Hamilton y el enemigo menos pensado

Valtteri Bottas pegó en el momento justo, en el lugar indicado. Sin vacilaciones. No dejó pensar. No dejó avanzar la asfixiante presión de que hacer con Lewis Hamilton el resto de la carrera. Australia tiene la particularidad de repartir las cartas del mazo y dejar más ó menos claros los precedentes para el resto del año.

Es cierto que el británico aceleró su estrategia contra su voluntad, cambiando neumáticos en la vuelta 15. Y además penó en su rendimiento con la fisura parcial de la parte trasera izquierda del piso; pero nada quita la intención primaria del finlandés, que ya desde temprano, empezó a cobrar su generosidad de 2018.

De pronto y sin avisar, la temporada en curso plantea un escenario no por todos vaticinada; un Valtteri Bottas dispuesto a ocupar una butaca como rival directo del quíntuple campeón, y no un simple partenaire de un banquete reservado exclusivamente para Hamilton y Sebastian Vettel.

Si bien Ferrari fue invitado al agasajo, en Maranello nunca se dieron cuenta. Los entrenamientos de invierno se transformaron en un espejismo, y ya el sábado de clasificación, tuvieron un golpe de realismo que nadie se esperaba tan fuerte.

Dicen los memoriosos del boxeo, que el nocaut de Joe Louis a Max Schmeling fue uno de los mejores de la historia. El sábado mismo, Mercedes se transformó en el “bombardero de Las Vegas”, y Ferrari, fue ese germano vapuleado; tanto, que ni siquiera pudo reaccionar el domingo. Para comparaciones más precisas, Bottas fue Joe Louis, y Vettel fue Schmeling.

Nadie todavía pudo contestar con autoridad el porqué, pero los italianos atribuyeron en el neumático, un rival inesperado. Especialmente la gama media, que casi puso en ridículo a Sebastian, cuando su compañero Leclerc, fue forzado a la clemencia cuando su ritmo era superior.  Obligaron al joven monegasco a quedarse quieto, y no innovar.

Mientras Ferrari arrancó el año conviviendo con sus fantasmas de siempre, la expectativa generada por los motores Honda, es digna de ser remarcada. Autos que llegan, autos que puntúan y sin ningún abandono. Un Verstappen que encontró en la rectas, una velocidad que había olvidado con los motores Renault. Una ilusión que crece ante un mar de desilusiones del pasado.

Para Bahrein, es de esperar una implosiva reacción en las dos escuderías más fuertes. Hamilton debe marcar su territorio ante Bottas, y sin dudas, Vettel debe hacerlo ante Leclerc, luego de las órdenes de equipo a su favor, que le perdonaron la vida. Ambos tienen que acomodar los tantos en una interna que ya, no es tan cómoda. Claro que, la noche y el viento del desierto, suelen traer alguna sorpresa, según lo disponga la arena.