Lorenzo, por fuera

Tiene un padre que ve todas las carreras, las suyas y las de otros. Y una madre que trata de evitar verlo correr. José Manuel Lorenzo guió los primeros pasos de su hijo Jorge con la dedicación que hoy les prodiga a los niños de su escuela de pilotos. María Guerrero, la mamá del tricampeón de MotoGP, continúa siendo isleña y vive en Palma de Mallorca, donde Jorge nació hace 28 años. El matrimonio tuvo otra hija, Laura, cinco años menor que el piloto de Yamaha, y se separó cuando el mayor tenía diez.

Lorenzo aún porta ocasionalmente un apodo, deformación italiana de su nombre y que la familia solía usar cuando era niño. Le decían Giorgio, parecido a como suele llamarlo su vencido Valentino Rossi debido a las dificultades que sufren los ítalo parlantes para pronunciar el sonido español de la jota. El sobrenombre que adoptó como marca de corredor, Por Fuera, surgió con su irrupción mundialista y la bien ganada fama de intentar adelantar rivales por la línea exterior. Quedó patentado para el marketing con una flecha en círculo que lleva dibujada en la parte superior del casco.

Giorgio, recuerda su madre, encaja en un patrón común de los niños: inquieto, algo travieso, aunque un poco monotemático en los juegos. Cada tanto había que recordarle que podía jugar a algo más que a correr en motos. Él sólo quería manejar. Y ganar en todo. María recuerda algunos fines de semana en el Polideportivo palmesano, al que concurrían en familia y donde solían jugar al ping pong. Si el niño en verdad no podía con ella, la madre debía simularlo y permitir que Jorge ganara.

Cuando eran jóvenes, Chicho y María participaron en distintas categorías. Él, en Galicia. Ella, en Islas Baleares. El campeón de Yamaha anduvo en moto incluso antes de nacer: a mediados de los 80 su madre era mensajera y recorría Palma en una Vespa. En esa época, el padre era mecánico en Motos Salom. Su madre solía llevarlo en moto a la guardería. Jorge tenía tres años cuando Chicho le armó la primera moto, para la que adaptó el motor de una Puch Cóndor de 50 cc. Con ella empezó a practicar en un circuito de karting. Luego se escapaba de la escuela para subirse a la minimoto, y más tarde para competir. Casi todo el dinero que entraba a casa iba a parar a las motos de Jorge y a las carreras. El niño era muy protector con su hermana menor: su madre recuerda que juntos la esperaban a la salida de la escuela y que Jorge le llevaba la cartera a Laura sin soltarle la mano.

Sus padres, contó alguna vez, inspiraron casi sin quererlo su estilo de pilotaje. Al ver cómo Chicho golpeaba milimétricamente con el martillo en el taller, el niño entendió que debía ser preciso y constante. Aprendió a ser pulcro en las líneas, suave y respetuoso de las trazadas, al recordar cómo su madre untaba la manteca en las tostadas del desayuno. Durante algún tiempo, su nombre en el correo de Blackberry fue Hammer&Butter, la combinación en inglés del martillo y la manteca.

El quíntuple campeón mundial dejó Palma de Mallorca a los 14, cuando se instaló con su padre en Barcelona. El día de su 15° cumpleaños se convirtió en el debutante más joven de la historia del Mundial al salir con una Derbi 125 cc. a la pista española de Jerez de la Frontera. Se había perdido los primeros entrenamientos, el día antes, porque aún no tenía la edad reglamentaria para competir. En esos tiempos, padre e hijo eran inseparables. Chicho, guía y consejero; Jorge, el campeón en ciernes. La relación cambió cuando empezó a tallar Dani Amatriaín, entonces apoderado del piloto, y los choques con José Manuel se volvieron habituales. Jorge aún estaba saliendo de la adolescencia, camino a su primer título de 250 cc. en 2006, cuando rompió lazos con su padre y dejaron de hablarse.

Más adelante, bicampeón del cuarto litro, ya en MotoGP como piloto oficial de Yamaha, los devaneos de Amatriaín contribuyeron a la ruptura del vínculo con Lorenzo. El mallorquín tuvo que renunciar incluso al número 48 que había marcado los primeros años de su campaña porque esos derechos eran del apoderado saliente. Entonces adoptó el 99 bicolor, un poco santo y otro tanto diabólico como ha descripto, volvió a acercarse a su padre y retomaron el trabajo conjunto. Varios años después, cuando Amatriaín concluyó una larga desintoxicación por su adicción a las drogas, Jorge y el manager se reencontraron con un abrazo en una cena organizada por el padre de Ricky Cardús.

Esta versión 2015 de Lorenzo, tres veces campeón en ocho temporadas en MotoGP (tres años subcampeón y tercero en 2014), es bien distinta a la del niño altanero bicampeón de 250 que aterrizó en 2008 como compañero de Rossi. Giorgio es un hombre que modeló sus formas sin haber perdido la esencia, y que después de haber forzado ciertas caricaturas que no le calzaban encontró su estación entre la altisonancia arrolladora del carismático Rossi, la impasibilidad de Dani Pedrosa y la renuencia de Casey Stoner. Vivió en una mansión de tres plantas en la cima de una colina, con vista al Mediterráneo y a las montañas de Monserrat, en Sant Andreu de Llavaneres, 40 kilómetros al norte de Barcelona, que supo compartir con su amigo Cardús. Luego se mudó a Suiza, cuentan que siguiendo el consejo de Albert Valera, apoderado y encargado de hacerle rendir mejor el dinero. Su madre sigue en Palma de Mallorca, aunque este año se animó a seguirlo durante buena parte del calendario europeo del Mundial al volante de una furgoneta Mercedes Vito que compró y decoró con esmero. María enciende un cigarrillo antes de cada tanda. Y se aparta de los boxes porque "allí se siente mucho la velocidad".

Luego de algunos desencantos amorosos, relaciones con Noemí Perea y la modelo checa Francesca Lukasik que ellas ventilaron semidesnudas desde la tapa de Interviú, Lorenzo estuvo durante más de un año con la mallorquina Eva Perelló. Otra modelo, la italiana Elena Morali, figura en la lista de sus conquistas. Lleva tiempo en pareja con Núria Tomás, exnovia del futbolista barcelonés Gerard Piqué. Ella pertenece a una familia reconocida en la comercialización de jamones pata negra, los de mejor calidad en España. Jorge y Núria se ocupan por estos días de su Destino, tal el nombre del perro salchicha que acaban de adoptar.