Rossi piensa en no hacer más enduro ni motocross durante la temporada

El italiano sigue recuperándose de la fractura en la pierna derecha que sufrió el pasado 31 de agosto mientras completaba una excursión con unos amigos, por las colinas de alrededor de su casa.

Una caída al final de la jornada le obligó a pasar por el quirófano y a perderse el Gran Premio de San Marino, y si no fuera porque Rossi forzó en su recuperación y corrió riesgos, también se habría ausentado de la cita de la semana pasada, en Aragón, que finalmente pudo disputar aunque siempre dejando un margen de seguridad –terminó el quinto–.

Se da la circunstancia de que Il Dottore ya estuvo a punto de no correr en Mugello por culpa de otro accidente, en este caso mientras se entrenaba haciendo motocross en el circuito de Cavallara, muy próximo también a Tavullia, a finales del pasado mes de mayo.

En aquella ocasión, Rossi sufrió un fuerte traumatismo torácico y abdominal que mantuvo en suspense su participación en la prueba italiana, a la que finalmente sí pudo asistir aunque con dolores –finalizó el cuarto–.

Este cúmulo de infortunios han llevado al #46 a plantearse seriamente a limitar los riesgos de lesión al máximo, y eso pasa por evitar coger la moto de motocross y tras los últimos acontecimientos, también la de enduro.

“El problema que nos encontramos es el de siempre. No podemos entrenarnos con las motos de MotoGP, así que tenemos que hacerlo con otras, de distintas disciplinas. El motocrós ya estaba en mi lista negra porque todos nos hemos hecho daño: yo, Morbidelli y demás”, razona Rossi, que hasta ahora combinaba las series de flat track en el Ranch que posee en su casa, con jornadas de motocrós y también de enduro.

“Esta excursión con mis amigos la hago cuatro o cinco veces al año desde que tengo 18 años. Pero seguramente no lo haga más durante la temporada. Hay que encontrar el compromiso porque hay que entrenarse y en moto siempre es peligroso”, añade el multicampeón.

La mayoría de equipos de MotoGP estipulan por contrato qué actividades prohíben a sus pilotos, sobre todo durante la temporada. Maverick Viñales, por ejemplo, es un amante de la bicicleta y hace unos meses solicitó a Yamaha que le dejara correr la Quebrantahuesos, pero la marca japonesa prefirió que no lo hiciera.

“Nuestros contratos dicen que los corredores tienen que pedirnos permiso si van a hacer alguna actividad que no haya estado previamente predefinida. ¿Hemos prohibido a algún piloto hacer cosas? Sí. Por ejemplo carreras de bicicletas, que para mí son más peligrosas que las de MotoGP”, explica Lin Jarvis, director de Yamaha. 

Limitados en circuito

Hay muchos pilotos que alquilan circuitos para entrenar con motos de velocidad o supermotard, el propio Rossi lo hace muchos jueves en Misano (con una R1), hasta hace poco Tito Rabat entrenaba regularmente en el trazado de Almería, o Jorge Lorenzo, cliente fijo de la pista de Alcarrás, donde también practican los Márquez. Pero no siempre es fácil la logistica para llevar una moto a un circuito permanente, por lo que la alternativa más habitual es hacer off road, mayoritariamente motocross o enduro. Otros se animan, incluso, con el trial. 

Este es el caso de Jack Miller que el pasado viernes estaba entrenando en las montañas de Andorra junto a Maverick Viñales, Alex Rins y Fabio Quartararo, cuando sufrió un accidente que le fracturó la pierna derecha, por lo que se perderá el Gran Premio de Japón. Antes, el pasado mes de marzo, Alex Rins sufrió una caída mientras practicaba motocross que puso en peligro su participación en Argentina.

La lista de damnificados por lesiones mientras entrenaban entre grandes premios con motos de campo es larga, de ahí que no sea extraño que Rossi se plantee ahora no hacerlo durante el curso, una decisión que Lorenzo ya tomó el año pasado limitando sus entrenamientos con motos offroad al invierno.

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