'Vettel creó su propio hammertime', por Adrián Puente

Hasta la vuelta 17 duró el romance de Leclerc con la carrera. Fue el último giro en el que logró superar a Vettel. A partir de allí, el alemán empezó a enhebrar su propio “hammertime”. La diferencia entre uno y otro pasó de 3,9 segundos, a 2,1. Sucedían dos cosas; el germano lograba las mejores vueltas posibles con los tanques todavía llenos, y Leclerc empezaba a sentir la fatiga de sus neumáticos. Aquí nace la explicación para todo lo demás. Salió el mejor Vettel, aquél intuitivo, el mismo que huele sangre y de inmediato pasa a cirugía.

Así fue que ingresó al box en la vuelta 20 para el famoso “undercut”. Tan buenas fueron sus vueltas anteriores, que ni siquiera necesitó ser el más rápido en el pit stop. Vettel cambió neumáticos en 3 segundos, y toda la operativa requirió de 29.3. Leclerc, en cambio, reemplazó su juego de gomas en 2.4 sobre un total de 29.1 segundos. Pese a esto, la suerte ya estaba echada en las dos vueltas previas antes de la danza de boxes. Pero esto no fue lo único…

Los dos giros inmediatos posteriores al cambio de neumáticos fueron propios del mejor Vettel de Red Bull, y la reacción del compuesto más duro resultó letal. Sus tiempos promedio mejoraron entre 2 y 2.5 segundos. Leclerc se enojó, al menos temporalmente, pero el alemán sacó tiza para el pizarrón y dió cátedra de cómo llevar adelante una estrategia disruptiva que dejó al monegasco atado a una versión más “naif”. No siempre gana el que larga primero, además hay que saber interpretar algunos momentos de la carrera.

Valtteri Bottas, Mercedes AMG F1, Sebastian Vettel, Ferrari, y Charles Leclerc, Ferrari, se alinean para el himno nacional antes de la salida

Claramente Mattia Binotto, resuelta la contienda, optó por no innovar, cerrar camino a los hostilidades, asegurarle al equipo la mejor carrera de conjunto del año. Priorizó el golpe estratégico diferencial, por sobre un puñado de puntos que no agregan ni quitan nada a una temporada donde Ferrari reaccionó tarde. Todos terminaron “domando” su cavallino interno, especialmente Leclerc, y se fueron a casa pensando en Sochi.

Rusia llega al calendario, con un alto porcentaje de probabilidad de lluvias entre el viernes y el sábado. Un circuito con menos margen de ilusión para los italianos. Sólo la recta principal y la combinación 10-13, es adaptable a su potencia. El desafío será ratificar las buenas adaptaciones a lo lento, que tuvieron en Singapur. No parece fácil, con la endemoniada curva 3; una estructura de puntos ciegos y alto agarre en velocidad. De antecedentes ni hablar, salvo la pole de Vettel de 2017, todo lo demás fue Mercedes. Entre Hamilton, Rosberg y  Bottas, casi monopolizaron el liderazgo en Sochi.

La F1 llega al escenario donde la alta burocracia comunista tenía sus residencias de fin de semana. Allí donde años después, se montó el Parque Olímpico de los Juegos de 2014. Una cita que ya Vladimir Putin había comenzado a gestar en 2001, luego del intento fallido de 1983 con el Gran Premio de la Unión Sovietica. Será el sexto desembarco en Sochi, aspirante al esplendor de San Petersburgo antes de la Primera Guerra Mundial, donde la Rusia Zarista, dejó los primeros antecedentes de una carrera de F1.

Podio: ganador de la carrera Lewis Hamilton, Mercedes AMG F1