Valentino Rossi enfrentará un gran dilema con el VR46 en 2024
A falta de un año para que expire el contrato entre VR46 y Ducati, el equipo de Valentino Rossi debe decidir en los próximos meses si prioriza las ventajas económicas que le puede ofrecer Yamaha como suministrador, a la competitividad de las Desmosedici.
A finales de 2022, ante la inestabilidad económica que transmitía RNF, Yamaha no renovó su contrato con la estructura de Razlan Razali, circunstancia que dejó al fabricante de Iwata con solo dos M1 en la parrilla de 2023. Si tenemos en cuenta el testimonio de todas las voces que salen del taller de la marca de los diapasones, no hay un solo día en que ni los pilotos, ni tampoco los ejecutivos, lamenten haber tomado aquella deriva que en 2025 tratarán de corregir con la recuperación del equipo satélite. El candidato mejor colocado para hacerse con esas dos M1 es, por razones evidentes, la escudería de Il Dottore, quien sigue siendo el reclamo más potente de Yamaha, a pesar de llevar dos años retirado: durante el último Gran Premio de España, en Jerez, el de Tavullia firmó su contrato como principal embajador de la compañía, hasta finales de 2024.
El vínculo entre Rossi y el constructor japonés ha sobrevivido a la marcha del #46 a Ducati (2011), en pleno apogeo de Jorge Lorenzo; a su adiós definitivo (2021); y al acuerdo entre la formación que lleva su nombre y Ducati (2022), ese que vence a finales del próximo ejercicio. Todavía hay tiempo para cerrar el proveedor de las motos que ahora pertenecen a Marco Bezzecchi y a Fabio Di Giannantonio, pero los meses que se avecinan serán cruciales para concretar el material del que dispondrá VR46, que deberá definir sus prioridades entre las opciones que tiene encima de la mesa. Que no son dos, sino tres, dada la presión que ejerce el grupo liderado por Stefan Pierer, por reintroducir en MotoGP a MV Agusta. A pesar del ímpetu del grupo Pierer Mobility, las dos alternativas más lógicas pasan por la ampliación de la alianza con Ducati, o su unión con Yamaha. Ambas tienen puntos a favor y también en contra.
Prolongar la unión con Ducati aseguraría dos prototipos competitivos, con los que estar en condiciones de pelear por podios, victorias y, por qué no, también títulos. La contrapartida de firmar con la casa de Borgo Panigale es de naturaleza económica, porque la posición de Yamaha le permite ofrecer unas condiciones más atractivas desde el punto de vista monetario. Dorna, el promotor del certamen, recompensa con tres millones de euros a cada marca que abastece a una escudería independiente. Esa cantidad no aumenta en función del número de clientes, de modo que Ducati, que distribuye sus Desmosedici a Pramac, Gresini y VR46, ingresa lo mismo que Aprilia, Honda y KTM, que solo surten a un equipo satélite.
En estos momentos, Yamaha es la única fábrica que no recibe ese plus por parte de Dorna. Entre el interés deportivo por rescatar esas dos M1 tan valiosas para el desarrollo, y la posibilidad de aplicar una rebaja a su precio de alquiler al disponer de esa inyección de tres millones, no hay duda de que esta fórmula es la más atractiva desde el punto de vista financiero. "Haremos todo lo posible para conseguir volver a tener un equipo satélite en 2025. Pero antes es necesario que mejoremos nuestro paquete a nivel técnico. Hay que desarrollar nuestra moto para que sea más competitiva", confirmaba hace ya algún tiempo Lin Jarvis, director de Yamaha, en una entrevista concedida a Motorsport.com. "Obviamente, por nuestra proximidad y por nuestro pasado, VR46 está en una posición preferente", añadía el dirigente.
Photo by: Gold and Goose / Motorsport Images
Valentino Rossi, Uccio Salucci, VR46 Racing Team
Si bien la mayoría del paddock tiende a dar por sentado que sucederá esto último, ni siquiera los responsables de VR46 lo tienen claro. "Aunque nadie se lo crea, nuestra prioridad en este momento es renovar con Ducati. Tenemos una oferta encima de la mesa y hay que acabar de estudiarla", asegura Pablo Nieto, team manager de VR46, en conversación con Motorsport.com. De hecho, esta misma semana está agendada una reunión entre la cúpula de la corporación boloñesa y el equipo de Valentino Rossi, a la que también asistirá el nueve veces campeón del mundo. Se espera que, en ella, el italiano, junto a Uccio Salucci, su mano derecha, y Nieto, trasladen a Ducati su deseo de ganar peso dentro del ecosistema de las motos rojas, con la intención de acercarse a Pramac, que disfruta de un trato preferencial a nivel de material y cobertura. Llegados a este punto, VR46 tendrá que decidir a qué elemento da más relevancia. A nivel deportivo, no hay duda de que las garantías de Ducati son superiores. Pero el bolsillo no es algo que se pueda dejar olvidado.
Con las Desmosedici, Bezzecchi y Luca Marini han firmado una temporada inimaginable hace solo un año, con tres triunfos (Bezzecchi) y nueve podios, además de otra victoria en sábado (Bezzecchi). Además de celebrar su segundo título consecutivo de la mano de Pecco Bagnaia, Ducati ha reventado prácticamente todos los récords, incluido el del número absoluto de triunfos (17). Unos registros brutales que coinciden con las penurias que ha vivido Yamaha, que en este 2023 se ha metido en un agujero de lo más profundo. Los podios de Fabio Quartararo en Austin, India e Indonesia, donde terminó el tercero, ni siquiera justifican la inversión hecha en MotoGP. Mientras Ducati copó las tres primeras posiciones de la tabla general y colocó a cuatro de sus ocho pilotos entre los cinco primeros, el Diablo se vio apurado para terminar en el top ten, a la vez que Franco Morbidelli, su vecino de taller, lo hizo el 13º, con 70 puntos menos y con una cuarta plaza (Argentina) como mejor resultado.
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Marco Bezzecchi, VR46 Racing Team
Tras la jornada de ensayos posterior a la última parada del calendario, en Valencia, Quartararo dejó claro que la base de la M1 de 2024 que probó en el entrenamiento no le hizo cambiar ese gesto de resignación que le ha acompañado durante todo el año. "La realidad es que esta moto (2024) está igual de lejos de las demás que la anterior. Tenemos que hacer más test, y estaré contento de contribuir a ello", comentó Quartararo, que ya ha confirmado su asistencia al shakedown previo al primer test de Sepang en febrero, junto a Alex Rins, su nuevo compañero. "Ya sabemos que con 2024 no pelearemos por el título, pero lo importante es acercarnos a los de arriba, porque ahora estamos muy lejos", advirtió el #20.
Con ese panorama y todas las cartas colocadas ya sobre el tablero, las opciones que maneja VR46 para dibujar su futuro son muy evidentes. En función de qué dirección tome, sus prioridades también habrán quedado muy bien definidas.
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