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Verstappen, sancionado por exceso de sinceridad

La sanción de Verstappen sienta un mal precedente y no por el castigo en sí, sino por cómo se desarrollaron los hechos tras el delito.

Max Verstappen, Red Bull Racing

Foto de: Zak Mauger / Motorsport Images

Nada más acabar la sesión de clasificación del GP de México, surgieron imágenes en las que se veía cómo Verstappen pasaba por delante de banderas amarillas tras el accidente de Bottas en la última curva y, aun así, lograba mejorar su vuelta.

Un rato después, apenas tres horas y media, salía el veredicto: Verstappen era sancionado con tres posiciones y perdía su pole a manos de Leclerc. Y entre medias, la chapuza.

Al poco de concluir la clasificación, la FIA confirmó a los medios que no había investigación. El sistema electrónico de comisarios no mostraba bandera amarilla al paso de Verstappen, y hubo quien apuntó que los sensores que debían hacer aparecer la advertencia en el volante de Max habían sido dañados por el accidente de Bottas.

Sin embargo, como todos podíamos ver, sí había bandera amarilla física, y Verstappen podía verla perfectamente. El holandés, tal vez por sinceridad o quizás por arrogancia, no se escondió en rueda de prensa y admitió que había visto el accidente y no había aflojado. "No pareció que lo hiciera, ¿no? No", dijo.

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Y, al poco de sus declaraciones, fue cuando la FIA llamó al piloto a declarar ante comisarios. Ahí dirección de carrera ya recurrió a las evidencias en vídeo y a la telemetría y, tras un largo análisis, decidieron que Verstappen había desobedecido la regla que señala claramente que ante bandera amarilla, "los pilotos deben reducir la velocidad y estar preparados para cambiar de dirección".

El reglamento añade: "Debe estar claro que un piloto ha reducido la velocidad y, para que esto sea así, el piloto en cuestión tendría que frenar antes –y/o reducir notablemente la velocidad– del sector de comisarios clave".

Verstappen no mejoró su marca en el minisector del accidente, pero sí en el tercer sector y en la vuelta, superando el tiempo que ya le valía para tener la pole. ¿Qué necesidad había, viendo que había bajado su propio registro pese a pasar por una zona de un accidente, de no abrir investigación en un principio?

Por momentos incluso pareció que la FIA quería escudarse en que a Verstappen no se le mostraron dobles banderas amarillas, sino bandera amarilla en singular, como si esa no fuera ya de por sí una situación con riesgo. 

Un coche detenido (con un piloto accidentado dentro) en la escapatoria de asfalto de una curva a importante velocidad es un enorme peligro potencial y en ningún momento pareció dudoso que Verstappen no hubiera tenido ante sí una bandera amarilla ondeada.

Sí, este es un análisis a posteriori, pero la FIA demostró no ser lo suficientemente rápida y sienta un mal precedente haber iniciado la investigación solo cuando el de Red Bull admitió su error. Que el máximo organismo necesite que el protagonista levante la mano y reconozca que lo han hecho mal es peligroso. Que a Verstappen le sancionaran por exceso de sinceridad y no por exceso de velocidad invita a otros pilotos, en el futuro, a negar la mayor e insistir en que ellos no han hecho nada malo.

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