaren no esté ya a una distancia prohibitiva para esperar una remontada.
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