Ecos de Qatar: Lorenzo se confirma; Rossi, duda
El gran premio inaugural de MotoGP nos permite sacar las primeras conclusiones de una temporada que ha empezado de forma espectacular y que nos ha dejado confirmaciones y dudas en los dos pilotos de Yamaha.
Foto de: Mirco Lazzari
Superado el interminable invierno, el Gran Premio de Qatar abrió un curso que se adivina explosiva si atendemos a los puntos que marcaron la pretemporada. Algunos de ellos se confirmaron en Losail, aunque también hubo otros que no terminaron de encajar con lo visto hasta entonces.
El campeón es de este mundo. Jorge Lorenzo se presentó en la primera parada del calendario con la etiqueta de favorito que le colocaron la mayoría de sus rivales. El mallorquín arrasó en dos de las tres series de entrenamientos de pretemporada (Malasia y Qatar), aunque la superioridad exhibida no quedó plasmada en la hoja de tiempos del domingo. “Me costó mucho coger ese margen de dos segundos que conseguí al final”, reconocía el español a Motorsport.com este lunes. Argentina, en dos semanas, ofrecerá una idea más aproximada de la distancia que le separa del resto como así parecía ser, o vive en la misma dimensión que ellos.
Ducati ha dado con la moto. La marca italiana podía haber repetido perfectamente el doble podio del año pasado de no ser por el patinazo de Iannone. Sin embargo, la carrera de Dovisioso constató las virtudes de la Desmosedici GP, un prototipo que no sólo tira de músculo, que tiene para dar y vender, sino que además trata los neumáticos con cariño. En el paddock son muchos los que se preguntan qué serían capaces de hacer Lorenzo o Márquez subidos a ella.
Márquez, por narices. “Salvamos los muebles”, aseguraba a Motorsport.com un miembro de HRC tras terminar una carrera que un par de semanas atrás se afrontaba casi con miedo. “No sabíamos si íbamos a entrar en la Q2. Esta tercera plaza es lo máximo a lo que podíamos aspirar. Marc se ha vaciado”, añadía esta voz autorizada, que repasaba los tiempos de cada sector para constatar la merma de tiempo de la Honda del español al compararla con la Ducati de Dovizioso, con quien Márquez se peló hasta la bandera de cuadros.
Honda para el golpe. Un gran premio que hace unos días vaticinaba casi una debacle para la marca japonesa se saldó con un podio (Márquez) y una quinta plaza (Pedrosa), un resultado que sirve para parar el golpe. De cualquier forma, en HRC hay la duda de saber si finalmente se ha encontrado una base suficientemente consistente como para comenzar a aspirar a ganar, o si dentro de dos semanas, instalados ya en Argentina, el equipo deberá volver a darle mil vueltas a la RC213V antes de poder asomar la cabeza por la zona alta de la tabla.
A Rossi le entran las dudas. Nada más bajarse de la moto, el italiano repitió varias veces que, si pudiera, habría descansado un poco y hubiera regresado a la pista para comprobar algo de vital importancia. Rossi, que afrontó la carrera con la goma trasera más dura disponible, quería saber si con la blanda, la que empleó Lorenzo, habría sido capaz de ganar esas tres décimas que le faltaron para poder meterles la rueda a Dovizioso o a Márquez. “Si no es una cuestión de neumáticos, tenemos mucho trabajo por delante”, reconoció Il Dottore.
Viñales y la cruda realidad. La sorpresa más positiva de la pretemporada se dio de bruces con la realidad al verse incapaz de superar el muro que le plantó Dani Pedrosa . El poderío exhibido por Viñales hasta el sábado –arrancó el tercero– quedó muy disminuido el domingo, circunstancia que demuestra que un test no es lo mismo que una carrera y que a Suzuki todavía le queda mucho tajo por delante. El salto de calidad de la fábrica de Hamamatsu y de su jovencísimo piloto (21 años) es incuestionable, mientras que lo ocurrido en Losail permite hacerse una idea del nivel de exigencia de este campeonato.
Michelin aprueba con nota. El suministrador francés demostró tener mucha cintura después del último entrenamiento de pretemporada, en el que media parrilla entró en pánico con la teórica elección de neumáticos programada para el estreno. En menos de una semana preparó una alternativa para poder contentar a la mayoría de la parrilla. Las gomas no solo aguantaron bien, sino que Lorenzo pudo exprimir la especificación más blanda hasta el final y lograr su mejor vuelta en el penúltimo giro, la mejor muestra de la calidad del material empleado. Los cuatro primeros completaron todo el gran premio por debajo del tiempo que logró el ganador en 2015 (Rossi), otra prueba más del nivel de exigencia que soportaron los compuestos.
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