Fernando Alonso, un león herido

Fernando Alonso se acercó a Johnny Herbert y le dijo: “"Acabaste de comentarista porque no sabes lo que es un verdadero campeón”.

La polémica vino a cuento de una expresión del expiloto cuando sugirió que el español, después del accidente en Australia, debía abandonar la categoría. Acordemos que a los 51 años, Herbert como cientos de pilotos en la historia, tiene bastante acotado el abanico de posibilidades de competencia.

Rebajar su vínculo a la F1 a través de la televisión, es omitir que muchos otros, incluso siendo campeones del mundo, han decidido el mismo camino.

El deporte en general, está lleno de ejemplos semejantes. Es más, hasta el periodismo de pura cepa, ha tenido reacciones gremiales en contra de la “invasión” de ex deportistas a roles que antes, eran exclusivos para profesionales de los medios de comunicación.

Alonso reacciona como un mamífero sangrante, ante una expresión que aunque virulenta, no escapa a una composición bastante realista. En un año, el ibérico sufrió tres estocadas violentas, contundentes, desequilibrantes y preocupantes.

La nunca aclarada descarga eléctrica del motor Honda el año pasado en Barcelona que lo marginó de la primera carrera. El impacto contra Kimi Raikkonen en Austria, y la última de Albert Park.

Sugerir que Alonso pueda comenzar a transitar su última etapa en la F1, es tan razonable como insinuar que Verstappen en el corto plazo, pueda convertirse en uno de los nuevos pilotos de la elite mundial. 

Hablar de Alonso en estos términos, es entender que los plazos biológicos en la F1 se han recortado brutalmente, y que a los 34 años ó más, pueden llegar a otorgarse determinadas ventajas. Raikkonen, Massa y Button dan cuenta de esto desde hace bastante tiempo.

Hoy la curva de optimización de rendimiento, alcanza su pico máximo no más allá de los 30 años, rango en el que se encuentran Vettel, Hamilton y Rosberg. Esta valoración cuenta para cualquier deporte.

Ni el pasado, ni la gloria, serán invalidadas por el paso del tiempo, pero sin dudas, acota la resistencia a los golpes, restringe los plazos de desarrollo de una escudería en evolución como Mclaren, y carcome milésimas de reacción.

En estos términos, no hay que ser Herbert para pensar en un futuro sin Alonso.

Herbert vs Alonso en términos competitivos, es como comparar al Rayo Vallecano contra el Barcelona de Messi, a un entusiasta contra un campeón formidable, pero ahora forman parte del mismo circo desde posiciones muy distintas.

Podría ser Herbert, ó Fangio resucitado, pero el vinculo del español con la máxima categoría ingresa en fase crítica, donde salir de ella, será una prueba de superación y resurrección si así ocurriera. Pero la F1, no está hecha de actitudes pírricas todo el tiempo. Palmer, Magnussen, Verstappen, Sainz, Vandoorne, Werlhein entre otros, golpean la puerta de una era que llegó para quedarse y rendir honores a grandes ilustres, como el propio, Fernando Alonso.