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Opinión: FIA debe reclamar su papel para que la F1 siga como deporte

La gestión de Michael Masi en los últimos GPs ha sido muy discutida, en particular por las decisiones finales en Abu Dhabi. ¿Debe la FIA recuperar su papel de máximo gestor del deporte motor?

La Fórmula 1 camina por una línea muy fina, un ejercicio que trata de aunar la tradición de un deporte (marcada por procedimientos consolidados en el tiempo) y el deseo de hacer un guiño a un espectáculo que responda a las necesidades de quienes gestionan los derechos comerciales. Dos aspectos que confluyen en la gestión global del deporte, y que a la luz de los últimos acontecimientos confirman una convivencia que está mostrando sus límites.

Un ejemplo de ello fue la gestión de las últimas cinco vueltas del Gran Premio de Abu Dhabi, veinte kilómetros que decidieron el ganador de Yas Marina y, sobre todo, el ganador del Mundial 2021.

Lewis Hamilton, Mercedes, segundo puesto, felicita a Max Verstappen, Red Bull Racing, primer puesto, en el Parc Ferme

Lewis Hamilton, Mercedes, segundo puesto, felicita a Max Verstappen, Red Bull Racing, primer puesto, en el Parc Ferme

Photo by: Steve Etherington / Motorsport Images

Aplicando el reglamento al pie de la letra, la carrera habría terminado con un coche de seguridad, con Lewis Hamilton como campeón por octava vez, pero como admitió el propio director de carrera Michael Masi, se intentó reanudar la competencia para una última vuelta rápida.

Para ello, se forzaron los procedimientos habituales, permitiendo que únicamente los coches que separaban a Hamilton y Verstappen superaran la líder al momento de entrar el coche de seguridad en el mismo giro que el safety car se iba a los pits. 

El debate que tuvo lugar unas horas más tarde en la oficina de los comisarios llevó a una conclusión clara: hay normas que anulan otras normas, lo que da al director de carrera el poder de decidir por su propia cuenta. 

Toto Wolff y Ola Kallenius, presidente de Daimler, en el garaje de Mercedes

Toto Wolff y Ola Kallenius, presidente de Daimler, en el garaje de Mercedes

Photo by: Steve Etherington / Motorsport Images

Se acabó el diálogo con el director de carrera

En las dos últimas carreras del 2021 ha habido un aspecto que ha resaltado en el público y esa es la comunicación entre los equipos y el director de carrera, diálogos que han permanecido en secreto durante años y que ahora salen a la luz (supuestamente) a petición de Liberty Media.

Las conversaciones que surgieron en Yeda y Yas Marina son sin duda interesantes, y han puesto de manifiesto la fuerte presión a la que está sometido el director de carrera por parte de los representantes de los equipos, con el añadido de las radios de los equipos de algunos pilotos, que comentan en tiempo real las decisiones de la dirección de carrera.

Ross Brawn habla con Christian Horner en el paddock.

Ross Brawn habla con Christian Horner en el paddock.

Photo by: Simon Galloway / Motorsport Images

El problema fue comentado ayer por Ross Brown, que definió como inaceptable la presión que se ejerce sobre Masi durante el transcurso de un Gran Premio. Brown también anticipó que a partir del año que viene se impedirán estas comunicaciones, pero también hubo quienes señalaron que el ex ingeniero de Ferrari y Mercedes trabaja ahora para Liberty Media, quienes querían hacer públicas estas conversaciones.

Indirectamente, Brown confirmó lo que viene sucediendo desde hace tiempo en cuanto a la elaboración de reglamentos. Debe ser la FIA la que decida qué hacer y qué no hacer, con la tranquilidad de quienes tienen los derechos comerciales, y en algunos casos también de los propios equipos, que hoy tienen un papel muy influyente en la mesa de las reglamentaciones. 

El artículo 1.1.1 del Código Deportivo Internacional establece: "La FIA es la única autoridad deportiva internacional autorizada para dictar y aplicar reglamentos basados en los principios fundamentales de la seguridad y el deporte limpio, para el fomento y el control del automovilismo y para la organización de los campeonatos internacionales de la FIA".

La FIA debe reafirmar su papel central

La Federación Internacional, cuando ha querido, ha sido capaz de llevar a cabo proyectos ejemplares sin descuentos para nadie, como los relativos a seguridad. Este espíritu debería estar presente en todos los aspectos cruciales que regulan el desarrollo de un Gran Premio de Fórmula 1, porque hasta que se demuestre lo contrario es un deporte.

Si, a causa de un accidente a cinco vueltas del final de la última carrera de un campeonato del mundo, existe el riesgo de pasar bajo la bandera a cuadros detrás de un coche de seguridad, no hay muchas alternativas sobre la mesa de decisión: o bien se detiene la carrera y se reanuda cuando todo se restablezca según el reglamento o, a falta de tiempo para completar los procedimientos debidos, se termina la carrera detrás del safety car. En Yas Marina se eligió una línea de compromiso, que acabó teniendo un fuerte impacto en los veredictos finales de la carrera y del campeonato.

Lewis Hamilton, Mercedes W12 y Max Verstappen, Red Bull Racing RB16B

Lewis Hamilton, Mercedes W12 y Max Verstappen, Red Bull Racing RB16B

Photo by: Getty Images / Red Bull Content Pool

Lo paradójico es que el propio Masi, en los argumentos presentados el domingo por la noche a los comisarios de la reunión para justificar sus decisiones, subrayó un aspecto significativo: "El director de carrera también declaró que todos los equipos habían acordado que, en la medida de lo posible, sería muy deseable que la carrera terminara en condiciones de bandera verde (es decir, sin Safety Car)". Será interesante preguntar a Mercedes si siguen siendo partidarios de esta línea, pero lo curioso es que la FIA siguió los deseos expresados hace tiempo tanto por los equipos como por Liberty.

Sin embargo, al final fue un hombre de la FIA, Michael Masi, quien acabó enmedio del tornado, acorralado por la presión de varias direcciones que hizo que el sistema entrara en barrena. La valoración final que se desprende del análisis de lo ocurrido en Abu Dhabi es que no se puede complacer a todos por igual, en estos casos se necesita una entidad superior que tenga la autoridad para imponer sus decisiones sin estar condicionada por la presión de otros contextos.

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La FIA debe recuperar su papel teniendo en cuenta que habrá días en los que los equipos y el titular de los derechos comerciales se irán por las ramas, porque de lo contrario será la Federación Internacional la que salga mal parada.

Por su parte, la FIA tiene una carta muy poderosa que jugar, y es la de recordar que hasta que se demuestre lo contrario la Fórmula 1 sigue siendo una disciplina deportiva, y como tal sujeta al respeto de unas normas. Este es el primer reto que le espera al próximo presidente de la Federación Internacional, una excelente oportunidad para dejar una huella importante desde el primer momento.

Jean Todt, presidente de la FIA.

Jean Todt, presidente de la FIA.

Photo by: Erik Junius

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