Marc Márquez

Si algo le faltaba hacer a Marc Márquez para sentenciar temprano el campeonato de MotoGP, su victoria en el Gran Premio de Aragón dictó el destino final del 68° Mundial. El bicampeón 2013/2014 estiró a 52 puntos la diferencia con Valentino Rossi luego de la 14ª de 18 fechas, cierre del periplo europeo antes de la excursión por Asia y Oceanía, y la tradicional conclusión en Valencia, en las que se puede colectar un máximo de 100. Márquez, el único que este año anotó en todas las carreras entre los 25 pilotos que han corrido en la cilindrada mayor, puede incluso ser campeón en la próxima prueba.

Las probabilidades de que el español no se transforme más temprano que tarde en tricampeón de MotoGP en su cuarto año en la categoría reina son sólo aritméticas. La ventaja representa más de la mitad de los puntos aún en disputa. Un vistazo a la irregular temporada 2015 del catalán muestra que en los cuatro circuitos que faltan el piloto de Honda cosechó 58 puntos durante el ejercicio anterior: fue cuarto en Japón, triunfó en Australia, no sumó en Malasia luego de la caída provocada por Rossi y arribó segundo en Cheste. Si repitiera el rendimiento, aún con un cero inédito en 2016, le sobrarían puntos para coronarse.

Rossi y Jorge Lorenzo, los perseguidores más próximos -a 52 y 66 puntos, respectivamente- del corredor de Cervera, saben que a esta altura la nueva consagración de Márquez es irremediable. Si alguna esperanza les quedaba, se rompió en el Motorland aragonés. El más joven campeón de la historia cortó una seguidilla de cuatro fechas en las que Rossi había anotado más que él. Luego de la extraordinaria victoria del número 93 en Alemania, el italiano le había descontado puntos en Austria, República Checa, Gran Bretaña y San Marino. En total, Il Dottore había limado 16. Márquez recuperó nueve con su exhibición en la pista turolense, donde había vencido en 2013, su primer año en la élite.

Más allá de las declaraciones de ocasión, la cautela de Márquez para no celebrar antes de tiempo y el compromiso del dúo de Yamaha por seguir peleando hasta que los números les otorguen chances, hay otro título en disputa, un campeonato menor a la vista externa pero que enfrenta a dos pilotos cuya relación en nueve años ha pasado por casi todos los estadios posibles.

Rossi y Lorenzo luchan ahora por el subcampeonato, que para ellos es un logro de inusitado valor. La relación, que fue deteriorándose paulatinamente mientras disputaban el campeonato 2015, se quebró durante la fecha en Malasia, casi un año atrás. Lorenzo sintió que las declaraciones de Rossi apuntándole directamente a Márquez luego de la carrera en Phillip Island, donde según Vale el catalán lo había molestado para jugar a favor del mallorquín, también lo tocaban a él. Fue entonces cuando hizo aquel gesto de reprobación en el podio, del que luego dijo estar arrepentido, y para sorpresa de Yamaha decidió presentar su propio recurso ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo al que había acudido Rossi luego de la sanción que lo mandaba al final de la grilla de Valencia.

La definición del título en Cheste azuzó las llamas y sus derivaciones en buena parte empujaron a Lorenzo no bien comenzó la temporada en curso a tomar la temprana decisión de firmar con Ducati para 2017. A partir del Gran Premio en Austin, tercera fecha de este año, y hasta llegar a República Checa, undécima cita, el tricampeón siempre estuvo adelante del heptacampeón en la tabla. Rossi aprovechó el paupérrimo período de Lorenzo, seis carreras en las que apenas recolectó 31 puntos, para superar al palmesano y ahora luchan por terminar el año como el mejor del resto: subcampeón, sí, pero adelante del compañero de marca. Rossi pretende mostrarle al mundo que Yamaha se queda con el piloto más valioso del par. Lorenzo quiere dejar evidencia de que dejan ir al mejor.

El adelantamiento de Valentino a Jorge en Misano que el español rotuló como agresivo, la posterior discusión en la rueda de prensa, la admisión pública de que la relación está quebrada y la mutua exaltación de cuán importante era terminar delante de la otra Yamaha en Aragón se apilan en el expediente de cierre de temporada, conclusión de siete años de trabajo en dos períodos como integrantes de una escudería que en ese lapso -y más allá de las turbulencias de los pilotos- acumula 60 triunfos y cuatro títulos. La pelea es otra vez entre los dos. Rossi y Lorenzo luchan ahora por ganarle al otro y así será hasta que caiga la bandera de cuadros en Cheste. Y ya es posible consagrar a un ganador: Márquez.