Ferrari jubila su simulador
El equipo italiano ha decidido modernizar sus instalaciones y está desarrollando un nuevo simulador junto al monoplaza de 2020.
Foto de: Ferrari
El simulador conocido como "araña" se jubila. Ferrari está preparándose para el inicio de la temporada 2020 y busca actualizar sus instalaciones de simulación para alinearlas con la actualidad.
El cubo de cemento en el corazón de la división de competición de Maranello puede que se reutilice (porque quizás no sepan que la actual "araña" necesitaba de una estructura de tres pisos, copia de otra igual en Dallara).
Sin ventanas y con solo iluminación artificial, la oscuridad ha sido siempre el ambiente natural de la instalación. Por encima está la sala de control, donde los técnicos tiene visión directa.
Antes de que el tope presupuestario se active para 2021, la Scuderia contará con nuevos instrumentos para mejorar la simulación, además de la interacción entre la pista y la fábrica. Se trata de millones de euros de inversión que tienen que ver con la estrategia del desarrollo estratégico de la sede: cada modificación aprobada en el CFD o el túnel de viento debe ser trasladada al simulador antes que al monoplaza.
Y todas las sensaciones que los pilotos tienen en pista deben ser reproducibles en el laboratorio, con una correlación cada vez más compleja que requiere de supercomputadoras para procesar en tiempo real una cantidad enorme de datos.
La "araña" ha tenido un papel clave en estos años y ahora está en camino su relevo para tratar de recuperar la gloria en la F1.
Los reglamentos limitarán más la investigación en el túnel de viento, centrando en el CFD el trabajo de desarrollo. Así, el simulador se convierte en el instrumento que engloba todas las modificaciones, dando a los pilotos de pruebas (Pascal Wehrlein, Brendon Hartley, Antonio Fuoco y Davide Rigon) las sensaciones que los titulares tendrán en pista.
Ferrari sale así de la era aero especial del simulador para entrar en al digital. Hoy, los pilotos deben subir una escalera para llegar a la plataforma en el centro de la sala. Allí les espera una especie de jaula de aluminio y materiales compuestos que alberga el habitáculo de un monoplaza y los dispositivos para la visualización de las imágenes y la emisión del sonido.
Cuando se arranca la máquina, la "araña" se levanta del centro de la sala gracias a los actuadores electrónicos, seis brazos telescópicos que mueven una "nave" de dos toneladas para reproducir todo tipo de movimientos. Estos son bruscos, repentinos y asemejan las aceleraciones, frenadas y posibles desniveles.
El probador que se sienta en el habitáculo está rodeado de cinco megapantallas que cubren hasta 180º y ofrecen una vista perfecta del circuito en cuestión. Concebido para entrenar a los pilotos de cazas, el simulador Moog ahora dará el relevo.
No hace falta una mega instalación, porque basta con una especie de "trineo" sobre el cual se mueve la carrocería reproduciendo cada vez más fielmente las reacciones sobre los tres ejes de rotación.
Los demás equipos top, como Mercedes o Red Bull, cuentan con soluciones de este tipo desde hace tiempo, pero ahora Ferrari tratará de dar un importante salto de calidad superando a sus rivales con una inversión que debería marcar tendencia.
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