El hermetismo alrededor de la condición física real del piloto de Cervera (Lleida) es total. Ni Honda, ni Emilio Alzamora, su agente, ni Alex, su hermano, ni los médicos que lo intervinieron han dado ninguna pista acerca de cómo está el húmero derecho del español.

Sin embargo, la interpretación que se puede hacer de las señales que se reciben no invita al optimismo, sino más bien a todo lo contrario. Márquez se ha perdido toda la temporada y todavía no está claro cuándo estará en condiciones de volver a correr.

Mundo Deportivo adelantó hace más de un mes que el corredor valoraba la posibilidad de someterse a una nueva operación, porque el proceso de rehabilitación que seguía no estaba dando los resultados esperados. Según se desprende de las palabras que Alberto Puig, team manager de HRC, que soltó en el cierre de la temporada en Portimao, Márquez decidirá en los próximos días acerca de esa nueva cirugía, que sería la tercera. “En los próximos días pasará un control”, dijo Puig.

Independientemente de lo que haga el #93, si algo ha dejado claro su periodo de baja es el tremendo error de cálculo cometido tras su primera operación. La precipitación por forzar su regreso a la pista apenas cuatro días después de salir del quirófano terminó por costarle toda la temporada. Eso será en el mejor de los escenarios, puesto que una nueva intervención probablemente supondría que Márquez también se perdería el arranque del próximo campeonato. Siempre que todo salga bien.

En este punto es donde cobra sentido el anuncio de Andrea Dovizioso de tomarse un año sabático en 2021. El italiano no quiso aceptar ninguna de las ofertas que le llegaron para desempeñar el papel de probador, ni en Yamaha ni tampoco en KTM, para dejar la puerta abierta a la posibilidad de que Honda pueda contratarlo como sustituto de Márquez en caso de que su vuelta siga demorándose.

A pesar del buen papel que ha desempeñado Stefan Bradl, que ha ido de menos a más y que en Portugal, última cita del calendario, logró su mejor resultado (séptimo) del año, la marca del ala dorada no puede depender de un recién llegado (Pol Espargaró) y del alemán, para afrontar el año que viene el reto de pelear por el título con ciertas garantías, algo que tratándose de Honda es una obligación.

Han pasado casi cinco meses desde la primera operación de Márquez, y cuatro y medio desde la segunda, que se llevó a cabo para tratar de arreglar la avería derivada de su prematura reaparición. El estado real de ese húmero derecho es una auténtica incógnita, y el absoluto mutismo de los doctores que llevaron su caso ha dado pie a que expertos de aquí y de allí digan la suya, la mayoría sin haber tenido acceso al expediente del paciente.

Dejando a un lado los detalles que hasta ahora no han trascendido, el seis veces campeón del mundo de MotoGP cambió de estrategia y se puso en manos de los especialistas de la Clínica Mayo, con sede en Estados Unidos. Su protocolo pretende agotar las opciones que el propio cuerpo ofrece a nivel biológico, para acelerar el proceso de consolidación del húmero, muy deteriorado por la erosión a la que se le ha sometido.

Si esto no funciona se recurrirá otra vez al bisturí, con el peligro que supone. A Márquez se le injertaría un fragmento de su propia pelvis –es una zona de alta concentración de glóbulos rojos–, en una operación que conlleva ciertos riesgos. De entrada, por el mal estado en el que se encuentra ese húmero, pero también por la posibilidad de dañar el nervio radial, que por ahora ha salido indemne de dos intervenciones. Todo eso, sin atender al tiempo de recuperación, que podría llegar a ser de medio año.

La placa de la primera cirugía se rompió por el sobreesfuerzo que hizo el de Honda, que salió del quirófano un martes y se subió a la moto el sábado, el día en que detectó que algo no iba bien y paró. Según algunos expertos consultados que vieron la radiografía publicada por el propio corredor al salir del hospital, la rigidez que le dieron al hueso los 12 tornillos empleados tampoco ayudó. Es aquí donde ganan volumen las palabras de Alzamora: “Si hay problemas es porque las cosas no se hicieron bien desde el principio”.

También lee:

Aquel video de Márquez haciendo flexiones, todavía en la habitación de la clínica, y las del viernes, ya en Jerez, en el examen que tuvo que pasar para que los servicios médicos del Mundial le dieran la luz verde, son la prueba gráfica de un mal diagnóstico que ya puede considerarse histórico, y cuyas implicaciones todavía no se pueden calibrar.

Evidentemente, el primer responsable de aquella decisión de intentar disputar el Gran Premio de Andalucía fue el propio piloto, aunque si él optó por intentarlo fue porque los doctores no se lo prohibieron. En aquel cónclave en el que estuvieron presentes las personas clave de su entorno más próximo hubo discrepancias.

Unos, como Alzamora, le aconsejaron que dejara reposar la zona para que el hueso generara el famoso callo. Pero también hubo quienes le dieron alguna esperanza de volver a correr inmediatamente. Son estos últimos quienes no midieron los riesgos que podía suponer una heroicidad que, por desgracia, acabó convirtiéndose en un desastre de magnitudes todavía desconocidas. Un episodio que debería traer consigo correcciones en la evaluación de las lesiones y las consecuencias de las posibles recaídas.

Las 10 'víctimas' favoritas de Marc Márquez

Cuando todavía corrían en Moto2, Iannone fue derrotado en tres ocasiones por Marc Márquez

Rins suma 2 victorias en MotoGP, pero podrían ser 5 de no haber estado Márquez.

El alemán solo tiene un podio en MotoGP, un segundo puesto en Laguna Seca que habría sido una victoria de no estar Márquez. En Moto2 también le ganó en 3 ocasiones.