Petrucci, en el punto de mira del resto de pilotos

El piloto del equipo Pramac-Ducati afronta su sexta temporada en el mundial de MotoGP, en el que debutó en 2012 con la Suter del equipo Ioda Racing, donde estuvo tres años. En 2015 dio el salto al Pramac Ducati, y el 30 de agosto de ese año logró su, hasta ahora, único podio, un segundo puesto tras Valentino Rossi en condiciones de mojado, en el Gran Premio de Gran Bretaña.

Desde entonces Petrucci ha tenido el perfil de piloto que podía llegar y, de hecho, este año disfruta de una Ducati Desmosedici 2017, o sea, el mismo material que los pilotos oficiales de fábrica.

De momento, Danilo no acabó en Qatar y sumó un séptimo puesto en Argentina, donde además centró las iras de sus rivales. Andrea Dovizioso le culpó directamente de su caída, mientras que Dani Pedrosa dejó caer que su forma de pilotar le había perjudicado en su intento de conectar con la cabeza de la carrera. Esas criticas, viniendo de dos de los pilotos más mesurados y tranquilos de la parrilla, deberían hacer reflexionar.

Alvaro Bautista también dijo que tuvo que luchar mucho para deshacerse del pelotón en el que estaba inmerso y en el que “alguno pilotaba de forma un poco extraña”.

Estúpido y sin cerebro

Las críticas a Danilo Petrucci no son nuevas. El pasado año tuvo dos trifulcas importantes, con Eugene Laverty, que le acusó de “pilotar de forma estúpida”, culpándole de su caída en Austria; y con su propio compañero, Scott Redding, quien dijo que el problema de Petrux era “su jodido cerebro”.

El italiano fue sancionado dos veces por tirar a Laverty y Redding en solo cinco carreras, las que van de Austria a Aragón.

Este año, de momento, no ha tirado a nadie, pero Dovizioso le hizo culpable de su caída, al tener que abrirse para evitar la “exagerada” frenada de Petrux, propiciando que Aleix Espargaró tuviera que clavar el freno delantero, caerse y arrastrar en la caída a ‘Desmodovi’.

Petrucci, que mide 1,80 metros de estatura y pesa casi 80 kilos, es un piloto físicamente atípico, ya que además de ser muy alto es realmente grande, ancho, y eso lo aprovecha muy bien para forzar la frenada, incluso exagerarla como le acusa Dovizioso, y acelerar antes de tiempo en la salida de la curva. Eso crea una desincronización con los pilotos que le siguen, que tienen que cambiar el punto de frenada y aceleración para no chocar con él. Nada ilegal, pero sí poco ortodoxo.