El graduado por Martín Urruty

La primera había sido sobre piso cambiante. La segunda, recién siete años después, bajo el agua. La tercera resultó la primera sobre seco. La cuarta llegó gracias a una cuidadosa estrategia de manejo de neumáticos. La quinta, luego de una batalla épica con el más aguerrido de este tiempo, le permitió alcanzar un estatus exclusivo. Con su triunfo en Austria, tercero este año, Andrea Dovizioso entró en un olimpo sin vacantes, donde quien pretende ingresar debe hacerse lugar mostrando suficientes credenciales.

El italiano no admite que haya hecho drásticos cambios de hábito, apenas concede que ajustó unos pocos métodos en su aproximación a las carreras. Los resultados denotan más que simples retoques. La versión 2017 de Dovi muestra más que velocidad y sazonada consistencia: sobresale por su entendimiento de la GP17, a la que exprime en distintas circunstancias, y la frialdad con la que analiza opciones y adopta soluciones. Así lo hizo con Marc Márquez durante las vueltas finales en Spielberg. Antes había manejado el ritmo para alcanzar a su compañero Jorge Lorenzo, súbito líder en la decena inicial de giros, y para mantener a raya a Dani Pedrosa, quien vio una oportunidad en la pelea entre Dovi y Márquez.

El piloto de la Ducati número 4 tenía una obvia certeza al comenzar la última vuelta en Red Bull Ring: que Márquez, inconformista como corresponde a un gran campeón, lo atacaría acaso arriesgándose a un toque. Entonces pergeñó un plan: trataría de no dejarle espacio en las únicas dos curvas a la izquierda que tiene la pista austríaca, un lugar propicio para la Honda del campeón, para así llegar firme al penúltimo viraje y frenar tan tarde como fuera posible. Aunque Dovi cumplió con su estrategia, Márquez salió mejor de la penúltima curva y creyó en una utopía: que superaría a la Desmosedici en la última de derecha, una curva de segunda marcha que se encara a 120 km/h. La movida de Marc bien pudo haber terminado en exhabrupto -topetazo incluido- si no hubiese sido porque Andrea la previó y decidió dejarlo entrar para cerrarse a tiempo y acelerar antes hacia la meta.

Márquez fue fiel a sus antecedentes. Cómo olvidar cuando encaró por adentro a Lorenzo para arrebatarle el segundo puesto en la curva final de Jerez de la Frontera, ¡en su tercera carrera en MotoGP en 2013! O cuando se trenzó con Valentino Rossi en Holanda 2015, rozándolo al entrar en la chicana final, lance que Il Dottore contrarrestó cortando por la banquina. Un año atrás, en Mugello, también se tiró a pasar a Lorenzo en Bucine y lo consiguió, pero la Yamaha fue más efectiva en la aceleración y -rebufo mediante- derrotó a la Honda sobre la línea de meta. Luego del incidente con Dovi en Austria, la cuenta de intentos de Márquez en la curva final muestra un éxito (segundo en Jerez) y tres derrotas.

El ímpetu del español y la astucia del italiano propiciaron uno de los mejores finales de los últimos años en una carrera ya pletórica de matices. La manera en la que Dovi controló el paso del Gran Premio y batalló con el tricampeón en los últimos cuatro kilómetros ungieron al italiano a un escalón superior que nunca antes había alcanzado. Enfrentado este año con el tricampeón Lorenzo, el corredor de Forlimpopoli ha demostrado manejar todos los aspectos necesarios para ser un serio contendiente al título: es veloz en clasificación, consistente en carrera, aprovecha las fortalezas y se adapta a las debilidades de la GP17, se acomoda especialmente bien al uso del neumático blando, no escatima esfuerzos si se presenta lucha cuerpo a cuerpo y cuenta con la frialdad necesaria en situaciones calientes.

Nadie ponía a Dovizioso entre los candidatos al título de 2017. Mucho menos después de que Maverick Viñales dominara a gusto en pretemporada y ganara las dos primeras carreras del campeonato. Ni siquiera aparecía Dovi como contendiente, a pesar del aval de los números, después del triunfo en Mugello o cuando trepó a la cima del campeonato. La cuarta victoria de Dovizioso con Ducati, quinta de su campaña, no sólo lo acercó a Márquez en el Mundial; sirvió para mostrar la evolución de la marca -no ganaba tres carreras en un año desde 2010, último de Casey Stoner en Borgo Panigale- y el nivel actual del piloto que proyecta su sombra sobre la fulgurante contratación de Lorenzo.

Ducati le debe buena parte de su actualidad a Dovizioso, partícipe necesario del progreso de la moto y esta temporada tan ganador como los cotizados Márquez y Viñales. Y hasta Marc le debe a Dovi parte de los 20 puntos que colectó en Austria: sin la frialdad del italiano para dejarlo entrar ante tan arriesgada maniobra, quizá ambos hubiesen terminado en el suelo yéndose de Red Bull Ring con cero para el campeonato. El español admitió que en ese lance dejó de lado cualquier especulación por el Mundial. El italiano tenía todo calculado: contraatacó sobre la marcha y camino a la victoria tuvo tiempo para dedicarle un gesto de reprobación a su rival. Así fue la graduación de Dovizioso.

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