Lorenzo: “Tal vez Ducati tenga que cambiar sus prioridades”

En Austin, el mallorquín terminó el noveno, a 17 segundos del ganador, Marc Márquez, tras pasar por meta el sexto en la primera vuelta. Su ritmo fue, de media, unas siete décimas más lento que el de Márquez y unas dos por detrás del que pudo mantener Andrea Dovizioso, su compañero en Ducati, que le adelantó en el tercer giro y que finalmente finalizó el sexto.

Al bajarse de la moto, Dovi pidió que la marca italiana hiciera una especie de catarsis y poco menos vino a decir que lo mejor era centrarse ya en la moto del año que viene, dados los problemas que esconde la Desmosedici GP de 2017.

Lorenzo, por su parte, insinuó que la estructura de Borgo Panigale tal vez debería modificar la forma de encarar el diseño de sus próximos prototipos, abandonar la idea de supeditar la importancia del chasis a la del motor y acercarse un poco más a la filosofía que año tras año hace de la Yamaha M1 la moto más manejable de todas.

Eso, sin embargo, se daría de frente con la fórmula que siempre ha acompañado a Ducati en el Mundial de MotoGP; esa que en 2007 llevó a Casey Stoner a coronarse campeón del mundo. Al mismo tiempo, esa línea también esconde ciertas contraindicaciones, como por ejemplo las dificultades que crea a sus pilotos a la hora de hacer girar la moto.

“Yamaha y Ducati son dos fábricas diferentes, con dos filosofías distintas. Yamaha siempre ha estado muy obsesionada con el chasis, con hacer la vida del piloto más fácil”, argumenta Lorenzo, que después de las tres primeras paradas del calendario ocupa la 13 posición en el campeonato, con 12 puntos, 44 menos que el líder, su ex compañero en Yamaha, Valentino Rossi.

“En cambio, Ducati ha optado en los últimos diez años por fabricar el motor más potente y manejarlo con una muy buena electrónica. Puede que ahora tengamos que cambiar prioridades, y al margen de seguir desarrollando el motor, probar distintos tipos de chasis para facilitar el giro en curva, y hacerle al piloto la vida más fácil”, considera Lorenzo, que a pesar de haber cambiado su posición encima de la moto, todavía no se encuentra del todo cómodo en ella.