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El cabreo de Rossi y Lorenzo como síntoma

La gestión de la modificación del trazado de Montmeló tras el accidente de Salom dejó al descubierto algunas de las carencias a nivel organizativo que arrastra el Mundial de MotoGP.

Valentino Rossi, Yamaha Factory Racing

Valentino Rossi, Yamaha Factory Racing

Gold and Goose / Motorsport Images

Pilotos en la nueva chicana para reemplazar la curva 12
Oficiales y pilotos en la nueva chicana para reemplazar la curva 12
Oficiales y pilotos en la nueva chicana para reemplazar la curva 12
Oficiales y pilotos en la nueva chicana para reemplazar la curva 12
Oficiales y pilotos en la nueva chicana para reemplazar la curva 12
Oficiales en la nueva chicana para reemplazar la curva 12
Valentino Rossi, Yamaha Factory Racing, Marc Márquez, Repsol Honda Team, talking
Valentino Rossi, Yamaha Factory Racing
Valentino Rossi, Yamaha Factory Racing
Marc Márquez, Repsol Honda Team
Valentino Rossi, Yamaha Factory Racing, Marc Márquez, Repsol Honda Team
Andrea Iannone, Ducati Team, Jorge Lorenzo, Yamaha Factory Racing, chocan
caída de Jorge Lorenzo, Yamaha Factory Racing

Aseguraba el domingo pasado Valentino Rossi, que después de lo ocurrido en Montmeló este trágico fin de semana iba a darle vueltas a la posibilidad de volver a asistir a las reuniones de la comisión de seguridad de los pilotos, programadas cada viernes de gran premio a las cinco y media de la tarde.

La sacudida que provocó en la parrilla de MotoGP la muerte de Salom hizo que todos sus integrantes se buscaran, y una vez decidido que la carrera debía seguir adelante, abordaran conjuntamente las medidas inmediatas que debían aplicarse a tal efecto, en este caso, la modificación del trazado.

Diez corredores de MotoGP se reunieron y comenzaron a tratar el asunto con la ayuda de un mapa del trazado, hasta que se dieron cuenta de que lo mejor era hacerlo sobre el terreno, de modo que cogieron sus scooter y se desplazaron hasta la curva 12. De Honda estaba Marc Márquez, de Ducati, sus dos pilotos; lo mismo que Pol Espargaró y Bradley Smith, del Tech3; Aleix, por parte de Suzuki; Tito Rabat y Jack Miller (Marc VDS), Cal Crutchlow (LCR) y Álvaro Bautista (Aprilia Gresini).

Evidentemente, las ausencias más sonadas fueron las de los dos pilotos oficiales de Yamaha, que al día siguiente justificaron su ausencia sin demasiada credibilidad, circunstancia que les valió una dura crítica por parte de sus compañeros.

Y más aún, cuando el italiano insinuó, no se sabe si medio en broma o medio en serio, que alguien podía haber aprovechado para echarle una mano a un equipo en concreto con los cambios llevados a cabo en una curva distinta a la del incidente.

Un error no haber ido 

Rossi y Lorenzo se mostraron molestos al no haberse enterado de la modificación que se había decidido introducir y no haber podido participar de ella. Aunque cada uno lo hizo con su estilo.

El de Tavullia reconoció el error: “Soy plenamente consciente de que la comisión de seguridad se celebra cada viernes de carrera a las cinco y media de la tarde. Pero estaba muy ocupado. Fue un error no haber ido esta vez”.

El mallorquín, por su parte, le dio muchas más vueltas, tratando de buscar un culpable, señalando a una organización o cuerpo que no está articulado. Argumentó que una decisión tan trascendental como la modificación del circuito no podía dejar al margen al campeón del mundo: “Si hubiera sabido que se iba a tratar eso, está claro que habría asistido”.

El galimatías que se vivió en Yamaha no es más que el síntoma de algunas de las carencias del campeonato, que en una situación tan extrema como la del viernes pasado dejó a la luz algún que otro costurón.

En primer lugar, no parece lo más indicado que tengan que ser los pilotos los que informen a sus respectivas escuderías de algo tan capital como la modificación de un trazado. Y menos, cuando de ello solo se enteran los que asisten a una reunión que por muy sorprendente que sea dada la temática que se discute en ella (seguridad), es voluntaria. Eso no pasa, por ejemplo, con el briefing de pilotos de F1 de cada viernes, que consta en la normativa como de obligado cumplimiento.  

Llegado el momento de depurar responsabilidades, lo más justo sería repartirlas entre los distintos eslabones. Lorenzo y Rossi no entendieron que aquel día debían anteponer la cuestión colectiva a la individual, Yamaha no supo dar cobertura a sus pilotos y hacerles ver lo importante que era que fueran a ese meeting. Y los órganos reguladores (véase FIM, Dirección de Carrera y Dorna) no ejercieron su papel de garantes del Mundial convocando de forma oficial a representantes de todas las partes implicadas, equipos y pilotos.  

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