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Por qué la salida de Binotto complica a Ferrari para la F1 2023

La renuncia de Mattia Binotto a su puesto de director de equipo de Fórmula 1 puede apaciguar a los muchos que pedían su marcha, pero sus consecuencias podrían ser nefastas para el equipo.

Mattia Binotto, director del equipo Ferrari

Mattia Binotto, director del equipo Ferrari

Carl Bingham / Motorsport Images

Por mucho que Binotto se convirtiera en un blanco fácil para los críticos tras los errores de fiabilidad y estrategia de Ferrari que acapararon los titulares en 2022, sus muchas cualidades detrás de los focos fueron claves para haber devuelto a la escudería a las primeras posiciones.

Y, después de una temporada en la que aprendió duras lecciones sobre la perfección necesaria para aspirar al campeonato, las consecuencias de la llegada de un nuevo jefe podrían ser inmensas.

Como director de equipo que entendía los aspectos técnicos de los motores, los coches y su funcionamiento, así como la política del paddock de la F1, la FIA y los medios de comunicación, la tarea de Binotto se extendía a lo largo y ancho de lo que es quizás el trabajo con más presión de la parrilla.

Con la pérdida de Binotto, Ferrari se queda sin un jefe de equipo que quizá era el que mejor comprendía los parámetros de diseño y rendimiento de los monoplazas y los motores, así como los retos y los compromisos de crear un coche ganador.

Ganar en la Fórmula 1 es cuestión de mejoras diminutas, y el conocimiento que Binotto tenía de los conceptos y motivaciones de Ferrari iba a ser fundamental para ayudar a los del Cavallino a dar el paso necesario para volver a estar a la altura de Red Bull en 2023, y de luchar contra la renovada amenaza de Mercedes.

La inminente marcha de Binotto dejará a Ferrari sin esa visión detallada en el momento quizá más crítico del año, cuando se está preparando el nuevo coche.

Cualquier nuevo jefe de equipo que llegue tardará muchos meses en comprender la dirección del diseño, la estructura y el plan de gastos de Ferrari. Y, para cuando se pongan al día, la batalla por el título de 2023 podría estar ya prácticamente perdida.

Mattia Binotto, Team Principal, Ferrari

Mattia Binotto, Team Principal, Ferrari

Photo by: Ferrari

Equivocarse en las primeras fases del próximo año podría costar un tiempo por vuelta inmediato si el equipo acaba yendo por el camino equivocado, y las restricciones de gasto dejan pocas oportunidades para dar un giro de 180 grados.

Binotto también entiende perfectamente la dinámica de la política de Ferrari, ya que lleva en el equipo desde 1995, trabajando primero en el departamento de motores y luego ascendiendo en el escalafón.

Vio cómo funcionaba cuando formaba parte del sistema y, tras ascender al puesto de director del equipo, puso por debajo de él la estructura que consideraba mejor para ayudar a impulsarlo.

Dado que Ferrari, bajo la dirección de su predecesor Maurizio Arrivabene, había gestionado completamente mal al director técnico de chasis James Allison, estaba claro que había que abordar las debilidades inherentes al sistema si la escudería quería aprovechar al máximo el talento que necesitaba.

Binotto hizo mucho para mejorar las cosas y no es de extrañar que, como dicen varias fuentes, el estado de ánimo en Maranello se haya hundido profundamente ante su marcha. No hay que descartar otras dimisiones en las próximas semanas.

Las críticas a Mattia Binotto

Eso no quiere decir que Binotto no tuviera sus puntos débiles y no cometiera errores.

Los problemas de fiabilidad de Ferrari este año no fueron lo ideal. Pero al comienzo de esta era de la congelación de motores (como también demostró Alpine/Renault), siempre quedó claro que si los equipos querían maximizar el rendimiento a largo plazo, iba a haber cierto dolor y muchos problemas a corto plazo al llevar los parámetros al límite.

Sin embargo, fueron los errores de estrategia de Ferrari de este año los que desencadenaron la mayor parte de las críticas dirigidas a Binotto, especialmente porque muchos le consideraron débil por no despedir a los responsables de los errores.

Pero la mentalidad de Binotto siempre fue la de apoyar a las personas y asegurarse de que, si se cometían errores una vez, no se repitieran.

De cara al exterior, a menudo parecía tranquilo y educado a la hora de abordar los errores del equipo, ya que siempre iba a proteger a los que trabajaban bajo su mando. Pero entre bastidores, era un duro capataz.

Como dijo a Motorsport.com a principios de este año: "Creo que doy poder a la gente que me rodea. Creo que no soy brutal, pero sí estricto. Y la gente que me rodea sabe que puedo ser muy estricto".

Aunque despedir a parte de su personal de estrategia podría haber dado en público la impresión de ser un jefe de equipo fuerte y decisivo, la realidad es que no habría mejorado las cosas dentro de la escudería.

Mattia Binotto, Team Principal, Ferrari, in a press conference

Mattia Binotto, Team Principal, Ferrari, in a press conference

Photo by: Carl Bingham / Motorsport Images

Como demostró su gestión de los neumáticos en Abu Dhabi, aprender por qué las cosas habían ido mal, mejorar el software de estrategia para evitar que la información incorrecta llegara al muro de boxes, y mejorar los procesos, era una forma mucho más efectiva de mejorar las cosas.

Binotto también fue quizás demasiado amable a veces al no criticar a su equipo cuando las cosas iban mal, y en ocasiones salió perdiendo al hablar en su lengua no materna (en inglés).

Su famoso comentario a mitad de temporada sobre las posibilidades de que Ferrari ganara todas las carreras en la segunda mitad del año, surgió de la postura de ser un jefe de equipo solidario, pero se volvió en su contra cuando Red Bull se escapó en la lucha por el título.

"No hay ninguna razón para no ganar 10 carreras de aquí al final", dijo después de que Charles Leclerc perdiera la victoria en Francia. "Creo que la forma de verlo es positiva, y me gusta ser positivo, siendo optimista".

Ferrari no volvió a ganar tras aquella frase de Binotto.

También podría haber ocurrido que Binotto tuviera demasiado cargo. Tenía que tratar de ayudar a supervisar por sí solo los aspectos técnicos, de gestión, políticos y comerciales de Ferrari, así como tratar con la FIA, lo que abrió el riesgo de que fuera un aprendiz de todos los oficios, maestro de ninguno.

El apoyo de Ferrari F1 a Binotto

Binotto nunca ha ocultado que las críticas que ha recibido la escudería este año han sido difíciles de encajar a nivel personal.

Pero dijo que siempre tuvo claro que se sentía en la obligación de proteger al personal de toda la política que se estaba produciendo.

Cuando Motorsport.com le preguntó por los retos de 2022, Binotto dijo: "Ciertamente, ha sido difícil, porque las críticas nunca son fáciles de gestionar".

"Y más que eso, creo que yo, de alguna manera, necesitaba tratar de mantener al equipo centrado y concentrado en el trabajo".

"Las críticas están ahí para distraer a un equipo, y mantener a un equipo concentrado nunca es fácil. Ha sido difícil, pero creo que eso sólo nos hará más fuertes en el futuro".

"Sé que tenemos que contar sólo con nosotros mismos. Esa es la lección más importante de la temporada".

Pero justo en el momento en que Binotto necesitaba contar con Ferrari, y que el presidente John Elkann y el director general Benedetto Vigna le dieran todo el apoyo que necesitaba, se vio defraudado.

Charles Leclerc, Ferrari, Mattia Binotto, Team Principal, Ferrari

Charles Leclerc, Ferrari, Mattia Binotto, Team Principal, Ferrari

Photo by: Ferrari

Hubo una clara oportunidad para que Ferrari le ofreciera traer a alguien de alto nivel junto a él para aliviarle de cualquier responsabilidad que fuera una distracción, y profundizar en los puntos débiles del equipo. Eso habría sido comprensible y un paso positivo para 2023.

Sin embargo, al final, sin el apoyo de los de arriba, Binotto sabía que sus días estaban contados y tomó la decisión de presentar su dimisión. Ferrari debe ahora encontrar un sustituto.

Pero quienquiera que sea el sucesor de Binotto en Ferrari va a heredar un cáliz envenenado, ya que no habrá excusas para no dominar en la F1 el próximo año.

Vigna comentó recientemente en una entrevista con la CNBC que no estaba dispuesto a aceptar ser subcampeón.

"Lo dije después del último trimestre, no estoy satisfecho con el segundo puesto porque el segundo es el primero de los perdedores", declaró.

"Hemos hecho algunos progresos. Estoy contento con los progresos que hemos hecho. Pero no estoy satisfecho con el segundo puesto. Creo que el equipo tiene lo necesario para mejorar con el tiempo".

Eso significa, efectivamente, que el año que viene para Ferrari es un 'ganar o reventar', lo que añade una cantidad inmensa de presión sobre un nuevo jefe de equipo al que se exigirá sacarse resultados instantáneos de la chistera.

Y eso es algo que, cuando te enfrentas al poder de Red Bull y Mercedes en una era de límite de costes, simplemente es imposible.

Y si ese objetivo de ganar al instante no se cumple, entonces existe el riesgo de enfrentarse a más críticas, a fuerzas desestabilizadoras que infecten al equipo, y luego a la perspectiva de una cultura de culpa desenfrenada que obliga a hacer rodar cabezas para apaciguar a los escépticos.

La historia se repite otra vez en Ferrari

La época más exitosa de Ferrari en los tiempos modernos se produjo cuando Jean Todt logró mantener la escudería de Ferrari separada de la política y las críticas externas que pueden arrastrarla.

E incluso cuando Ferrari perdió los campeonatos de pilotos que podría haber ganado en 1997 y 1998, no hubo una reacción instintiva para cambiar la gestión.

Mattia Binotto, Team Principal, Ferrari

Mattia Binotto, Team Principal, Ferrari

Photo by: Ferrari

Las cosas estaban progresando y sólo era cuestión de darle tiempo para que evolucionara y diera el siguiente paso, como ocurrió cuando comenzó una racha de éxitos que duraría hasta mediados de la década de los 2000, con Michael Schumacher.

Binotto nunca se privó de decir que devolver a Ferrari al frente de la F1 era un proyecto a largo plazo y que no iba a suceder de la noche a la mañana, y esa es una historia que se hizo realidad tanto en la era de Todt como ahora.

En todo caso, el fuerte comienzo de Ferrari en 2022 distorsionó el progreso, ya que superó con creces las expectativas y la trayectoria que llevaban.

Las cosas también se vieron sesgadas por el bajo rendimiento de Red Bull en la primera fase de la temporada con un coche con sobrepeso. Como Binotto señaló acertadamente, reducir el peso para encontrar rendimiento a lo largo de la temporada es un trabajo mucho más fácil que lograr las ganancias aerodinámicas que necesitaba Ferrari, por lo que Red Bull siempre estuvo en una mejor posición para mejorar durante el año.

Mientras Ferrari busca un nuevo jefe de equipo que sepa que todo lo que no sea una victoria contra Red Bull y Mercedes en 2023 será visto como un fracaso, Maranello corre el riesgo de colocar al sustituto de Binotto en una posición imposible.

Unas expectativas poco realistas de no quedar segundo provocarán reacciones extremas y más cambios, que luego pueden desencadenar en aún más problemas en el futuro, y el ciclo se repetirá una vez más.

Es algo de lo que Ferrari fue culpable en el pasado, y ahora, con esto, ha abierto el riesgo de que se convierta en su mayor debilidad en el futuro. 

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