Crutchlow, contra las multas por mal comportamiento

El británico pasa por ser uno de los integrantes del paddock que más titulares ofrece, a veces por su claridad, otras por su lenguaje. Aquello que Dorna, el promotor del Mundial de MotoGP; la FIM, el órgano legislador; y el IRTA, la Asociación de Equipos, consideran una medida para salvaguardar y proteger la imagen del campeonato, él lo ve como una intromisión que cercena la libertad individual de los protagonistas del circo.

Seguramente no sea el único que lo haya descodificado de esta forma, pero muy probablemente sí sea el que más claro ha dejado su desacuerdo con una normativa que el fin de semana pasado, nada más entrar en vigor, ya le costó 300 euros a Nicolo Bulega por hacerle una peineta a un rival.

“Yo no quiero que este deporte se vuelva aburrido, porque a veces, cuando haces eso una peineta] es porque estás bromeando con alguien. En ocasiones se lo hago a Jack [Miller], pero estoy jugando con él y forma parte de nuestra relación”, argumenta Crutchlow.

“Si estás cabreado con alguien, debes tener la posibilidad de expresárselo. Lo vemos en el futbol, que la gente se grita y se insulta y no por eso reciben multas aunque se vea por la tele”, añade el de Coventry.

“Todo esto se creó porque fue Valentino –en Misano, Rossi le hizo una vistosa a Aleix Espargaró por entorpecerle–, porque fue muy evidente, lo vio todo el mundo. Pero creo que Vale llevaba razón, de modo que tenía derecho a expresarlo”, abunda el piloto del equipo LCR.

“Además, eso pasa en cada entrenamiento y poco importa que vaya a tener que pagar. El que quiera hacer una peineta no se reprimirá por más que tenga que pueda caerle una multa”, advierte el #35, que probablemente se vea a sí mismo como uno de los destinatarios más frecuentes de esas multas.

“Si quieren televisión en directo deben dejar que nos expresemos. Si no, que emitan con 30 segundos de retraso, corten la imagen que no les interese, empalmen i sigan emitiendo. Entiendo que una peineta no es lo mejor que se le puede enseñar a un niño que está viendo la tele, pero por otro lado es la vida real”, zanja Crutchlow.