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'Hambriento y enojado', por Martín Urruty

Un nuevo campeonato está cerca para Marc Márquez, pero en este año será especial dado que el integrante de Honda ha sacado a relucir nuevas cualidades que lo vuelven más peligroso en pista.

Podio: ganador Marc Márquez, Repsol Honda Team

Podio: ganador Marc Márquez, Repsol Honda Team

Gold and Goose / Motorsport Images

Cara a cara con una fiera hambrienta, a nadie se le ocurriría hacerla enojar. Cualquiera intentaría ganarse su confianza con el mero objetivo de la supervivencia. Otra aproximación puede volverse letal para quien la pruebe. Allá lejos o más cerca en la historia, los ejemplos abundan.

A la altura de los más grandes, Marc Márquez también está cruzado por la insatisfacción. Nada de lo que ha ganado le parece suficiente. Casi seis títulos de MotoGP en menos de siete temporadas y más victorias mundialistas que el emblemático Mike Hailwood no han saciado su apetito de león famélico al que nunca conviene enfurecer. Así se comportó en el Gran Premio de San Marino y la Ribera de Rímini, tal el pomposo nombre dado a la 13ª fecha del Campeonato Mundial.

Azuzado por el incidente en clasificación que derivó en un llamado de los comisarios, salió a la pista de Misano a ganar aunque no lo necesitaba. Lo sufrió el pobre Fabio Quartararo, el más sorprendente novato de la temporada y sólo superado por Márquez entre los pilotos que más vueltas han liderado este año con la salvedad de que el francés aún no ha conseguido traducir ese rubro estadístico en su primer triunfo.

Fabio Quartararo, Petronas Yamaha SRT, Marc Márquez, Repsol Honda Team

Fabio Quartararo, Petronas Yamaha SRT, Marc Márquez, Repsol Honda Team

Cuando parecía que finalmente lo lograría, luego de haber permanecido en punta ¡durante 24 vueltas consecutivas! después de las dos primeras bajo el liderazgo de Maverick Viñales, Márquez lo superó en la última según el plan que se había trazado: antes de llegar al tercer tramo del circuito.

En ese parcial de Misano, comprendido desde la entrada a la curva 9 -anterior a Tramonto-, incluyendo el Curvone y hasta la frenada de Carro, el 14° viraje, Quartararo se lució durante gran parte del fin de semana. Por eso el quíntuple campeón se lanzó temprano, en la corta recta italiana, al iniciar el giro final. Cuando Quartararo recuperó el lugar en la curva 4, acortó los tiempos de Márquez porque sólo quedaban cuatro curvas hasta alcanzar el tercer parcial. El catalán estiró la frenada cuanto pudo en Quercia como sólo él puede hacer con una Honda, logró embocar la rueda delantera mientras la trasera rebotaba en el pavimento y se acomodó adelante para defenderse en el resto de la vuelta.

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A la astucia innata Márquez le añadió la experiencia de tantas batallas para trazar con perfección en Carro cerrándole el paso al francés que llegó mucho más rápido y tuvo que levantar la moto para no atropellar la rueda trasera de la número 93.

Márquez no necesitaba asumir ningún riesgo en Misano. Su sitio en el podio nunca estuvo en duda ni la certeza de que se iría de la costa del Adriático con mayor diferencia en el certamen ya que Andrea Dovizioso y Álex Rins jamás se arrimaron a la punta de la carrera y el joven español terminó en el piso apenas superada la mitad del recorrido. Siempre a menos de tres décimas del líder, como un depredador que huele sangre, con rabia acumulada por el tumultuoso desenlace de la clasificación que lo dejó sin poder cerrar su último giro rápido y confinado al quinto lugar de la grilla, Márquez desplegó su voracidad, atacó y logró la séptima victoria del año, 77ª de su campaña que ahora le permite pasar a Hailwood. Su anterior triunfo después de haber largado fuera de los cuatro primeros había sido el año pasado en Japón, donde partió sexto, venció y se calzó su quinta corona.

Marc Marquez, Repsol Honda Team

Marc Marquez, Repsol Honda Team

El encontronazo con Valentino Rossi en su casa, el circuito ubicado a 14 kilómetros de Tavullia que cada año luce tapizado de amarillo, territorio hostil para el campeón, enardeció a Márquez. Ocurrió cuando los dos buscaban dar su última vuelta rápida posible en clasificación. Otra vez, como en Silverstone, a Márquez se lo notó buscando rueda, algo que supo criticar. Rossi, quien viajaba adelante, tocó apenas la franja verde de la banquina al salir de la curva 6, algo que el italiano aseguró que no había notado, por lo que su vuelta dejó de tener validez. Entonces Márquez lo pasó más adelante pero también él se salió de pista y supo de inmediato que su giro sería anulado. Fue cuando Rossi, que seguía acelerando, quiso superarlo para -según dijo- cerrar su vuelta sin saber que sería cancelada por los comisarios. Vale entró pasado, perdió la trazada, lo llevó a Márquez hacia afuera y terminaron recriminándose por las maniobras que el comisariato juzgó, luego de escuchar las versiones de los pilotos, como un incidente de carrera.

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Il Dottore quedó séptimo en la grilla y aunque avanzó hasta el cuarto lugar nunca tuvo el ritmo necesario para acercarse a las posiciones del podio. Márquez encontró en el suceso que derivó en su peor clasificación del año -segunda vez en 2019 que no estuvo en primera fila- el combustible ideal para su insaciable búsqueda de la victoria.

Enojado, Márquez es todavía más peligroso. Es letal. Un año y medio atrás, luego de su desaguisado en el Gran Premio de la Argentina, aquella carrera en la que fue tres veces sancionado porque se metió a contramano en la improvisada grilla, luego tocó a Áleix Espargaró y finalmente chocó a Rossi, Marc llegó a Austin y también fue penalizado por un incidente en clasificación. Autor de la pole relegado al cuarto puesto de largada, tardó menos de media vuelta en tomar la punta y jamás la cedió hasta la bandera de cuadros.

Valentino Rossi, Yamaha Factory Racing, Marc Marquez, Repsol Honda Team

Valentino Rossi, Yamaha Factory Racing, Marc Marquez, Repsol Honda Team

Aunque innecesaria más allá del engorde estadístico que acarrea, la sexta victoria del campeón en Misano -tercera en MotoGP- es una muestra de su sincera avidez, más genuina y pesada en la balanza que el cómodo segundo puesto que tenía asegurado, y un aporte al espectáculo que no debe ser soslayado. Quartararo ganador habría disparado nuevas historias, es cierto, pero no habría revelado que Márquez sí sabía cómo vencerlo. Y acaso el francés no habría aprendido -aunque dramáticamente- una nueva lección de pilotaje en el más alto nivel.

Los 93 del 93, los puntos de ventaja que Márquez acumula en el campeonato con respecto a Dovizioso, invitan a proyectar la anticipación con la que el título 2019 quedará definido. Si el español gana en Aragón y Tailandia, las dos próximas citas en el calendario, será séxtuple campeón de MotoGP con cuatro fechas de antelación. Como antecedente, Márquez triunfó en esos dos circuitos el año pasado. Y su hambre aún no fue satisfecho.

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