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Gunnar Nilsson, ganar desde la eternidad

Nuestro columnista Mauricio Gallardo recuerda a Gunnar Nilsson, un piloto de Fórmula 1 que hizo historia pero desde otra perspectiva.

Gunnar Nilsson im BMW

Gunnar Nilsson im BMW

El deporte motor en general y la Fórmula 1 en especial, crean una atmósfera donde para la mayoría la competencia es todo y ganar es el único objetivo. La vorágine y el vértigo que la motorizan hacen que todo sea efímero, algo así como..."Si ganas hoy, no vas a tener mucho tiempo para celebrar porque en el próximo reto tendrás que vencer de nuevo".

Con muchas páginas contando hazañas de ganadores que quedan para siempre en la memoria colectiva de los fanáticos, a veces es necesario revisar muchas otras que la historia envuelve y trata de esconder.

El 20 de noviembre de 1948 en Helsingborg, Suecia, Elisabeth la esposa de un reconocido empresario de la construcción, se convirtió en madre de un varón, hijo único de aquella unión, a quien llamaron Gunnar; Gunnar Nilsson.

El pequeño tuvo una infancia acomodada, recibiendo el cariño de sus padres y disfrutando de una posición que le permitió darse determinados gustos. En 1964 Nilsson padre, el empresario, falleció y Gunnar acompañó a su madre en aquella triste situación.

Unos años más tarde, el joven sueco comenzó a probar deportes de velocidad sobre la nieve y rápidamente quedó cautivado por el arte de conducir una máquina a toda velocidad, pero fue la pista lo que lo enamoró y a comienzos de los 70 se trasladó a Londres. Tras competir con éxito  en categorías menores, irrumpió en la Fórmula 3 Británica, certamen que ganó en 1975.

Anteriormente, en 1970, otro sueco había ingresado a la Fórmula 1. Era Ronnie Peterson, quien comenzaba a abrir el camino a los pilotos de su país.

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En 1976 Ronnie dejaba Lotus para emigrar a March y ante el enojo de Colin Chapman por su salida, Peterson intercedió para que contraten a Gunnar y lo logró, por lo cual Nilsson se convirtió de un día para el otro, en el flamante compañero de Mario Andretti.

Nilsson debutó en Sudáfrica y abandonó, al igual que en su segunda carrera en el GP de Estados Unidos del Oeste, en Long Beach, donde quedó fuera de carrera por un accidente.

Sin embargo y tras ese arranque frustrante, Gunnar Nilsson se lució en Jarama, escenario del GP de España, clasificando 7mo y culminando en un meritorio 3er lugar, su primer podio escoltando a Niki Lauda y James Hunt.

Luego siguieron varios abandonos por problemas mecánicos o accidentes y recién en Austria visitó nuevamente el podio, con un gran 2do lugar detrás de Jacques Laffite y John Watson.

En el arranque de 1977, en el GP de Argentina, un principio de incendio afectó el auto de Andretti por lo que Nilsson tuvo que cederle el suyo. Más allá de ese inicio de temporada, Gunnar fue consolidándose y luego de cinco carreras con altos y bajos, en Zolder, Bélgica, el 5 de junio de 1977, conquistó su única victoria en la Fórmula 1.

Había clasificado 3ro detrás de Andretti y Watson. La lluvia arremetió con todo en el inicio de la competencia y los hombres que largaban en primera fila chocaron en la curva uno, obligando a Nilsson a salirse afuera para esquivarlos, saliendo indemne de la situación para acomodarse 2do detrás de Jody Scheckter.

Tras el paso por los pits, una tuerca demoró la detención de Nilsson y lo devolvieron a pista en el 8vo lugar. El sueco siguió apretando y tras una serie de situaciones que lo favorecieron, volvió a la carga por el primer lugar luchando con Niki Lauda, a quien superó en el giro 50 de aquel inolvidable Gran Premio.

Nilsson ganó de manera magistral, flanqueado por Lauda y por Ronnie Peterson, nada menos.

Un par de carreras más tarde, en Silverstone, logró su último podio en Fórmula 1, alcanzando el tercer escalón detrás de Lauda y Hunt, curiosamente los mismos pilotos que a los que había acompañado en su primer podio.

Para ese entonces, Gunnar comenzó a sentir algunos síntomas malos en su cuerpo. Algo no estaba bien en su propia maquinaria, sin embargo siguió adelante y para 1978 fichó por Arrows, dejando libre la butaca de Lotus para que vuelva su amigo y compatriota Ronnie Peterson.

Pero Gunnar nunca pudo competir en 1978. En octubre de 1977, tramitando una revisión médica se le detectó cáncer testicular en estado avanzando. Desde ese momento Nilsson, con 28 años de edad, se dedicó a trabajar por su salud y su carrera deportiva pasó a un tercer plano.

Cumplió los 29 en pleno tratamiento médico. Su juventud y sus ganas no eran suficientes para presentarle batalla a una enfermedad, que corría más rápido que cualquiera de los autos que había manejado. No obstante, Gunnar lograba vencer al miedo y enfrentaba con tremendo valor aquella inesperada prueba de la vida y mientras pudo asistió a las carreras para apoyar a Peterson.

Suecia lo acompañaba en su lucha, pero el dolor de los fanáticos de esa nación aumentaría en septiembre de 1978 cuando perdió la vida Ronnie Peterson, su héroe, el gran piloto que inscribió su nombre en muchos grandes premios con sabor a hazaña, el mismo que había llevado a Gunnar Nilsson a la Fórmula 1.

La muerte de Peterson tras el Gran Premio de Italia, en Monza, estuvo plagada de increíbles situaciones dramáticas que paralizaron al mundo entero.

Visiblemente desmejorado desde lo físico, pero con una entereza tremenda, Gunnar quiso estar en el sepelio de Peterson para despedir a su amigo. Casi sin fuerzas, Nilsson pidió ser uno de los que lleve el féretro, pero Emerson Fittipaldi y James Hunt lo convencieron para que solo permanezca cerca.

La muerte de Peterson fue un golpe letal al corazón de Nilsson y su ánimo decayó, lo cual hizo que el proceso de su enfermedad acelarara rumbo a la última vuelta. Su vida en este mundo se apagó el 20 de octubre de 1978, 39 días después que la de su amigo Ronnie.

Luego de su última realización en junio de 1978 y sumidos en un profundo dolor, los organizadores del Gran Premio de Suecia retiraron para siempre esa carrera del calendario y nunca más volvió a disputarse.

En 1979, Elizabeth Nilsson, madre del piloto, fundó “The Gunnar Nilsson Cancer Foundation” y donó absolutamente todos sus bienes a esa entidad, contribuyendo a la investigación, educación y el cuidado de pacientes con cáncer. Algo similar hizo muchos años más tarde la familia del recordado piloto de rally mundial Richard Burns, quien murió por un tumor cerebral.

El 3 de junio de 1979, en Donington Park, se desarrolló un evento denominado “Gunnar Nilsson Memorial Trophy” con actividades para recaudar fondos para la Fundación. Participaron entre otros, leyendas como; Juan Manuel Fangio, Nelson Piquet, James Hunt, Mario Andretti, Alan Jones, Rupert Keegan, Jackie Stewart, Denny Hulme y Dan Gurney.

Fuentes médicas afirman que debido a las múltiples investigaciones y desarrollos efectuados en los últimos años, la mortalidad por cáncer testicular se redujo de un 90% a un 5%. Seguramente la Fundación del piloto de Suecia ha hecho su aporte a esas investigaciones y si bien él no pudo sobrevivir, cada persona que se cura, cada vida que se salva, es una carrera más que Gunnar Nilsson gana desde la eternidad.

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