Verstappen arrasa con todo

Max Verstappen nunca vio correr a Ayrton Senna. El joven holandés nació casi tres años y medio después del trágico fin de semana de Ïmola, que se llevó a Ayrton y a Ratzenberger. Aún así, los dos nombres que más se escucharon luego de terminar el Gran Premio de Brasil fueron Verstappen y Senna.

En el subconsciente de los fans, de los jefes de equipo, de los mecánicos y de los periodistas, rondaba la visión que todos creímos que nunca se iba a repetir. La de un piloto volando en la lluvia, arrasando con sus rivales más duros, controlando el auto como si algo superior lo guiara, sobrepasando por la parte externa de la pista, por la interna, por sobre los cordones, ni más ni menos que lo que veíamos cuando Ayrton estaba al volante.

Fue tan increíble lo que vimos en la pista mojada de Interlagos que la gran mayoría, y aún muchos que todavía no creían en él, se rindió ante el manejo de Max, que con sólo 19 años, está “redefiniendo la física”, como dijo Toto Wolff, el director del equipo rival Mercedes.

Alguna vez, hace pocos meses, escribí aquí sobre el ‘efecto Verstappen’. Es el efecto que les permitió salvarse a los comisarios de críticas que los hubieran apabullado luego de las groserías cometidas en la carrera de Interlagos. Hoy, pocos los critican porque Verstappen tapó todo.

Es el efecto que salva a Ferrari, que en Brasil tuvo otra carrera para olvidar, pero la mayoría habla de Max y sus hazañas.

Es el efecto que le baja decibeles a la definición del título entre Rosberg y Hamilton. Todos hablan de los sobrepasos de Verstappen y pocos sobre quién será el campeón en Abu Dhabi.

Pero por sobre todas las cosas, el ‘efecto Verstappen’ es lo que la Fórmula 1 precisa para volver a ser valorada como lo que siempre fue, la mejor categoría del mundo. Un título que venía perdiendo por paliza, aunque un chico de Holanda comenzó a encargarse de recuperar.

Como dije muchas veces en las transmisiones desde el año pasado, Verstappen es el único por el que pagaría una entrada a un Gran Premio. Creí que nunca iba a volver a sentir esa sensación después de haber visto correr a Stewart, Lauda, Hunt, Prost, Senna, Schumacher, Alonso, Vettel, Hamilton y tantos más. Gracias Max!