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'A la orden', por Martín Urruty

Nuestro columnista Martín Urruty reflexiona sobre las órdenes de equipo, las sorpresas que entregó la temporada 2017 del MotoGP y pide dejar lugar para una última emoción de cara a la definición del campeonato.

Marc Márquez, Repsol Honda Team, Andrea Dovizioso, Ducati Team

Marc Márquez, Repsol Honda Team, Andrea Dovizioso, Ducati Team

Gold and Goose / Motorsport Images

Ganador, Andrea Dovizioso, Ducati Team
Ganador, Andrea Dovizioso, Ducati Team
Ganador, Andrea Dovizioso, Ducati Team
Ganador, Andrea Dovizioso, Ducati Team, segundo, Jorge Lorenzo, Ducati Team
Marc Márquez, Repsol Honda Team
Johann Zarco, Monster Yamaha Tech 3
Andrea Dovizioso, Ducati Team, Marc Márquez, Repsol Honda Team
Andrea Dovizioso, Ducati Team
Jorge Lorenzo, Ducati Team
Dani Pedrosa, Repsol Honda Team
Dani Pedrosa, Repsol Honda Team
Jorge Lorenzo, Ducati Team
Johann Zarco, Monster Yamaha Tech 3
Jorge Lorenzo, Ducati Team
Jack Miller, Estrella Galicia 0,0 Marc VDS
Bradley Smith, Red Bull KTM Factory Racing

Nadie podría haber sospechado este final de campeonato. Ni los soñadores de Honda ni el más optimista en Borgo Panigale. Y tampoco el más pesimista en Iwata. Que Marc Márquez llegue a la última fecha de 2017 con casi una carrera de ventaja luego de haberse ido sin puntos de ¡tres competencias! es extraordinario. Tanto como que Andrea Dovizioso, el segundo piloto de Ducati y quien hasta hace un año sólo había ganado dos carreras en nueve temporadas, sea su único contrincante, en buena parte gracias a la inestimable ayuda que recibió en Malasia de su cotizado compañero Jorge Lorenzo. Nadie en Yamaha podría haber previsto que Maverick Viñales, dominador absoluto de la pretemporada y triunfador en tres de las primeras cinco competencias del calendario, quedaría afuera de la pelea dos fechas antes del cierre.

Este Mundial, 69° de la historia, resultó el de los imprevistos. Acaso por eso, Ducati intentó prever todos los escenarios posibles principalmente luego de su paupérrima prestación en Australia y tratar de antemano con sus pilotos una posible orden desde boxes. Esto fue admitido por la directiva de la escudería italiana después de que Dovizioso le ganara a Lorenzo en Malasia. Ninguno de los involucrados quiso dar más detalles sobre el formato de la orden y el tiempo de ejecución, si el mensaje "Mapa sugerido: 8" que fue enviado a la pantalla del español seis vueltas antes del final tuvo o no que ver con los sucesos posteriores o si fue simplemente una sugerencia -que Lorenzo aseguró no haber visto- para que adaptara la Desmosedici GP17 para el final del Gran Premio.

Lorenzo, como admitió, tuvo algunos serios avisos de su rueda delantera sobre la proximidad de una caída mientras intentaba mantenerse adelante de Dovi. Y también cuando trató de seguirlo de cerca en las últimas cinco vueltas. En uno de ellos, en la curva final, justo cuando iban a cerrar la 16ª de las 20 vueltas, encontró el italiano la ocasión perfecta para adelantarlo y tomar el liderazgo. El palmesano estuvo a punto de rodar y logró levantar su Ducati con lo justo para seguir en carrera. Con Márquez apoltronado en el cuarto lugar, lejos del tercero Johann Zarco, el mallorquín sabía que no debía presionar más. Aunque lo obligaban a seguir esperando su primera victoria con Ducati, esas posiciones permitían que su compañero llegara a la última carrera con chances -mínimas, es cierto- de pelearle el título a Márquez. Lorenzo actuó como un hombre de equipo, respetuoso de los intereses de la escudería y de su compañero, con quien mantiene una cordial relación. El abrazo de Gigi Dall'Igna en el parque cerrado lo corroboró.

Ducati ya les había pedido a sus pilotos satélites cierta colaboración con Dovi. Así lo admitió Scott Redding en Australia, luego que que el italiano se retrasara como consecuencia de su temprano despiste. Sin embargo, sobre el final, cuando el ritmo del inglés era mucho mejor que el del italiano, con la certeza de que no seguirá con la marca en 2018 y Dani Pedrosa metido en medio, Redding ya no tuvo piedad y terminó adelante del italiano. En cambio, cuando la situación de campeonato era otra, en Misano, nadie le pidió al probador Danilo Petrucci que le dejara el segundo lugar a Dovi.

Aunque aún resulten antipáticas para espectadores y por eso se las suele enmascarar, las órdenes de equipo son tan viejas como el deporte motor. Si Yamaha las hubiese dado en Australia, Viñales no habría quedado tan tempranamente eliminado de la lucha por la corona: el intercambio de posiciones con Rossi habría permitido que Mack siguiera en la contienda al menos hasta Malasia. Nunca se sabrá qué habría pasado si Márquez hubiese necesitado la colaboración de Dani Pedrosa. Parece utópico que la precise en Valencia.

En el Mundial de lo impensado, Lorenzo, la estrella reclutada para que Ducati vuelva a ser campeón, con un salario anual estimado en 12,5 millones de euros, puede terminar su primer año sin triunfos -acumula tres podios- y como escudero de quien comenzó la temporada con rótulo de número 2. Incluso como testigo del título obtenido por un piloto de la marca que se suponía debía ser él. En buena parte, Dovizioso tiene la culpa. Su extraordinaria prestación esta temporada lo ha mantenido en una pelea para la que nadie lo contaba. En el último año, empezando por su victoria el 30 de octubre de 2016 en Malasia, primera con Ducati, el italiano ha sido el piloto más ganador en MotoGP: ostenta más de un tercio de triunfos, siete en 19 carreras. En ese lapso, Márquez venció seis veces, Viñales en tres, y Rossi, Pedrosa y Lorenzo, en una ocasión cada uno. Aunque el Gran Premio de la Comunidad Valenciana parezca un trámite administrativo para la cuarta coronación de Márquez, conviene guardarse algún lugar para la sorpresa. Este año abundan las pruebas. Las emociones son servidas a pedido en MotoGP. A la orden.

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