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Análisis

'Según el color del cristal', por Martín Urruty

Martín Urruty analiza para Motorsport.com lo que dejó el paso del MotoGP por Brno, donde Andrea Dovizioso obtuvo una de las victorias más apretadas de la historia.

Andrea Dovizioso, Ducati Team, Jorge Lorenzo, Ducati Team, Marc Marquez, Repsol Honda Team

Andrea Dovizioso, Ducati Team, Jorge Lorenzo, Ducati Team, Marc Marquez, Repsol Honda Team

Gold and Goose / Motorsport Images

Andrea Dovizioso, Ducati Team
Andrea Dovizioso, Ducati Team, Marc Marquez, Repsol Honda Team, Jorge Lorenzo, Ducati Team
Andrea Dovizioso, Ducati Team, Marc Marquez, Repsol Honda Team, Jorge Lorenzo, Ducati Team
Jorge Lorenzo, Ducati Team, Andrea Dovizioso, Ducati Team, Marc Marquez, Repsol Honda Team
Andrea Dovizioso, Ducati Team
Ganador de la carrera, Andrea Dovizioso, Ducati Team, segundo clasificado, Jorge Lorenzo, Ducati Team
Podio: ganador, Andrea Dovizioso, Ducati Team, segundo, Jorge Lorenzo, Ducati Team
Podio: Ganador, Andrea Dovizioso, Ducati Team
Podio: Ganador, Andrea Dovizioso, Ducati Team

Al llegar este año a Brno, capital del margraviato de Moravia, región con prestigiosa industria vidriera, Andrea Dovizioso vio en el retrovisor de la historia su inquietante pasado con Ducati en la República Checa. Su mejor posición final con la marca era el sexto puesto logrado en 2017, cuando terminó a más de 23 segundos de Marc Márquez en una carrera que el español volcó a su favor gracias a un veloz cambio de moto cuando la pista empezó a secarse. Otrora una pista hostil para las características de la Desmosedici, las motos construidas en Borgo Panigale sólo habían vencido dos veces en la segunda ciudad checa: en 2006 con Loris Capirossi y en 2007 con Casey Stoner camino al título.

Un año atrás, Dovi arribó a la exChecoslovaquia a sólo seis puntos de Márquez en el Mundial. Esta vez lejos del puntero, llegó a 77 del campeón y con apenas un triunfo en el año, en la apertura de la temporada en Qatar. Con mejor moto y menos presión, el italiano mostró sus credenciales al triunfo desde las prácticas: sus tiempos parciales lo ungieron como postulante a la victoria y hasta Márquez había tomado nota de ello. La pole position, primera en seco desde la conseguida en Qatar 2015, le dio un sitio de privilegio para manejar el ritmo de la carrera: lento al principio en sintonía con el resto de los que luchaban por el liderazgo -Valentino Rossi, Márquez, Jorge Lorenzo y Cal Crutchlow- y más rápido recién en la media docena de vueltas finales, tiempo de la definición.

En su centésimo Gran Premio con Ducati, Dovizioso ganó varios duelos: derrotó a Lorenzo, su compañero saliente hacia Honda en 2019 que había ganado con autoridad en Italia y Cataluña, y lo atacó hasta el final, venció al impetuoso tetracampeón Márquez y devolvió a la marca italiana una mueca de satisfacción luego de la opaca franja de temporada que coincidió con su renovación de contrato y las victorias de Lorenzo. Todo luce brillante a través del cristal con el que Dovi mira lo ocurrido en Brno.

La décima fecha de la temporada produjo uno de los finales más cerrados de la historia. Del ganador al tercero Márquez hubo apenas 368 milésimas. Sólo siete carreras en 70 años del Mundial han ofrecido cierres más apretados: todas en los últimos 27 años y sólo dos desde que MotoGP sustituyó a 500 cc. en 2002. La extraordinaria contienda entre Dovizioso, Lorenzo y Márquez tuvo matices que sirven para explicar lo ocurrido: el mallorquín estaba dispuesto a atacar a su actual compañero pero el sobrepaso de su futuro compañero en la vuelta final lo obligó a pelear para recuperar el segundo puesto y eso le dio cierta holgura a Dovi en los metros finales. Si en vez de esta versión algo sosegada de Márquez celebrando 100 carreras en MotoGP hubiese corrido aquel desfachatado de los primeros años seguramente habría jugado sus cartas al triunfo aún con el riesgo de una caída. El catalán mensuró los riesgos, que su más próximo rival en la tabla -Rossi- marchaba detrás y el otro -Maverick Viñales- había rodado, y aseguró los puntos.

La centésima competencia de Márquez en la elite permite cerrar cifras rotundas hasta hoy: ha largado desde la pole position en el 48% de sus participaciones, desde la primera fila en el 77%, subió al podio en el 71%, ganó el 40% y anotó puntos en el 85 %. Aunque terminó detrás de las Ducati, cumplió con su objetivo primario al aterrizar en Brno: amplió la ventaja que le lleva a Rossi mientras Yamaha alcanzó la veintena de competencias sin triunfos, su segunda peor sequía histórica. Sin ritmo para mezclarse con los líderes en el final del recorrido, Il Dottore no tuvo más que conformarse con el cuarto puesto que le arrebató a Crutchlow en la última curva. Se transformó en el primer corredor en superar la barrera de los 6.000 puntos -alcanzó 6.007- aunque no pudo alzar uno de los delicados trofeos con el dibujo de la pista tallados en vidrio y entregados a los integrantes del podio. Apenas un consuelo estadístico que por estos días resulta opaco según el cristal con el que Vale y Yamaha observan el presente.

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