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Ratzenberger, la historia interna de San Marino 1994

El 30 de abril de 1994 Roland Ratzenberger perdió la vida al accidentarse durante la clasificación para el GP de San Marino como resultado de que se desprendiera el alerón delantero de su Simtek.

Roland Ratzenberger, Simtek S941

Roland Ratzenberger, Simtek S941

Sutton Motorsport Images

Había disputado una sola carrera de F1, en Aida dos semanas antes, pero a los 33 años Ratzenberger había acumulado una gran experiencia, y era muy respetado por aquellos con los que había competido en su camino a la máxima categoría.

Su recorrido hacia la cima había sido largo. Un gran paso lo dio el 26 de octubre de 1986, el día en que la espectacular rotura del neumático de Nigel Mansell en Adelaida le dio el campeonato del mundo de ese año a Alain Prost. También fue el día en que Roland ganó el "Formula Ford Festival" en Brands Hatch, marcándose firmemente como un piloto con futuro.

Esa noche el radiante austriaco celebró en Kentagon, el bar ubicado en la cima de Paddock Bend. Entre los primeros en felicitarlo estuvo Johnny Herbert, ganador del evento del año anterior.

Inevitablemente, los dos hombres hablaron de sus esperanzas para el futuro. Roland había firmado recientemente para conducir para BMW en el nuevo World Touring Car Championship, mientras que Johnny se dirigía a la F3 Británica con Eddie Jordan. Ambos hombres tenían ambiciones más elevadas.

"Hablamos sobre a dónde nos llevarían nuestras carreras", recuerda Herbert. "Había pasado por momentos difíciles, y luego ganó el Festival. Yo había ganado el Festival el año anterior, pero luego tuve una difícil temporada '86 en la FF2000.

"Discutimos cómo las cosas pueden ir tan bien y luego se vuelven en tu contra - pero si tenías la mentalidad correcta, era algo que siempre superabas. La F1 fue de lo que hablamos. Sabíamos cuáles eran los pasos a seguir, sabíamos que estábamos en el camino".

Sorprendentemente Herbert sería un piloto de Fórmula 1 en sólo dos años y medio, pero para Ratzenberger, ese camino sería mucho más difícil. Cuando ganó el Festival ya tenía 26 años, aunque había dejado dos años en su currículum para intentar parecer más joven.

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Sin el apoyo de sus padres, ya había pasado una época tratando de poner en marcha su carrera, trabajando como mecánico para pilotos menos talentosos e instruyendo en escuelas de carreras. El contrato de BMW para 1987 fue la primera vez que ganó dinero de verdad.

Siempre bueno para ganarse a la gente con su gran sonrisa y su genuino encanto, más tarde encontró suficiente patrocinio para competir en la F3 Británica y la F3000, y cuando se le acabaron las opciones, se pasó a las carreras de sportscars para mantener su carrera a flote. La gran oportunidad llegó en el '91, cuando consiguió un auto con el equipo Toyota SARD en Japón. Pronto se convirtió en una fuerza importante, lo que le llevó a tener oportunidades en la F3000 Japonesa.

Ganó buen dinero en Japón, pero la F1 siguió siendo su objetivo. Cuando a finales de 1993 se abrieron oportunidades para sus amigos y rivales de la F3000 Eddie Irvine y Heinz-Harald Frentzen, Roland se alegró por ellos, pero inevitablemente sintió un poco de envidia.

"Le encantaba la F1", recuerda Irvine. "Era adicto a ella, y era increíble lo mucho que la quería. Tuvo una gran carrera en Japón, pero siguió presionando por la F1, especialmente conmigo y luego con Frentzen llegando. Debe haber sido difícil para él, pero también lo alentó."

Roland Ratzenberger, Simtek S941

Roland Ratzenberger, Simtek S941

Photo by: Sutton Images

La oportunidad de Roland llegaría con el nuevo equipo de Simtek, después de una presentación por parte del manager de Gerhard Berger, Burkhard Hummel, quien ayudó a Roland informalmente.

Durante el invierno de 1993-94, Roland hizo un trato, habiendo conseguido el apoyo de una acaudalada alemana con base en Mónaco que le había tomado cariño.

"Tenía el apoyo de Barbara Behlau", dice el jefe de Simtek, Nick Wirth. "Se había hecho amiga de Roland y decidió que debía apoyar su carrera en el mundo del deporte motor. Así que puso mucho dinero, lo que lo ayudó a conseguir el asiento y a nosotros a reunir el equipo. Fue realmente con su apoyo, la tenacidad de Roland y la ayuda de Burkhard que todo se unió".

"Tenía una edad similar a la mía, muy impulsado, y me agradaba. Por lo que pudimos ver, parecía tener las credenciales, y parecía lo correcto".

Finalmente se llegó a un acuerdo para que Roland condujera el segundo monoplaza como compañero de David Brabham. Al final se había convertido en piloto de F1, pero inicialmente su contrato sólo cubría las primeras seis carreras, y otros pilotos con dinero estaban dando vueltas. Sabía que tenía que hacer un buen trabajo desde el principio de la temporada.

"Cuando me enteré, me alegré mucho por él, porque sabía lo hambriento que había estado", dice Herbert. "Sabía lo frustrado que estaba como todo piloto, sabiendo que un par de nosotros lo habíamos loggrado. Finalmente tuvo el respaldo que necesitaba para tener esa oportunidad".

"Cuando lo vi, recuerdo que le di un pequeño abrazo y le dije: 'Lo has conseguido'. ¡Dijo que ha sido un poco más difícil para él que para mi! Probablemente fue el último que fue su propio mecánico, trabajando en su auto de Fórmula Ford, que llegó a la F1".

GP de San Marino, un año después:

Hubo poco tiempo para las pruebas, y el chasis de Roland recién estuvo terminado en la víspera del GP de Brasil.

"Empezamos con un gran montón de piezas en el garaje, tratando de construir su auto y tomando tuercas y tornillos de McLaren y Williams", dice el ingeniero de Brabham, Rod Nelson. "No teníamos suficientes piezas para construir el coche, pero lo hicimos".

Por ese entonces los últimos dos autos de la clasificación quedaban fuera de la carrera, una batalla que Simtek tenía con el también recién llegado equipo Pacific, por lo que la presión estaba en marcha. Acosado por inconvenientes mecánicos, y todavía aprendiendo su camino en el S941, Roland estaba devastado cuando no pasó el corte.

"Se corría o no se corría, se tenía éxito o se fracasaba", dice Wirth. "Una presión que no es como ahora. Si no logras pasar de la Q3 a la Q2, no gran cosa. En el '94 era que no corrías y te ibas a casa".

"Con un nuevo equipo, nuevos autos, a lo que nos enfrentábamos, y luego las presiones de la batalla con Pacific para clasificar, fue una curva de aprendizaje muy empinada".

Sin embargo, Roland impresionó al pequeño equipo con su conocimiento y enfoque.

"Todo el auto fue montado muy rápidamente", dice su ingeniero de carreras, Humphrey Corbett. "No tuvimos tiempo de hacer ninguna prueba adecuada. No es sorprendente que hubiera uno o dos problemas. Sabías que no te estaba engañando, quería tener éxito tanto como nosotros".

"Recuerdo que pensé: 'Maldita sea, este tipo sabe lo que pasa en el auto'. También decía: 'Necesito encontrar más velocidad en mí', lo que es muy refrescante de escuchar en un piloto. Un tipo top para trabajar".

En la segunda ronda de Aida, Roland no tomó parte de la clasificación del viernes tras un accidente en la mañana. Sin embargo, el sábado logró ganarse un lugar en la parrilla. Al día siguiente se las arregló para llevar el auto a casa en el 11° y último lugar.

"Tener ambos autos (en la parrilla) en Japón fue algo increíble, realmente lo fue", dice Wirth. "Las probabilidades estaban en nuestra contra".

"Todo el mundo conocía la procedencia de Pacific -era un auto de Rory Byrne, y tenían un motor V10 de Mario Ilien. No teníamos ninguna posibilidad. Y probar que los escépticos estaban equivocados fue algo extremadamente satisfactorio".

"Me alegré mucho por Roland también, porque sabía lo decepcionado que estaba por Brasil, y lo mucho que todo esto significaba para él. Era: 'Caray, ya estamos en camino'".

Sin embargo, Ratzenberger estaba frustrado en su propia actuación, especialmente en las curvas lentas.

"Todo estaba en su habilidad para tomar bien las curvas lentas, lo que lo volvía loco", dice Wirth. "En las curvas de alta velocidad, se puso al ritmo de David, y a veces era más rápido".

"Pero no podía pensar en la mejor manera de llevar un auto de F1 en una curva lenta, y eso es lo que lo frenaba. En términos de valentía y compromiso, que se muestra tipicamente en las curvas de alta velocidad, no le faltaba nada de eso".

Roland Ratzenberger, Simtek S941

Roland Ratzenberger, Simtek S941

Photo by: Sutton Images

Roland condujo desde su casa en Mónaco hasta la siguiente carrera en Imola en su nuevo Porsche, acompañado por JJ Lehto, su amigo y piloto de Benetton. Recientemente había comprado un apartamento en su Salzburgo natal, habiendo ahorrado durante años para pagarlo, y alguien viajó a Italia para darle las llaves. Después de años de viajar yendo y viniendo desde Japón, su vida estaba cambiando.

"Creo que en ese momento su patrocinadora estaba pensando en extender el período al que estaba comprometida", dice Wirth. "Era algo así como las primeras cuatro o seis carreras, y veríamos qué pasaría. Ella no había estado en las dos primeras carreras, y se presentó en Imola".

El viernes Roland batalló con los frenos, y en un momento dado el equipo decidió poner a Brabham en su auto.

"No era el mejor escenario para ninguno de los dos, tratando de competir en la F1 con un equipo pequeño con muy pocos recursos", recuerda Brabham. "Estaba batallando un poco en términos de sacar lo mejor de los frenos. Se seguía quejando de los frenos, no sentía que funcionaran correctamente".

"El viernes me subí a su auto sólo para verificar lo que decía, porque tenía más experiencia en ese tipo de frenos. Y eran una mierda, básicamente, y de lo que se quejaba era absolutamente correcto".

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Roland fue reivindicado cuando el australiano respaldó su evaluación.

"Ciertamente, después de conseguir nuevos frenos, hizo un buen progreso", dice Brabham. "Y pensé: 'Genial, hay una buena competencia dentro del equipo'".

"Y de repente estaba allí donde debería haber estado. Estaba más contento con el auto, y estaba más contento con los frenos, y su ritmo estaba mucho más cerca. Cuando salió con los nuevos frenos su ritmo fue mucho más rápido, y sentías que su impulso iba a empezar a aumentar, y me iba a presionar, lo que también habría sido bueno para mí".

"El viernes por la noche fue un verdadero examen interior", dice Wirth. "Todos sabíamos, y hablé mucho con Roland sobre ello, que iba a tener que trabajar muy hondo. Y creo que eso fue parte de todo lo que pasó el sábado; esa intensa presión para hacer el trabajo".

Mientras tanto, la gran historia de ese día fue el gran accidente de Rubens Barrichello con su Jordan. El brasileño tuvo suerte de salir de allí con heridas leves tras un choque tan violento.

"Hablé con Roland el viernes", dice Herbert. "Hablamos de lo que habíamos visto y de lo violento que fue: 'Eso dio miedo'. Mencionó que deberíamos estar un poco más juntos en el tema de la seguridad".

"Todo ese fin de semana hubo un karma muy malo en ese lugar", dice Wirth. "El viernes Rubens tuvo un gran golpe, y algo andaba mal. El viernes no fue fácil para nosotros, hubo una sensación extraña en el aire todo el fin de semana".

"No creo en esas cosas, pero recuerdo haber ido el sábado por la mañana pensando que algo no estaba bien. Recuerdo que no me sentía feliz por el sábado, por la razón que sea. Pero pensábamos que teníamos la posibilidad de volver a meter los dos autos (en la carrera)".

Roland Ratzenberger, Simtek S941

Roland Ratzenberger, Simtek S941

Photo by: Sutton Images

Con su coche funcionando ahora en forma más eficaz, Roland se sentía más optimista. Tras el accidente de Barrichello la parrilla se redujo a 25, lo que significaba que tenía que vencer a solamente un auto de Pacific -en efecto el lento Paul Belmondo- para llegar a la carrera.

"Siempre fue muy optimista y siempre muy positivo", dice Corbett. "Ciertamente estaba deseando clasificarse. Creo que sintió que casi por primera vez podía hacer una buena actuación, y probablemente estaba más alegre de lo que normalmente lo estaba".

"Si miras las circunstancias ahora, estaba tan desesperado", dice Wirth. "Tenía sus patrocinadores allí, Japón había sido la primera vez que se metía en una carrera, quería hacerlo de nuevo".

Al principio de la sesión, Roland era más rápido que Belmondo. La telemetría de Simtek indicaría más tarde que en la vuelta posterior tuvo una pequeña excursión, y luego le dio una sacudida al volante para asegurarse de que todo estaba bien, y para limpiar los neumáticos. Luego fue a por otra vuelta rápida.

"Yo habría hecho exactamente eso", dice Corbett. "Estás en racha, estás en el auto, se siente bastante bien, izquierda/derecha con la dirección, asegúrate de que todo se siente bien, y luego ve por ello de nuevo. En circunstancias normales, eso habría estado bien".

"No perdió mucho tiempo, pero fue suficiente para que pensara: 'Mejor reviso el auto'", dice Brabham. "Mirando los datos se ve que había zigzagueado y frenado, y en su mente pensaba: '¿Entro (a boxes) y lo reviso?' Puedo entender por qué no lo hizo. No podría haber sentido si había un problema con el alerón delantero, y siguió. Y esa vuelta no la completó"

"Recuerdo estar sentado viéndolo dar esa vuelta", cuenta Irvine, quien ese momento cumplía una sanción de tres carreras. "Lo vi levantar y luego despegar para iniciar la vuelta. Me sentí raro, y en cuanto salieron las banderas rojas, supe que algo había pasado, y corrí al garaje de Jordan para ver la televisión y ver qué pasaba".

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Cuando Roland se dirigía a la curva Villeneuve el alerón delantero estaba a la deriva, probablemente después de que dos de los cuatro pernos que lo unían a la parte inferior del morro se hubieran aflojado tras golpear un bordillo. Se salió de la pista y golpeó el muro de concreto a una velocidad aterradora.

"Pasé por delante de los restos del auto de Roland y mi corazón se hundió porque de inmediato se veía bastante mal", dice Damon Hill. "Los oficiales estaban parados alrededor del auto y nos hicieron señas para que pasáramos, pero no había ningún intento de sacarlo del auto, y se veía sin fuerzas".

"Vi las banderas rojas", recuerda Herbert. "Vi que era un Simtek, pero no sabía cuál. Cuando llegué a él, fui más despacio y miré. Recuerdo que estaba desplomado, y pensé, 'Mierda'..."

No pasó mucho tiempo antes de que el aturdido paddock de la F1 se enterara de que Roland había muerto. Bernie Ecclestone confirmó la noticia en persona a Wirth y al equipo.

"Es un conjunto de emociones que no me gustaría que nadie experimentara", dice Wirth. "Cuando diseñas un auto, cuando eres tan responsable como yo de tantas cosas, además de conocer a Roland, y esencialmente convertirte en un amigo... Es una sensación indescriptible de que el mundo se te está cayendo encima".

"Fue tan difícil, esa sensación de entumecimiento. Todavía es difícil hablar de ello hasta el día de hoy. Lo más difícil fue cuando Bernie vino y nos dijo que Roland había muerto".

"Ese día todos perdimos un amigo. Alguien que hacía lo mejor que podía, y nosotros hacíamos lo mejor que podíamos con él. Decidió venir a un equipo que podría considerarse un caso perdido, pero decidió unirse a nosotros, y vio que éramos capaces de vencer a nuestros oponentes directos, y que el futuro era prometedor. Fue simplemente horrible".

"Yo también fui ingeniero de Paul Warwick", dice Corbett. "Y todavía tengo esas dos muertes en mi mente todo el tiempo. En la parte de atrás de mi diario anoto el día en que Roland murió, y el día en que Paul murió".

"Fue realmente muy emotivo para mí", dice Herbert. "Recuerdo haber llorado en el hotel después de escuchar las noticias".

Herbert fue uno de los pocos pilotos que asistió al funeral de Roland, uniéndose a Gerhard Berger en un viaje nocturnu de San Pablo a Salzburgo tras el funeral de Ayrton Senna. Para Roland, el camino a la cima del cual ambos habían conversado esa noche en Brands Hatch había llegado a su fin.

"Lo que sucedió el domingo casi borró por completo ese día", dice Johnny. "Por eso fui a ambos funerales, para presentar mis últimos respetos. Fue tan injusto que se lo llevaran y no haya tenido la oportunidad de competir debidamente en la F1".

 

Repasa en fotos la breve carrera de Roland Ratzenberger en la Fórmula 1:

Su primer monoplaza en la máxima categoría

Su primer monoplaza en la máxima categoría

Foto de: LAT Images

El Simtek S941 Ford sería su primer -y a la postre único- monoplaza en Fórmula 1.
Una foto irrepetible

Una foto irrepetible

Foto de: LAT Images

La imagen fue tomada el viernes en el GP de San Marino, y en ella aparecen Ayrton Senna con el Williams FW16 y detrás Roland Ratzenberger, con el Simtek S941. Sería el último fin de semana para ambos.
Simtek, su equipo

Simtek, su equipo

Foto de: Photo 4

El equipo británico estuvo solo dos temporadas en Fórmula 1, y la de 1994 era la primera.
Sólo un compañero

Sólo un compañero

Foto de: Sutton Motorsport Images

El compañero de Ratzenberger en los tres grandes premios en los que participó fue David Brabham.
Tres austriacos

Tres austriacos

Foto de: Sutton Motorsport Images

Posando juntos los tres pilotos de Austria en Fórmula 1 aquella temporada: Gerhard Berger, de Ferrari; Roland Ratzenberger, de Simtek; y Karl Wendlinger, de Sauber.
Primer intento fallido

Primer intento fallido

Foto de: Sutton Motorsport Images

Su estreno en Fórmula 1 sería en el GP de Brasil, que abría la temporada. Sin embargo, no logró clasificarse para la carrera.
Roland Ratzenberger, Simtek S941

Roland Ratzenberger, Simtek S941

Foto de: Sutton Motorsport Images

¿A la segunda la vencida?

¿A la segunda la vencida?

Foto de: LAT Images

La segunda prueba sería el Gran Premio del Pacífico, y ahí volvería a intentar clasificarse para la carrera.
Roland Ratzenberger, Simtek S941

Roland Ratzenberger, Simtek S941

Foto de: Sutton Motorsport Images

Así fue

Así fue

Foto de: Sutton Motorsport Images

Y sí, consiguió ser parte del Gran Premio del Pacífico, aunque fue último en clasificación.
Un gran resultado

Un gran resultado

Foto de: Sutton Motorsport Images

Pese a partir 26º, Ratzenberger aprovechó los numerosos abandonos y las circunstancias del GP del Pacífico para ser 11º.
Roland Ratzenberger, Simtek S941

Roland Ratzenberger, Simtek S941

Foto de: Sutton Motorsport Images

Roland Ratzenberger, Simtek S941

Roland Ratzenberger, Simtek S941

Foto de: Sutton Motorsport Images

Roland Ratzenberger, Simtek S941

Roland Ratzenberger, Simtek S941

Foto de: Sutton Motorsport Images

Roland Ratzenberger, Simtek S941

Roland Ratzenberger, Simtek S941

Foto de: Sutton Motorsport Images

Roland Ratzenberger, Simtek S941

Roland Ratzenberger, Simtek S941

Foto de: Sutton Motorsport Images

Roland Ratzenberger, Simtek S941

Roland Ratzenberger, Simtek S941

Foto de: Sutton Motorsport Images

El día negro

El día negro

Foto de: Photo 4

El 30 de abril de 1994, disputando la clasificación del GP de San Marino, Roland Ratzenberger perdió la vida. Era su tercer Gran Premio en F1.
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