Espargaro: La vuelta fue perfecta, pero antes lo hacía y no salía

Misano.- La marca austríaca manda mensajes interesantes. El año pasado, en la última parada del calendario, el menor de los Espargaró se las apañó para colarse en el podio aprovechando una jornada alterada por la aparición de la lluvia.

Esta temporada, en Brno, primera prueba después del parón veraniego, fue Johann Zarco quien sacó partido de unas condiciones similares a las de Cheste para colocarse el tercero en la parrilla de salida.

Polyccio mejoró este sábado en Misano esa prestación al lograr el segundo mejor tiempo en la cronometrada, que además se disputó en seco, gracias a una vuelta de vértigo que solo fue capaz de mejorar sobre la bocina Maverick Viñales.

“Si tuviera que repetir la vuelta seguramente no me saldría. Es verdad que fue una vuelta perfecta, pero antes también las hacía y las cosas no salían”, resumió el corredor de Granollers (Barcelona).

“Gracias al test que hicimos hace dos semanas podemos resolver los problemas que van surgiendo, sabemos cómo hacerlo. Hemos mejorado mucho la moto, puedo frenar muy bien, incluso mejor que la Honda en algunos puntos”, añadió el #44, que al pasar por meta tuvo que mirar varias veces a la pantalla de tiempos para creerse lo que veía en ellas.

A pesar de ello, el español opta por adoptar una postura más bien prudente cuando se le pregunta por sus expectativas con vistas a este domingo: “Creo que terminaremos la carrera de la sexta plaza para atrás. Será muy complicado aguantar a los pilotos punteros más de siete u ocho vueltas”.

El catalán tiene claro que atraviesa el mejor momento de su trayectoria, una etapa incluso más dulce que la que vivió al proclamarse campeón del mundo de Moto2 (2013).

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“Estoy en el mejor momento de mi vida porque esto es mucho más difícil que en Moto2. Nos estamos esforzando muchísimo tanto yo como el equipo. Pero un día como el de hoy compensa todo el sufrimiento de dos años y medio y nos demuestra que hay que creer más”, prosiguió el de KTM, muy satisfecho de su empeño en el que seguramente es el desafío más complicado que nunca ha encarado.

“Hay días en que todo parece imposible, pero en otros, como hoy, te das cuenta de que aquí no hay dioses. Que hay gente y motos muy buenas, pero que si nosotros tenemos el día y la moto funciona pues estamos allí”, zanjó Espargaró.