Las cinco claves de la victoria de Verstappen en el GP de Hungría

Tras tener que salir desde la décima posición en parrilla, debido a un problema de motor que le dejó sin potencia durante la Q3, ni siquiera las simulaciones de estrategia más optimistas de Red Bull colocaban a Max Verstappen en el primer cajón del podio. ¿Su mejor predicción? El quinto puesto.

Pero al final, una tormenta perfecta de circunstancias, que mezclaron los puntos fuertes del equipo y el piloto con factores externos fuera de su control, logró auparle hasta la victoria.

Estos son los cinco factores clave que convirtieron una carrera en la que simplemente iban a limitar daños en la lucha por el título contra Ferrari y Charles Leclerc en un golpe de efecto.

El clima

Photo by: Glenn Dunbar / Motorsport Images

En la historia de la Fórmula 1, es difícil encontrar un evento en el que se haya visto una fluctuación de temperatura igual que la que vivió el paddock el fin de semana pasado en Hungría.

Desde los calurosos 34ºC del viernes, que ayudaron a Ferrari a lucirse durante los entrenamientos libres, la meteorología cambió y la temperatura cayó hasta los 21ºC el domingo, que se despertó con nubes que nunca desaparecieron y ocasionales lloviznas.

Este cambio en la temperatura, sumado a la lluvia que quitó la goma de la superficie del trazado y dejó una pista muy verde, transformó por completo el rendimiento de los coches y los neumáticos.

El Ferrari, que tan fuerte había sido en el caluroso viernes, tuvo dificultades para conseguir poner sus neumáticos en temperatura el domingo, lo que le hizo retroceder en la clasificación.

Por otro lado, el Red Bull revivió, especialmente porque parecía tener mucho ritmo con el blando y el medio.

Además, como los pilotos se dieron cuenta rápidamente de que el duro no iba a ser fácil de activar y que ponerlo en temperatura sería complicado, Red Bull optó por alejarse de su plan original de que Verstappen empezara con estas gomas. Cambiaron a los blandos y resultó ser la mejor opción.

En un día más caluroso, quizá el neerlandés habría salido con los duros y tendría que haberse visto obligado a aguantar con ellos durante bastantes vueltas, con la consecuencia de quedarse atapado en el pelotón.

Sin embargo, tuvo una ventaja de neumáticos en los primeros compases que le permitió ir al ataque.

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La normativa de 2022 de la F1 favorece los adelantamientos

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El circuito de Hungaroring tiene fama de ser, junto con Mónaco, uno de los circuitos en los que más complicado es adelantar a otros coches.

De hecho, esa característica es exactamente lo que las predicciones de estrategia de Red Bull le decían al equipo: que, como mínimo, Verstappen se pasaría el primer cuarto de la carrera atascado en tráfico y perdiendo tiempo con los pilotos de cabeza.

Sin embargo, el líder del mundial ya tenía una cierta ventaja de ritmo gracias a sus gomas blandas, a lo que se sumaron las nuevas reglas de la F1 2022, que jugaron un papel clave en los adelantamientos, más sencillos que en otras ocasiones.

En lugar de quedarse atascado detrás del tren de Alpine, Verstappen había superado a Fernando Alonso y a Esteban Ocon en la séptima vuelta, y pronto se pegó al alerón trasero de Lewis Hamilton.

Cuando ambos superaron a Lando Norris en la vuelta 12, poco antes de la primera ronda de paradas en boxes, Verstappen ya estaba justo detrás de los coches de Mercedes y Ferrari, a pesar de estar sufriendo algunos problemas con el embrague.

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El ritmo y la estrategia de Ferrari

Photo by: Mark Sutton / Motorsport Images

El clima frío del domingo dejó a Carlos Sainz y Charles Leclerc teniendo muchos problemas con su ritmo, lo que también contribuyó a la causa de Verstappen.

El hecho de que Ferrari saliera con los medios, en un día en el que el duro iba a ser un gran neumático, también significó que el equipo se había autolimitado en la estrategia, lo que perjudicó aún más su carrera.

Los equipos punteros tan solo disponían de dos juegos de medios, lo que significó que los que salían con ese compuesto se enfrentaron a un gran dolor de cabeza cuando la carrera se convirtió en una prueba a dos paradas.

La mejor manera de enfrentarse al problema era alargar los dos stints de medios tanto como fuera posible, y luego cambiar para hacer una última tanda con el blando.

Sin embargo, Ferrari, pensando que su posición en pista era de suma importancia contra Verstappen en la batalla por el título, optó por ponerle neumáticos duros a Leclerc una vuelta después de que el neerlandés hubiera entrado en boxes para recibir su segundo y último juego de medios.

Las dificultades para poner en temperatura el duro dejaron a Leclerc como un blanco fácil. Se alejó de la cabeza de carrera y Max Verstappen se encontró las puertas abiertas de par en par para avanzar.

La paciencia de Verstappen

Photo by: Zak Mauger / Motorsport Images

El triunfo de Verstappen en Hungría no solo se debió a la climatología, la estrategia y el ritmo de Red Bull, que cobró vida el domingo. Es importante añadir que el pilotaje de Verstappen también fue del más alto nivel.

En el pasado, muchos de sus éxitos se debieron a una velocidad asombrosa, a movimientos agresivos y a tomar riesgos.

Pero Hungría materializó el ejemplo perfecto de un Verstappen mucho más maduro, que es capaz de mezclar los puntos fuertes que acabamos de mencionar con jugar a largo plazo.

La salida de Verstappen fue tal vez una de las más cautelosas que hemos visto de él, ya que quedó encajonado entre otros coches en la primera curva, pero no parecía dispuesto a tomar demasiados riesgos.

Mientras su compañero de equipo, Sergio Pérez, se lanzaba por el exterior, Verstappen parecía estar en peligro de quedarse atrapado detrás de Daniel Ricciardo y Kevin Magnussen, antes de que ambos perdieran impulso a la salida de la curva 1 y el líder del mundial lograra adelantarlos.

A partir de ese momento, Verstappen mantuvo la calma incluso cuando sufrió problemas con su embrague, tomándose las cosas con calma mientras el equipo buscaba una solución, y no se puso nervioso al trompear tras adelantar a Leclerc por primera vez.

Cuando se le preguntó cómo se comparaba esta victoria con otros grandes triunfos de Verstappen, el jefe del equipo, Christian Horner simplemente dijo: "Está ahí arriba".

La suerte con el problema de motor del Red Bull

Photo by: Mark Sutton / Motorsport Images

A pesar de toda la habilidad mostrada sobre la pista en Hungría, no se puede descartar totalmente el elemento de la buena suerte.

Y es que Verstappen tuvo que salir desde la décima posición de la parrilla debido a sufrir un problema de motor en la clasificación.

Aunque no se han revelado los detalles exactos de lo sucedido, el equipo ha confirmado que fue un componente roto el que provocó el problema, y que no pudo ser reparado en el circuito.

Por ello, Red Bull decidió equipar a Verstappen con su tercera unidad de potencia para la carrera del domingo.

Pero, como Horner reflexionaría después, probablemente fue un golpe de suerte que la pieza que se rompió lo hiciera en su última vuelta de la Q3. Si hubiera durado tan solo dos vueltas más, le habría dejado fuera de la carrera.

"Por suerte, ahora estamos sentados aquí, viendo claro todo lo que pasó, y agradecidos de que se haya roto [en la clasificación]", dijo Horner. "Porque otros 12 kilómetros, y se habría roto de camino a la parrilla".