Rossi prueba un nuevo y exagerado tubo de escape de Yamaha

Valentino Rossi acaba contrato a final de año y el próximo año correrá con Petronas, pero en Yamaha siguen confiando en el italiano ciegamente, como lo demuestra el hecho de que haya sido el #46 quien haya probado un nuevo tubo de escape en la M1.

Seguramente, que Valentino haya sido el encargado de probarlo es porque sea petición suya expresa, habrá que esperar a sus declaraciones posteriores al test para corroborarlo.

La pieza es un tubo de escape muy grande y muy largo, que sustituye al habitual de la M1, mucho más pequeño y corto. Pero ¿para qué sirve esta nueva pieza?

Recordemos que los problemas de motor de Yamaha, que ha tenido que decartar ya tres propulsores de la dotación de 2020, uno de Valentino, uno de Maverick Viñales y otro de Franco Morbidelli, obligaron a los ingenieros de la marca a bajar el régimen de giro de los propulsores, que darles una vida más larga.

“Si se cambia la parte final del tubo de escape, en estas motos no se gana nada a nivel de prestaciones”, explica un experimentado mecánico de MotoGP a Motorsport.com.

“Pero si se cambia todo y se modifica el diseño del colector, ahí puede haber alguna diferencia. En un motor de 2 tiempos la importancia del escape es fundamental, pero una 4 tiempos, una vez conseguido el rendimiento óptimo, cualquier cambio es poco significativo. A lo mejor puede ayudar a evacuar gases de alta temperatura del escape, y refrigerar la zona de salida del motor. En potencia no creo que haya ganancia”, añade.

Puesto en contacto con un ingeniero, también miembro de un equipo de MotoGP, la tesis va en la misma dirección, aunque añade un detalle significativo.

“Con un tubo de escape grande se puede cambiar un poco el par a medio régimen, pero en cualquier caso los caballos de potencia máxima serán los mismos. A lo mejor a medio régimen han aumentado, pero los han movido un poco a la zona media, pero no creo que sea allí donde está el problema”, explica el citado ingeniero.

Análisis de los gases del tubo de escape

Como ya explicamos hace dos meses, cuando Motorsport.com destapó el grave problema de Yamaha con el motor de 2020 uno de los sistemas que utilizan los equipos para verificar si un propulsor tiene problemas son los gases del tubo de escape, pero para ello debe tener unos sensores denominados termopar que trabajen a la temperatura adecuada, algo que no cumplía el de la M1 2020.

El problema de Yamaha es que los sensores que ha venido utilizando hasta ahora trabajan por debajo de 1200 grados, y ahora han detectado que necesitan un sensor termopar que analice las emisiones a ese rango de temperatura, y quizá este nuevo tubo de escape pueda ‘leer’ los gases a altas temperaturas.

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