Trackhouse aspira a tener dos motos oficiales Aprilia en 2024

Los últimos dos meses han sido frenéticos para Justin Marks, que aprovechó la oportunidad que le brindó Dorna, el promotor del Mundial de MotoGP, y se hizo con las dos plazas que quedaron vacantes tras el colapso económico del equipo RNF. La compañía del expiloto de Missouri heredó los acuerdos de la estructura malasia que aún tenían vigencia, tanto con Aprilia, el suministrador de las motos, como con el grueso de los empleados, encantados de pasar página y centrarse en esta nueva etapa. Al frente de ellos estará el propio Marks, PJ Rashidi, en la posición de director, y Wilko Zeelenberg en la de team manager. La idea es darle estabilidad a un proyecto clave a ojos de Dorna, para penetrar de forma definitiva en el mercado americano.

Una prueba de esa solidez es la renovación del acuerdo con Aprilia como suministrador de las motos de Miguel Oliveira y Raúl Fernández, que en un primer momento expiraba a finales de 2024.

"Hemos pactado un contrato multianual con Aprilia. Desde nuestro punto de vista sería un error haber firmado con ellos y cambiar un año después", desvela Marks en una charla mantenida con Motorsport.com. Para el norteamericano, Trackhouse ha encontrado en la marca de Noale el socio perfecto para subirse a un tren en marcha, que es lo que ha supuesto para su compañía unirse al campeonato con tan poco margen de reacción.

En la presentación en sociedad de la escudería, que se hizo a principios de este mes desde Italia, Massimo Rivola, CEO de la división de carreras de Aprilia, ya tuvo un papel relevante que de alguna manera ejemplificó el nivel de colaboración que las dos partes han planeado.

"No queremos ser un simple cliente de Aprilia, sino un socio que le ayude a ganar el título. Nuestra intención es pelear por ganar carreras. En un plazo de tres a cinco años queremos convertirnos en el mejor equipo independiente del paddock. Queremos ser un lugar atractivo para los mejores pilotos y técnicos", añade Marks, que dado el escaso tiempo con el que ha contado, ha generado una fórmula basada en las sinergias entre Aprilia y Trackhouse Racing, que se ha acomodado dentro de las instalaciones de la fábrica en Noale. Desde allí se operará con la intención de que mejorar la comunicación, reduciendo los tiempos de reacción.

"Nuestro plan es manejar este equipo desde Noale. Las motos se montarán y se prepararán allí, en Aprilia, y eso nos ayudará", prosigue el emprendedor, cuya ambición ha hecho que el constructor italiano se tenga que poner las pilas.

"Estamos presionando a Aprilia para poder disponer de dos motos oficiales ya en 2024. Eso es algo que ellos no tenían en mente, pero están trabajando al máximo para conseguirlo. Probablemente dispondremos de una en la primera carrera, en Qatar (10 de marzo), y a las pocas carreras llegará la segunda", puntualiza el empresario, que en estos momentos está decidiendo si esa primera RS-GP de 2024 se adjudicará a Oliveira, o a Fernández.

"La idea es contar con las dos a la mayor brevedad posible. En las próximas dos semanas decidiremos cuál de nuestros pilotos dispone primero de la moto oficial, pero lo importante es que tanto Miguel como Raúl la tendrán en las primeras carreras. Todo dependerá de la velocidad con la que Aprilia pueda fabricarlas", remacha Marks.