Echemos un ojo a Phillip Island

La última vez que los equipos del Mundial de MotoGP coincidieron en Phillip Island fue para protagonizar una de las mejores carreras de la última década, un trepidante carrusel que se terminó llevando Marc Márquez, después de que entre los cuatro primeros se pasaran y repasaran 52 veces, propiciando hasta 13 cambios de líder. Han pasado cuatro meses desde aquello y la caravana vuelve al circuito australiano, esta vez para seguir desarrollando sus prototipos de 2016 y con varios elementos que vale la pena tener en cuenta.

Yamaha y Lorenzo, desatados

Los equipos de MotoGP abandonaron Sepang hace poco más de una semana conscientes de que van a tener que trabajar a destajo para dar caza a Yamaha y en especial a Jorge Lorenzo. El mallorquín y Valentino Rossi volverán a rodar desde el miércoles y hasta el viernes en Phillip Island. Aquí deberán decidir qué prototipo eligen para comenzar el Mundial: la M1 híbrida, con chasis de 2015, o el modelo de 2016. De cualquier forma, si la diferencia respecto a sus rivales directos (Honda y Ducati) vuelve a rondar el segundo por vuelta, ya se podrá dar casi por sentado que Yamaha llegará a Qatar (20 de marzo) con la etiqueta de favorita.

Honda busca la salida del túnel

A la marca del ala dorada se le acaba el tiempo para salir del túnel en el que anda metida. De lo contrario se verá en una situación parecida a la que ya vivió en el arranque de 2015. Entonces, Márquez y Pedrosa las pasaron canutas para controlar una moto que incorporaba un propulsor demasiado agresivo, exactamente el mismo diagnóstico que han hecho de la nueva RC213V. El problema parece incluso haberse agravado con la nueva electrónica única. “Estamos trabajando muy duro para entendernos mejor con el nuevo software y los neumáticos Michelin, y también nos centramos en el nuevo motor”, afirmaba este domingo Shuhei Nakamoto, vicepresidente de HRC.

Kilómetros a la Desmosedici GP

Ducati solo tiene una misión en mente de cara a estos test: hacerle tantos kilómetros como pueda a la Desmosedici GP, algo que por distintos motivos apenas pudo lograr en Malasia. Entre el interés que suscitó Casey Stoner –que solo rodó con la moto de 2015– y varios problemas mecánicos, los dos Andrea, Iannone y Dovizioso, apenas pudieron sacar conclusiones.

Michelin, con la lupa encima

Después del susto que dio Loris Baz en Malasia, donde le explotó el neumático trasero de la Ducati a su paso por la recta principal y cuando circulaba a 290 kilómetros por hora, Michelin se comprometió a ofrecer una explicación de lo ocurrido una vez realizados los pertinentes análisis. Por lo demás, hay que tener en cuenta que la pista australiana cuenta desde 2013 con un nuevo asfalto, que ya en su día ya causó estragos y que pilló a trasmano a Bridgestone. El suministrador japonés obligó a toda la parrilla a entrar a cambiar de moto a media carrera ante la posibilidad de que sus compuestos traseros explotaran.

Vuelve Miller y su mala pata

No hay mejor escenario que Phillip Island para que Jack Miller se vuelva a subir a la moto, aunque el australiano todavía esté convaleciente. El piloto de Townsville se rompió la pierna mientras practicaba motocross en España, circunstancia que le obligó a pasar por el quirófano y a perderse los test de Sepang. Alpinestars ha desplazado hasta aquí tres tipos de botas, todas ellas más grandes de lo normal, para tratar de facilitarle un poco las cosas. “En términos de conducción, el principal obstáculo con el que me encuentro es la bota. Por lo demás, cuando estoy encima de la moto todo está bien”, comenta el corredor aussie.