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Artículo especial

"John siempre me ayudó desinteresadamente", por Esteban Guerrieri

Esteban Guerrieri recuerda a John Della Penna tras el reciente fallecimiento de quien le abrió las puertas del automovilismo en Estados Unidos al piloto argentino.

Esteban Guerrieri y John Della Penna

Esteban Guerrieri y John Della Penna

Siempre es triste perder a un amigo. Y en esta oportunidad aún más porque se trata de una persona que tuvo mucho que ver en mi carrera deportiva, ayudándome desinteresadamente en mi período en Estados Unidos, lo que llevó a que formáramos una muy linda relación.

Conocí a John a principios de 2010 cuando junto a Julio Gutiérrez, mi ex manager, pensamos en encarar mi carrera deportiva hacia Estados Unidos. Creíamos que la persona a la cual pedirle referencias era John por lo que había hecho con Norberto (Fontana) y por su experiencia en IndyCar.

Nos reunimos en la Feria de Automovilismo de Orlando a principios de año porque nuestra idea era hacer el campeonato de Indy Lights, para lo cual John gestionó unas pruebas en una pista chiquita allá en Texas: un día con Sam Schmidt y un día con Herta. Ahí John ya me acompañó a esas pruebas, que fueron en un circuito mixto, y después hicimos mi primera prueba en un óvalo en Homestead.

John estuvo siempre presente, tratando de hacer el nexo con el equipo. Después finalmente no corrí ese año en Indy Lights pero seguimos en contacto con John hasta que después apareció una oportunidad de correr el siguiente año con un presupuesto pagado 100% por Sam Schmidt. John tuvo bastante que ver en eso, en las tratativas y todo. Siempre me dio una mano para hacer las relaciones, siempre en contacto conmigo en la parte personal.

Esteban Guerrieri, Sam Schmidt Motorsports

Esteban Guerrieri, Sam Schmidt Motorsports

Photo by: Eric Gilbert

Uno de los recuerdos más lindos de mis dos años en Estados Unidos fue la victoria en las 100 Millas de Indianápolis de Indy Lights, que encima fue un 25 de mayo, fecha patria muy importante para Argentina. John estaba allí con una felicidad enorme. Siempre vivió con mucha pasión lo que hicimos juntos en Estados Unidos. Él estaba retirado pero lo movía mucho el deseo de estar involucrado, no como propietario de equipo pero sí como asesor, como amigo, de alguna manera estar involucrado en algún proyecto de ese tipo con un argentino y el sueño de llegar a IndyCar, sobre todo a las 500 Millas de Indianápolis, porque él siempre siguió siendo muy argentino a pesar de vivir tantos años en Estados Unidos.

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Y así como se ponía muy feliz con una victoria, también era muy duro cuando tenía que serlo. Me acuerdo cuando choqué en Baltimore en 2011 cuando venía peleando el campeonato con (Josef) Newgarden. Estaba por ganar a falta de tres vueltas y toco la pared del lado interno, ese fue uno de los errores más importantes y que creo más me costó en Estados Unidos. Y John me dijo: 'La verdad que sos un boludo. Lo escuché a Sam Schmidt las declaraciones que dio y es una cagada'. Me podría haber dicho 'bueno, ya está, no es tan grave' pero con toda sinceridad me cantó la posta. Eso está bueno porque era como un referente no solo de la parte deportiva sino también desde la amistad, un amigo que te dice tanto las cosas buenas como las malas.

Jimmy Vasser, John Della Penna y Tony Kanaan

Jimmy Vasser, John Della Penna y Tony Kanaan

Photo by: Michael L. Levitt / LAT Images

Esa era su personalidad. Después obviamente volvíamos a tratar de reparar las cosas o intentar una estrategia para a continuar para adelante pero siempre marcaba los puntos y los momentos como tenía que ser.

El deseo de John era poder conseguir un apoyo desde Argentina pero no solo gubernamental sino poder generar un business to business con empresas de Argentina con los contactos que él tenía en Estados Unidos. El siempre trató, juntos obviamente, de aplicar ese concepto: poder devolverles a las empresas que estén en el proyecto con negocios en Estados Unidos. Siempre tenía esa visión de poder generar la oportunidad, era una persona muy inteligente para los negocios. Lamentablemente nunca lo pudimos conseguir. Creo que eso fue un poco una frustración tanto para él como para mí al no poder concretar eso después de haber estado tan cerca. Trabajamos mucho y él le dedicó mucho tiempo gratis, por así decirlo.

A pesar de eso siempre mantuvimos un contacto muy fluido cuando dejé Estados Unidos por la amistad que habíamos formado. Por ejemplo cuando él vino el año pasado a Buenos Aires a presentar su libro “Made in Argentina”, nos juntamos a almorzar. Y cuando este año yo tenía previsto ir para allá, le escribí pero esta vez su respuesta fue un poco cortante. Supuse que estaría ocupado pero estando ya en California me quise comunicar con él y me respondió su familia, diciéndome que estaba enfermo y que no se recuperaría. Me tomó por sorpresa. Gracias a Dios el domingo a la noche pude ir a visitarlo desde Laguna Seca, donde asistí a la carrera final de IndyCar, para darle un beso y un abrazo. Nos dimos la mano y le dije algunas palabras con mucho cariño. Será una persona que tendré siempre presente y lo voy a extrañar mucho.

 

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