Red Bull: ¿quién será el primero en romper entre Marko, Verstappen y Newey?
Christian Horner ha ganado la batalla interna, respaldado por el principal accionista, Chalerm Yoovidhya, pero no está seguro de poder contar con las tres piedras angulares que han hecho dominante al equipo de Milton Keynes. Averigüemos qué podría pasar si el orgullo se impusiera a las decisiones racionales....
El terremoto ha terminado, al menos en apariencia. Para Red Bull, el fin de semana de Melbourne fue parco en resultados, pero al menos supuso la vuelta a la normalidad, sin el asedio de los medios de comunicación apostados sin descanso frente a la zona de hospitality.
Uno de los aspectos más llamativos de este asunto fue la capacidad de aislamiento del equipo, que llevó a cabo su tarea de forma impecable a pesar del caos político en el que se vio envuelta la cúpula directiva de la escudería. Mirando desde fuera, en realidad nada ha cambiado, todas las personas clave siguen en su sitio, pero el terremoto ha creado grietas.
Las preguntas en el paddock son precisamente sobre el alcance de las fracturas, es decir, si hay márgenes para recalcular las relaciones devolviéndolas a una ventana factible, o si debemos prepararnos para ver cómo el póker "mágico" que dio vida al último ciclo de Red Bull (Christian Horner, Helmut Marko, Andrian Newey y Max Verstappen) pierde piezas por el camino.
Geri Horner y Christian Horner, junto al accionista mayoritario de Red Bull, Chalerm Yoovidhya.
Foto de: Zak Mauger / Motorsport Images
Paradójicamente, el punto de fricción en el futuro de Red Bull es el mismo hombre que inició el caos, es decir, Horner, gracias al apoyo proporcionado por el accionista mayoritario de Red Bull, Chalerm Yoovidhya, hijo mayor del creador de la famosa bebida energética Chaleo Yoovidhya.
Con Horner de nuevo en su puesto, la incógnita son los planes de futuro de su homólogo, es decir, el tándem Horner-Verstappen junto con el más apagado Newey. Por un lado, un proyecto que ha traído el éxito a todos sus protagonistas, con un volante que asegura un 2025 como protagonistas absolutos; por otro, la necesidad de dar un paso atrás para recomponer una fractura importante, dejando de lado una dosis importante de orgullo.
Los escenarios posibles son diferentes, porque para cada una de las partes implicadas hay razones que pueden justificar tanto la opción de permanecer en el equipo como la de hacer las maletas, incluso con un calendario apretado. El caso más sencillo es el de Helmut Marko. Su situación fue muy cuestionada en vísperas del Gran Premio de Arabia Saudí, cuando según diversas fuentes estuvo a un suspiro de ser despedido. La alarma se disipó durante el fin de semana de Jeddah, con declaraciones tranquilizadoras a los medios de comunicación el domingo por la noche del propio Marko.
Helmut Marko con Max VerstappeN. los dos están estrechamente vinculados
Foto de: Sam Bloxham / Motorsport Images
El puesto de asesor 'especial' de Red Bull (figura en los planes de competición del grupo desde los primeros días como hombre de confianza de Dietrich Mateschitz) está vinculado a Max Verstappen, quien públicamente salió en su defensa con un mensaje no tan sutil: '...si Marko dejara el equipo, yo también podría irme'.
Pero mientras que para el austriaco de 80 años se trata de decidir únicamente en función de su relación con Horner, para Verstappen es más que eso. Una eventual salida de Marko sería una mala noticia para Max, pero al mismo tiempo le permitiría impugnar una cláusula de su contrato (que expira a finales de 2028) que permitiría a Verstappen quedar libre si no hubiera Marko en el organigrama del equipo.
En el caso del campeón del mundo, no se trata solo de una cuestión de relaciones con Horner. Max sabe que tiene el mejor paquete técnico hasta finales de 2025, después vendrá el gran interrogante ligado a la nueva unidad de potencia diseñada y construida en Milton Keynes.
La oferta de Mercedes ha sido confirmada por Toto Wolff sin demasiado misterio, para Max estaría disponible en 2025 para el monoplaza dejado vacante por Lewis Hamilton. El año que viene, el paquete técnico no ofrece grandes garantías (lo que estamos viendo hoy es un Mercedes con muchas dificultades) pero existe la perspectiva de estar en Mercedes cuando salgan a pista las nuevas unidades de potencia, un proyecto en el que creen mucho en Brackley y Brixworth.
Sobre el papel, el mejor momento para dejar Red Bull sería a finales de 2025, pero esta posibilidad no parece estar ahí por varias razones, tanto relacionadas con la situación de Red Bull como con la propia Mercedes, llamada a planificar la era post Hamilton esta temporada.
Verstappen tendrá que tomar la decisión ahora y no será fácil. Por un lado hay un mundial de 2025 al que echarle el guante (si todo va como se prevé podría ser el quinto título), por otro la perspectiva de empezar un nuevo ciclo a partir de 2026.
Adrian Newey, Director de Tecnología de Red Bull Racing
Foto de: Sam Bloxham / Motorsport Images
La figura de Newey también entra en el rompecabezas. Como es habitual, el director técnico de Red Bull no se expone en los medios, pero este asunto parece haber sacado a la superficie algunas disensiones en su relación con Horner.
Newey se ve a sí mismo, con razón, como parte fundamental del proyecto de Red Bull Racing, y de confirmarse una posición aún más fuerte de Horner (autorizada por Yoovidhya), podría considerarse una noticia no muy grata para el 'Genio'.
Como en el caso de Verstappen, los pensamientos de Newey también están condicionados por una oferta importante, en su caso procedente de Aston Martin. Lawrence Stroll ha puesto la mesa de la mejor manera posible para tenerle con él: una flamante sede, impecablemente estructurada, un nuevo túnel de viento, financiación de primer nivel y una oferta que algunos rumores reportan como la más faraónica jamás realizada a un técnico.
Horner es consciente de que todo a su alrededor podría seguir igual, del mismo modo que todo podría cambiar. Uno de los gestores más exitosos de toda la historia de la Fórmula 1 conoce muy bien las reglas del juego y no se encontrará desprevenido pase lo que pase.
Si a su alrededor faltan las piedras angulares con las que ha compartido gran parte del éxito de Red Bull Racing, se enfrentará a un nuevo reto: ganar, confirmando que él es el alma del equipo. Por el contrario, la pista podría presentarle un veredicto desagradable y, sobre todo, inapelable.
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