Las obras en Montmeló aseguran el Gran Premio de Catalunya de MotoGP

De esta forma, la instalación se asegura la celebración del Gran Premio de Catalunya, que según ejecutivos de Dorna, promotor del Mundial, había llegado a estar en peligro.

Las obras, que darán comienzo a principios de año y que se alargarán durante un periodo de más o menos un mes, se centrarán en el último sector de la pista, básicamente en el tramo en el que hace un año falleció Luis Salom, durante los entrenamientos de la prueba del mundial de MotoGP.

En aquel punto en cuestión (curva 12) se ganarán alrededor de 20 metros de escapatoria, a partir de la redistribución de dos de las gradas.

Dos módulos de la tribuna C desaparecerán, mientras que la H se desplazará hacia abajo, mucho más cerca del último viraje, el que da entrada a la recta de meta.

Al margen de este cambio, el trazado mantendrá la configuración que hasta ahora venía utilizando el campeonato del mundo de Fórmula 1 en la curva 10, y eso hará que la curva 12 pase a ser la 13.

Una vez se hayan completado todos los trabajos, el circuito pasará a tener una cuerda de 4.627 metros, 100 metros menos de los que tenía en 2015.

Con todo ello, los responsables de Montmeló esperan que los pilotos de MotoGP, que en las ultimas dos ediciones de la carrera se mostraron bastante críticos con el estado del asfalto y la seguridad de esa curva 12.

Para llevar a cabo este proyecto, los técnicos del Circuit han trabajado de forma coordinada tanto con sus homólogos en la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) como con los de la Federación Internacional del Automóvil (FIA).

Montmeló deberá estar completamente terminado y reasfaltado para albergar los primeros entrenamientos invernales de F1 de 2018, previstos entre el 26 de febrero y el 1 de marzo.