GP de Hungría 1997 F1: La hazaña de Hill con Arrows

Después de consagrarse campeón con Williams en 1996, Damon Hill no tuvo lugar en el equipo de Sir Frank y se llevó el "1" a la escudería Arrows, una movida sorprendente ya que se trataba de un equipo que nunca había ganado una carrera.

Como era de esperarse, la temporada del campeón británico estuvo lejos de los grandes resultados que había conseguido con Williams entre 1993 y 1996: en las seis primeras carreras abandonó en todas y recién en el Gran Premio de Gran Bretaña sumaba su primer punto al llegar sexto por la novena ronda del campeonato

Sin embargo, el fin de semana del Gran Premio de Hungría le esperaba algo especial a Hill. O mejor dicho era él mismo quien lo haría especial. En los cuatro años anteriores, Hill había brillado en el circuito de Hungaroring, logrando dos victorias y dos segundos puestos.

Claro que esta vez ya no tenía un auto ganador ni mucho menos, pero igualmente se las ingenió para clasificar en la tercera posición, detrás del Ferrari de Michael Schumacher y el Williams-Renault de Jacques Villeneuve, los dos protagonistas por el título aquella temporada.

Ya en la carrera, Hill se colocó segundo al inicio y rápidamente comenzó a presionar a Schumacher, quien luchaba con un auto que se mostraba inestable.

El alemán lograba mantenerse adelante, pero Hill era mucho más veloz, especialmente en el último sector del circuito, y finalmente logró superarlo en la primera curva a la altura de la vuelta 11 de las 77 previstas.

A partir de allí Hill se alejó de Schumacher con un ritmo incomparable y comenzó a construir lo que parecía una victoria segura, cediendo el liderazgo únicamente al detenerse en boxes en la vuelta 25, siendo Heinz-Harald Frentzen, con el otro Williams, quien pasaba a comandar brevemente la carrera.

Para la vuelta 75 Hill tenía más de 35 segundos de margen sobre el segundo, Villeneuve, y todo parecía encaminarse a una victoria histórica, pero el destino le auguraba malas noticias a Hill.

La primera señal llegó con el acelerador del Arrows-Yamaha N°1, que no empezó a no responder bien, y luego se sumó la caja de cambios, lo que derivó en que Hill haga lentamente la última vuelta y media.

Villeneuve logró superarlo ya entrado al giro final y se encaminó al triunfo, el quinto para él en aquel 1997, mientras que Hill finalmente logró cruzar la meta en la segunda posición, nueve segundos atrás del canadiense.

"Comencé a sentir problemas a unas tres vueltas del final cuando tuve un problema con el acelerador", explicó Hill en la conferencia de prensa posterior a la carrera.  "Funciona hidráulicamente y el acelerador fue un indicador de un problema hidráulico general que también afectó la caja de cambios. Cuando la caja comenzó a dar problemas no podía cambiar de marcha y el acelerador tampoco funcionaba".

"Sinceramente me sorprendí de haber llegado al final porque pensé que iba a tener que detenerme. Debo decir que estoy realmente feliz de haber terminado segundo".

Después de aquel domingo 10 de agosto en Hungría, la temporada de Hill y Arrows volvió a la normalidad, lejos de los puestos de punta. A fin de año el inglés abandonaría el equipo para ir a Jordan, donde volvería a tener otra tarde soñada para subir una última vez al podio en la F1, pero esa vez sí pudo hacerlo en el escalón más alto cuando ganó bajo la lluvia en el Gran Premio de Bélgica de 1998, obteniendo su 22° triunfo en la F1.

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