¿Cuáles son las cualidades de Quartararo que lo hicieron campeón?
Algunas de las personas más influyentes en el entorno de Fabio Quartararo destacan para Motorsport.com los puntos de fuerza del flamante campeón del mundo de MotoGP.
Cuesta mucho encontrar a un piloto dentro del paddock sobre el que nadie tenga una mala palabra. Al mismo tiempo, eso es casi tan difícil como dar con una persona que no hable bien de Fabio Quartararo, que este domingo, en Misano, le dio a Francia su primera corona en la categoría de las motos pesadas. La secuencia de Pecco Bagnaia saliendo del taller de Ducati poco después de haberse ido al suelo, simplemente para facilitar a su rival directo en la lucha por el título, escenifica de maravilla el sentir general. Por su carisma, sencillez y por ese buen rollo que transmite siempre, el Diablo tiene la bendición de todos los actores que de forma directa o indirecta contribuyen en tirar para adelante campeonato. No solo la de aquellos que trabajan con él en el día a día, en su círculo más íntimo o en Yamaha. Sino que el reconocimiento le llega también por parte de sus oponentes, de los demás equipos y de los estamentos que manejan el circo.
A sus 22 años, la irrupción del corredor de Niza en MotoGP (2019) fue tan poco ortodoxa como acertada, sobre todo porque le permitió quemar las primeras etapas sin sentir la presión de tener que lograr resultados. “La primera vez que me subí a la Yamaha, en los test de pretemporada a finales de 2018, pensé que no iba a poder llevar esa moto. Me sobraba potencia por todos lados. Luego, poco a poco, sin presión, me fui adaptando a ella, y la distancia con los primeros fue bajando. En Qatar ya estaba delante, y ese fue el momento en que supe que iba a ir bien”, resume el piloto, que ha devuelto a Yamaha a la cima seis años después de que la última vez, en aquella ocasión (2015) de la mano de Jorge Lorenzo.
Quien habla a continuación es Diego Gubellini, el responsable técnico del campeón, una persona clave que le acompañó en sus dos primeros cursos en el Sepang Racing Team (2019 y 2020), y que también promocionó con él a la estructura oficial de la marca de los diapasones con vistas a este 2021.
“Fabio llegó a MotoGP sin haber logrado despuntar en Moto2. Eso le liberó de presión y le dio la libertad que necesitaba para entender que lo importante era entender la moto y adaptarse a ella, antes que pensar en hacer grandes cambios”, cuenta el técnico a Motorsport.com. “Para Yamaha, eso supuso una gran ayuda”, añade Gubellini, que tras pasar por Aprilia (2014-2016) y MarcVDS (2016-2018), se cruzó con Quartararo en el SRT, y de allí al equipo de fábrica de Yamaha. Juntos forman una pareja muy equilibrada que no ha parado de pulir cosas hasta lograr el objetivo que el año pasado se escapó por falta de consistencia, precisamente la clave de su éxito esta vez –Quartararo es el único competidor de las tres categorías que ha puntuado en todas las citas hasta la fecha–. “Fabio es un piloto con el que se puede trabajar muy bien. Entre otras cosas, porque acepta su parte de culpa cuando la tiene”, prosigue este licenciado en electrónica por la Universidad de Bolonia.
Al margen de cuestiones técnicas, y de haber logrado desarrollar un estilo de pilotaje que encaja perfectamente con la M1, a la que lleva con la suavidad de Lorenzo, pero con un poco más de agresividad en momentos puntuales, si algo destacan quienes trabajan con el galo es su carácter afable, una gran ayuda, sobre todo cuando las cosas se cruzan. “Fabio es fácil porque ese es su carácter. Es muy educado en el día a día, no es una ‘prima donna’”, subraya Gubellini, una apreciación que secunda Lin Jarvis, director de Yamaha. “La personalidad es uno de sus puntos de fuerza. Es un buen chaval con la habilidad de ir muy deprisa encima de una moto, además de ser agresivo en momentos señalados. Pero, combinado con eso, también aporta una enorme dosis de positividad”, argumenta, por teléfono, el ejecutivo británico, que, con éste suma ya ocho títulos como cabeza visible de la compañía de Iwata. “Algunos pilotos necesitan un enemigo para rendir a su máximo nivel, para empoderarse y tratar de destruir a sus rivales. Pero Fabio, no es así. Él no necesita enemigos, sino rivales contra los que competir, y creo que por eso es tan popular incluso entre sus oponentes”, esgrime Jarvis.
Otra de las piezas clave del desembarco de Quartararo a la categoría de las motos pesadas fue Wilco Zeelenberg, team manager del SRT. En su estreno (2019), el holandés tuteló y estuvo muy encima del chico en sus dos primeros cursos en la clase reina, sobre todo en el primero. Zeelenberg ya tenía mucho callo en el manejo de campeones al haber echado una mano a Lorenzo, primero, y a Maverick Viñales, después. “Es alguien con el que es fácil de trabajar. Jorge [Lorenzo] sabía lo qué quería; el resto no le importaba. Fabio es muy distinto. Tiene la mente muy abierta y eso le otorga una gran capacidad de adaptación”, cuenta el expiloto, antes de remachar: “Eso sí; también tiene su parte de ego, porque quiere ganar a todo el mundo y porque odia perder. Pero a la vez demuestra mucho respeto, que es lo excepcional en este entorno”.
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